¿Por qué los niños y niñas son víctimas de agresión sexual? Especialistas identifican las causas
Los casos de violación a niños, niñas y adolescentes se desbordaron. En 2021 se registró 1.016 casos y en el primer semestre de 2022 se tienen 1.415, es decir 399 casos más.
Cada día al menos ocho niños, niñas y adolescentes son víctimas de violencia sexual en Bolivia. Cielo es una de las últimas martirizadas. Especialistas en la defensa de los derechos de la niñez identifican tres causas “clave” para esta problemática: el machismo, el adultocentrismo y las redes sociales.
Los casos de violación a niños, niñas y adolescentes se desbordaron. En 2021 se registró 1.016 casos y en el primer semestre de 2022 se tienen 1.415, es decir 399 casos más, según un informe de la Fiscalía.
De acuerdo a estos datos, cada día se reportan al menos ocho casos de violencia sexual infantil, muchos terminaron en infanticidio, otros vivieron años de tortura y soportaron el abuso en el silencio de la inocencia.
Cielo tenía dos años cuando su madre la llevó al hospital, pero para eso ya estaba muerta. La pequeña fue brutalmente asesinada, la autopsia determinó que tuvo un traumatismo cráneo encefálico, sufrió un ciclo de violencia y por la data de las lesiones antiguas se tiene la hipótesis que toda su vida fue golpeada, además sufrió agresión sexual.
El exdirector de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de La Paz Harry Suaznabar atribuye esta problemática a causas como el machismo y el adultocentrismo, es decir, el ejercicio del poder de los hombres en relación a las mujeres, y de las personas adultas sobre la niñez y la adolescencia. Dos males muy presentes en nuestra sociedad.
“El machismo porque el varón se siente dueño y señor de la casa, los hijos y la esposa. El adultocentrimos es lo mismo en relación a los niños, el padre y la madre no le dan la posibilidad de ejercer los derechos plenamente a los niños, vale decir que (…) al niño lo siguen llamando menor en relación al mayor, o sea, el menos en relación al más que es el papá”, sostuvo.
Amida Duk, que ocupó el cargo de Directora de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de El Alto, complementó que las redes sociales es otra causa que suma a la consumación de las vejaciones sexuales a niños, niñas y adolescentes.
“No hay leyes que controlen las redes sociales que nuestros propios hijos y (los) mismos adultos ven, no estamos controlando, no hay leyes que regulen qué tipo de contenido ven las personas en el internet (…) Definitivamente, para mí, esta es una de las causas también”, dijo en contacto con la ANF.
Suaznabar y Duk coinciden en que el abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es un problema en Bolivia y Latinoamérica. “La mentalidad de estos agresores no está cambiando, continúan siendo machos en el mal sentido, en el sentido de pertenecer a una sociedad machista y patriarcal”, dijo Suaznabar.
Duk advirtió que lamentablemente creció la crueldad de los abusos, la especialista indicó que los acusados buscan justificar su accionar argumentando que estaban ebrios, bajo la influencia de las drogas, por lo tanto, que no se acuerdan, que no sabe en qué momento sucedió o que pensaban que estaban con su mujer.
Aunque eso no es justificativo porque el daño que provocan a la población más vulnerable es prácticamente irreversible.
En las últimas semanas se registraron más de tres hechos de violación contra niños, niñas y adolescentes. Entre los cientos de casos, algunos eran víctimas durante varios años y amenazados por sus agresores para que no los denuncien. Otras víctimas fallecieron.
Las víctimas viven un tormento
En junio, un niño de 11 años fue vejado sexualmente por al menos dos años por cuatro sujetos, entre ellos un menor de edad, el hecho sucedió en el municipio de Yapacaní, en Santa Cruz. A causa de los abusos le contagiaron una enfermedad que lo llevó hasta la muerte.
El caso consternó a la población boliviana, principalmente de Yapacaní, quienes lincharon a uno de los agresores tras ser aprehendido; el segundo agresor estaría prófugo en Chile, el tercero habría fallecido y el cuarto también está tras las rejas.
A inicios de julio, se conoció otro caso de violación, la adolescente fue contagiada con una enfermedad, su agresor era un sujeto de 29 años que contactó a la menor mediante las redes sociales. El hecho ocurrió en el municipio de Montero del departamento cruceño.
El fiscal departamental de Santa Cruz, Roger Mariaca, informó que el autor del hecho aceptó su culpabilidad y pidió someterse a un procedimiento abreviado. El Juzgado de Instrucción Penal de la Provincia Obispo Santisteban determinó 25 años de cárcel en el Centro de Readaptación Productiva de Montero.
Este lunes, el teniente Julio Cepcel, de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de La Paz, informó de otro hecho una adolescente de 15 años sufrió agresión sexual por su padrastro presuntamente desde 2016; luego fue violentada por su tío; y también su profesor se aprovechó de la menor incurriendo en un supuesto delito de estupro.
Estos son solo algunos ejemplos de la violencia infantil que se registraron en las últimas semanas, pero las cifras develan que en el país la agresión a las niñas, niños y adolescentes son una práctica diaria.
Las cifras de violaciones a niños, niñas y adolescentes crecen
El 11 de julio, la Fiscalía Especializada en Delitos en Razón de Género y Juvenil reportó que se incrementó en un 12,14% las denuncias en los delitos de violencia de género. Desde el 1 de enero al 30 de junio, a nivel nacional se registró 24.918 casos de violencia contra mujeres, niñas, niños y adolescentes, en el mismo periodo de 2021 se presentó 22.221 casos.
En tanto que, la fiscal Daniela Cáceres añadió que en los delitos de violación de infante, niña, niño y adolescente también hubo un incremento de casos, ya que el 2021 se registró 1.016 casos ingresados y en el primer semestre de 2022 se tienen 1.415, es decir 399 casos más, según el informe de la Fiscalía.
Duk acotó que las denuncias de agresiones sexuales generalmente se cometen en las ciudades capitales, aunque eso no significa que no existan casos en las áreas rurales, sino que “para encubrir el hecho muchas veces hacen juntar o casarse (a los agresores) con la víctima niña, tras agresión sexual”.
Fuente: ANF