JIFE: La cocaína boliviana encontró nuevas rutas y envíos se ‘dispararon’ desde finales de 2020
El informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes identificó un crecimiento en el tráfico de drogas desde Sudamérica hacia Europa
El sistema fluvial Paraguay-Paraná se ha convertido en la “puerta de entrada” para el transporte de la cocaína boliviana hacia el resto del mundo. El informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) afirma que los narcotraficantes encontraron en este espacio una nueva ruta para burlar los controles y realizar grandes envíos de droga.
Según señala el documento, presentado el jueves en Viena, “el sistema fluvial Paraguay-Paraná, formado por 3.400 km ininterrumpidos de ríos que conectan la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay con el océano Atlántico, parece haberse consolidado como la puerta de entrada al transporte de la cocaína fabricada en Bolivia y Perú a través de los puertos del Brasil y el Paraguay”.
El JIFE añade que “esto supone un nuevo reto para las autoridades, que estaban acostumbradas al tránsito de drogas desde el Estado Plurinacional de Bolivia principalmente por rutas aéreas y terrestres”.
Las rutas aéreas son la otra alternativa preferida para eludir las restricciones a los viajes por tierra. “Los traficantes han recurrido cada vez más al uso de avionetas para transportar cocaína entre Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú”, apunta el documento.
La actividad del narcotráfico tuvo un incremento a medida que se fueron levantando las restricciones desde finales de 2020, en el Brasil, la cantidad de cocaína incautada aumentó un 38 % en las fronteras con Bolivia.
El informe detalla que tras un descenso en los primeros meses de la pandemia, cuando las restricciones a la circulación impidieron a los compradores acceder a las zonas de cultivo, los precios de la hoja y la pasta de coca se recuperaron a finales de 2020 y en 2021. Durante los primeros meses de la crisis del coronavirus, Bolivia y Colombia registraron caídas de los precios de entre un 20 % y un 50 %.
Cuando se levantaron las restricciones a la movilidad en la región, la fabricación y el tráfico de cocaína se reactivaron, lo que hizo aumentar la demanda de precursores. Al reducirse la fabricación de sustancias químicas lícitas durante la pandemia, y para satisfacer la demanda de cocaína, los grupos delictivos tuvieron que recurrir a la producción artesanal de precursores con miras a mantener su capacidad de fabricación.
“A finales de 2020, el mercado de la cocaína había empezado a estabilizarse y las autoridades de la región comenzaron a notificar incautaciones de cantidades cada vez mayores de la droga”, añade el reporte.
El aumento de la demanda provocó un aumento de las exportaciones de droga hacia Europa, que en 2021 reportaron cifras nunca antes vistas.
“A finales de 2020 y a lo largo de 2021, las autoridades europeas se incautaron de cantidades sin precedentes de drogas que llegaban en contenedores enviados desde puertos de América del Sur. También están llegando cantidades cada vez mayores de cocaína procedentes de América del Sur a África, que se está convirtiendo en un punto de tránsito importante para las drogas fabricadas en América del Sur, que luego se redirigen a los mercados de drogas ilícitas de Europa y otras regiones vecinas”, señala el reporte.
Fuente: UNITEL