Cómo el arte fomenta una cultura de pertenencia
A través de programas de arte y cultura, Mosaic America busca fomentar el respeto y el intercambio cultural.
A pesar de las representaciones mediáticas de Silicon Valley como la tierra de los "hermanos tecnológicos", existe una gran diversidad de habitantes entre la población del Área de la Bahía de San Francisco. De hecho, según datos del instituto de investigación norteamericano PolicyLink y del Programa para la Equidad Ambiental y Regional de la Universidad del Sur de California, las minorías raciales constituyen la mayor parte de la población de los nueve condados del Área de la Bahía. Además, la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense realizada en 2020 informa que casi el 40 por ciento de los habitantes del área nació en el extranjero.
Sin embargo, a pesar de toda esta diversidad, la segregación racial y étnica persiste, no solo en el Área de la Bahía, sino en todo Estados Unidos. Esta realidad contradice el símbolo que se refiere al país como “crisol de culturas”: una metáfora utilizada para proyectar a los Estados Unidos como una nación con una asimilación cultural armoniosa. Sin embargo, para la empresaria Usha Srinivasan, cofundadora de la organización sin fines de lucro Mosaic America, “Estados Unidos no es un crisol, es un mosaico”. La idea del mosaico, piensa ella, representa con mayor precisión la naturaleza heterogénea de los Estados Unidos de América.
Srinivasan y Priya Das fundaron de manera conjunta esta organización sin fines de lucro, con sede en Saratoga, California, en 2016 con el fin de utilizar el arte como medio para cerrar las brechas culturales existentes. La misión, refiere Srinivasan, “es hacer que las comunidades estadounidenses pasen de la diversidad a la pertenencia”, es decir, no basta con incluir a las comunidades minoritarias en la sociedad, también hay que garantizar que se sientan bienvenidas y aceptadas. Para que las personas sientan que pertenecen, “deben sentirse igual de empoderadas tanto para contribuir como para exigir a las instituciones sociales, políticas y culturales del lugar en donde habitan”, explica Srinivasan. “Y cuando todos sienten que pertenecen, entonces hay cohesión social”.
Los eventos de Mosaic America presentan artistas y líderes comunitarios del Área de la Bahía que enfatizan los lazos comunes de su humanidad compartida mientras celebran sus diferencias. Por ser una organización sin fines de lucro, los programas que ofrece son gratuitos para el público. Sin embargo, aunque utiliza el arte como herramienta para promover la pertenencia, no se trata de una organización artística. Su objetivo es fomentar la cohesión social, no crear arte por el arte mismo. Se inició, en parte, como una respuesta a las crecientes polarizaciones políticas y culturales del país. “Queremos ofrecer a las personas una forma de poder acercarse tal y como son y crear una comunidad en lugar de mantener islas culturales”, afirma Srinivasan.
Programas interculturales
El objetivo de Mosaic America es fomentar la "competencia intercultural" o la apertura y curiosidad sobre la diversidad cultural en las comunidades. El término “intercultural” indica una comprensión y un respeto mutuos por todas las culturas, en contraste con “multicultural”, que refleja coexistencia, mas no necesariamente interacción significativa entre personas distintas. Para alcanzar su objetivo, la organización presenta eventos basados en lugares, y entre los artistas que se presentan se encuentran aquellos de origen indígena y nativo con conocimiento de los diversos paisajes agrícolas y culturales del Área de la Bahía. Mosaic America ha obtenido fondos o hecho encargos a cientos de artistas locales, incluyendo a Ray Furuta, flautista y compositor quien también se desempeñó como director musical de Mosaic America. En 2019, él y sus compañeros compositores interpretaron una pieza compuesta por ellos llamada Precious Scars (Cicatrices hermosas), la cual reimaginó la experiencia de los campos de confinamiento japoneses en el contexto de la criminalización de los mexicanos y centroamericanos por parte de la administración de Trump.
Proyectos como el de Precious Scars, explica Furuta, “muestran nuestras similitudes a través de nuestras diferencias. Y creo que ese parecido y esa humanidad compartida es lo que nos lleva a ese concepto de pertenencia”. Para realizar esta producción, era importante para Furuta, quien tiene ascendencia tanto japonesa como mexicana, involucrar a artistas de diferentes orígenes culturales. Por eso escribió la música de Precious Scars junto con el compositor egipcio Amr Selim y el compositor mexicano Vico Díaz.
Uno de los eventos más exitosos de Mosaic America es el Festival Mosaic, un evento anual híbrido (en persona y virtual) cuya oferta artística destaca las diversas historias del área de la Bahía. Según Das, el festival, subvencionado por el National Endowment for the Arts (Donativo Nacional para las Artes) en 2021, tiene como objetivo hacer que las personas “tomen conciencia de la diversidad en su área y, quizás lo más importante, se vean representadas”.
Desde su lanzamiento, Mosaic America se ha enfrentado al reto de convencer a los inversionistas de su misión. “Nadie cree que la pertenencia es una necesidad indispensable”, dice Das. En un inicio, los fundadores trabajaban sin sueldo, dedicando su tiempo y energía a un esfuerzo que encontraban ennoblecedor e indispensable para construir la cohesión social. Sin embargo, rápidamente se dieron cuenta de que necesitarían reclutar un equipo y trabajar con una agencia de mercadotecnia para mantener la actividad de divulgación, lo cual requeriría una constante recaudación de fondos. Sus esfuerzos valieron la pena y la organización comenzó a recibir subvenciones desde el primer año.
La primera subvención ocurrió en 2016 —de la ciudad de San José por 14,250 dólares— y les permitió pagar a 10 artistas y grupos para crear obras de arte de manera conjunta y generar reservas para financiar futuras iniciativas culturales. Este financiamiento inicial les permitió pasar de depender de voluntarios a contar con dos empleados asalariados, cuatro contratistas de medio tiempo y cinco pasantes. Las subvenciones posteriores provinieron de la Fundación David y Lucile Packard, el Instituto DeVos y la Fundación Knight. Debido a que reconoció que Mosaic America está explotando los activos culturales presentes en el Área de la Bahía, la Fundación Knight otorgó a la organización sin fines de lucro una subvención de 50,000 dólares en 2016 y de 250,000 tres años después. Además, en 2021, Mosaic America recibió de la Fundación Hewlett una subvención de adaptación de 300,000 dólares; dichos fondos se les otorgan a organizaciones del Área de la Bahía que se enfrentan a los grandes desafíos del aumento radical de los costos inmobiliarios, del acceso desigual a las artes y de la pandemia de COVID-19. Según Adam Fong, oficial del programa de artes escénicas de Hewlett, los esfuerzos de Mosaic America para fortalecer a las comunidades locales la convirtieron en sujeto beneficiario ideal de esta subvención.
La pandemia de COVID-19 presentó un reto para la organización sin fines de lucro, que tradicionalmente solo había ofrecido programas presenciales. Afortunadamente, una subvención adicional de 40,000 dólares por parte de la Fundación Knight en 2021, le proporcionó los recursos para crear programación digital y desarrollar un público en línea. Las actuaciones digitales son, en su mayoría, pregrabadas y luego transmitidas en vivo, pero también incluyen segmentos interactivos en plataformas como Zoom, Facebook y YouTube. Hoy, Mosaic America cuenta con una programación híbrida permanente.
Haciendo un mapeo de la historia artística
Uno de los proyectos más recientes de la organización sin fines de lucro es Mosaic Atlas (Atlas Mosaico), un mapa digital de organizaciones artísticas, artistas y centros comunitarios del área de la Bahía, que se puso a prueba en 2020. “Nos dimos cuenta de que los artistas y los creadores de la cultura se están alejando cada vez más del centro de las ciudades y, por lo tanto, haciéndose más marginados”, dice Das, “y de que a las comunidades culturales recién establecidas o altamente distribuidas les resulta difícil organizarse y saber cómo obtener apoyo de la ciudad y de otros financiadores”.
Los cofundadores sabían que necesitaban una comprensión más profunda del patrimonio cultural del Área de la Bahía a la que tenían acceso. Fue entonces que contactaron a Jan English-Lueck, profesora de antropología de la Universidad Estatal de San José (SJSU, por sus siglas en inglés), cuya investigación se enfoca en la diversidad cultural de Silicon Valley. English-Lueck recomendó a Kerry Rohrmeier, profesora asistente de planificación urbana y regional y experto en geografía digital de SJSU, para dirigir el proyecto colaborativo que se convertiría en Mosaic Atlas.
El proyecto implica un proceso de dos pasos. En primer lugar, English-Lueck y sus estudiantes de posgrado han entrevistado a artistas, curadores y organizaciones artísticas del área de la Bahía. Esta información se está incorporando a StoryMaps (Mapas de historias), mapas digitales interactivos que cuentan historias sobre lugares específicos.
La segunda etapa del proceso le corresponde a Rohrmeier y sus estudiantes de posgrado, quienes están diseñando sistemas de información geográfica para mapear datos etnográficos que incluyen experiencias visuales y auditivas, basadas en historias. Al hacerlo, están desarrollando un software gratuito que estará disponible en un futuro para cualquier persona con acceso a Internet, a través del cual se podrán explorar las artes y las culturas del Área de la Bahía. Los usuarios podrán aprender sobre el trabajo y la programación de la organización sin fines de lucro y los artistas locales, así como experimentar virtualmente el contenido fotográfico y videográfico de estos artistas.
El Mosaic Atlas es “más que solamente puntos en un mapa”, dice English-Lueck. “Queríamos crear algo que contara más la historia humana”. El atlas integra historias humanas con experiencias vividas en las tierras de donde provienen. Gracias a que incorpora datos del censo y de distritos escolares, también “agrega un componente de equidad que no he visto anteriormente”, añade Rohrmeier. En otras palabras, el atlas le da visibilidad a algunas de las comunidades menos visibles. English-Lueck piensa que el atlas encarna la misión de Mosaic America de abrir caminos para la inclusión. “El atlas generará un sentido de conexión y pertenencia dentro y entre las comunidades culturales y las barreras generacionales”, afirma. “Y ese es el aderezo secreto de Mosaic America: que las culturas se reúnan y creen algo nuevo”. Este esfuerzo aborda directamente las islas culturales y de redes sociales que se han afianzado cada vez más en los últimos años. “Los habitantes del Área de la Bahía tienden a mezclarse socialmente o a vivir entre sus propios grupos culturales”, explica Das. “Fuera de las necesidades cotidianas y cívicas, hay muy poca interacción fiscal con la infraestructura de la ciudad y social con otros grupos”.
Se estima que el proyecto Mosaic Atlas estará abierto al público en dos años. La Fundación Hewlett financió la primera fase del proyecto, dice Fong, porque "es el tipo de trabajo fundamental y profundo que estamos seguros servirá y beneficiará a los artistas locales y a las comunidades culturales durante muchos años". Durante los próximos dos años, Srinivasan y Das planean usar Mosaic Atlas para sacar a la luz más culturas que carecen de representación en Silicon Valley y otros sitios más lejanos. Este trabajo se verá reflejado en su programación, la cual, a su vez, “atraerá a estas comunidades a los eventos de Mosaic”, sostiene Das. Los fundadores también esperan establecer capítulos de Mosaic en universidades y campus corporativos, que son básicamente sus propias ciudades, con culturas muy cerradas. “Si nuestro enfoque funciona aquí en Silicon Valley”, dice Srinivasan, “sabemos que funcionará en otras partes de Estados Unidos”.
Fuente: ssires.tec.mx