EL GOBIERNO IDENTIFICÓ EN 2018 IRREGULARIDADES, PERO SE INTERVINO EN ABRIL DE 2023

Analistas ven tardía reacción de ASFI y al menos 5 señales de problemas en Fassil

Las filas en una de las agencias del Banco Fassil, en una foto de archivo. APG

Había deficiencias en la constitución de encaje legal, pedidos de créditos de liquidez, deterioro de calificación de riesgo, promociones millonarias para captar clientes y créditos vinculados que podían ser alertados.

Analistas advierten al menos cinco alertas de problemas en el Banco Fassil y una tardía reacción de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) para evitar las irregularidades en la aprobación de créditos a clientes sin solvencia o el otorgamiento de préstamos vinculados.

Entre algunas señales están deficiencias en la constitución del encaje legal, recurrentes solicitudes de créditos de liquidez al Banco Central de Bolivia (BCB), promociones millonarias para captar clientes, oferta de tasas de interés pasivas más altas, deterioro de calificación de riesgo, apertura de oficinas y sucursales en instalaciones propias, entre otros factores.

El 26 de abril, luego de varias semanas de incertidumbre y cuando la gente reclamaba la devolución de sus ahorros, la ASFI recién procedió con la intervención debido a que el banco incurrió en la causal establecida en el inciso a) artículo 511 de la Ley de Servicios Financieros, por el incumplimiento en el pago de obligaciones a sus clientes.

Juan Antonio Morales, expresidente del BCB, observó que había indicadores de alerta temprana que no se tomaron en cuenta; por ejemplo, el incumplimiento con la constitución del encaje legal y el pedido frecuente de créditos de liquidez al ente emisor. También se pudo hacer una mejor supervisión para detectar créditos vinculados y obligar al banco a constituir más previsiones o aportes adicionales de capital por parte de los accionistas.

“La ASFI tiene inspectores en los bancos y ellos deberían, en los casos de créditos vinculados, tomar medidas correctivas, es decir obligar a que se constituyan mayores previsiones sobre créditos dudosos. Al examinar los informes contables podían detectarse los casos más obvios de créditos vinculados”, dijo el experto.

Morales también consideró que la cartera de Fassil crecía muy rápido y cuando eso ocurre se descuida la calidad, algo que debió suponer un “semáforo amarillo” para la ASFI.

Añadió que la otra alerta temprana por tomar en cuenta eran las tasas de interés más altas que ofrecia Fassil para depósitos. “Eso estaba mostrando que el banco estaba técnicamente apostando a la supervivencia tratando de conseguir depósitos del público junto a premios” con campañas publicitarias de captación, indicó.

Armando Álvarez, exgerente de la Bolsa Boliviana de Valores (BBV), recordó que Fassil tuvo problemas para constituir el encaje legal; además, este año ya comenzó a enfrentar el retiro de depósitos y no podía atender la demanda, causa para la intervención que debió hacerse antes, como explican los expertos en finanzas.

La ASFI también autorizó campañas de Fassil para captar clientes y depósitos “Si el Gobierno señaló que en 2019 ya habían visto problemas, no tiene sentido que ASFI haya autorizado campañas (como La Fabulosa) para captar clientes”, observó el exgerente de la BBV.

Álvarez además recordó que si bien Fassil cumplía con los pagos, desde 2018 ya presentaba un deterioro en su calificación de riesgo como emisor y ése es un dato que podía llamar la atención del regulador como por los clientes de la entidad.

El economista Ernesto Sheriff apuntó que desde que se conocen los primeros indicios de irregularidades, las intervenciones a bancos demoran; sin embargo, observó que muchas actuaciones del Banco Fassil eran de riesgo y eso debió ser una alerta para ASFI.

Por ejemplo, sostuvo que la institución tenía fama de comprar de otros bancos cartera de riesgo y con calificación C y ofrecía facilidades de pago a los clientes que recibía.

Agregó que Fassil también contaba en Santa Cruz con agencias propias y encima con poco movimiento a diferencia de otros bancos que optan por alquilar espacios. El otorgamiento de créditos a clientes sin solvencia es otra de las irregularidades y ASFI puede pedir correcciones, pero las entidades presentan recursos y no se avanza en el tema, explicó.

“La culpa de la ASFI es que actúa lentamente y en forma discrecional. Cuando detectó los primeros indicios de fallas en Fassil y había ruido debería instruir auditorías más profundas, pero ha dejado crecer el problema; había cientos de operaciones observadas y ASFI sólo decía ‘cuidado’ y eso no es suficiente. El banco entró en crisis y la gente se puso temerosa”, apuntó.

Para Sheriff, la intervención debió ocurrir en octubre y noviembre de 2022, cuando ya se hablaba de problemas, porque luego en febrero de este año comenzó a faltar dólares y la gente acudió a retirar ahorros y eso agudizó el problema.

El economista Germán Molina señaló que se debe realizar una auditoría forense para determinar por qué recién se dio curso a la intervención en 2023, cuando ya se tenían observaciones en 2019.

Dijo que la Ley 393 establece los procedimientos que deben seguir los bancos y prohibiciones, los protocolos para aprobar créditos y la ASFI puede detectar las fallas con auditorías internas y externas.

Fuente: Página 7