PIL ANDINA S.A. 60 AÑOS ALIMENTANDO SUEÑOS DE LA FAMILIA BOLIVIANA

 

Es una de las industrias más grandes y representativas del país. Desde hace seis décadas ha visto crecer a varias generaciones. Abuelos, papás, hijos y nietos se alimentaron y se alimentan consumiendo leche, yogurt, mantequilla o algún derivado lácteo con el inconfundible sello PIL.

A diario esta compañía se preocupa por brindar alimentación saludable a la familia boliviana con productos de alta calidad, nutritivos, accesibles, de gran sabor y de reconocido prestigio.

Sin embargo, todo lo que en la actualidad es y significa esta industria no fue fruto del azar ni se logró de un día para otro…

 

Algo de historia

La Planta Industrializadora de Leche (PIL) nació en Cochabamba e inició sus operaciones en 1960 (hace 60 años), con una capacidad inicial de procesar 40 mil litros de leche por día, con tecnología limitada, infraestructura reducida y escasa cartera de productos. En La Paz empezó a operar en 1972 y en Santa Cruz en 1977. Así, la empresa fue creciendo en medio de limitaciones y dificultades propias de la dinámica industrial.

Hace 24 años, Gloria S.A. vio la posibilidad de potenciar la cadena productiva de la leche en Bolivia. De ahí que en septiembre de 1996, aceptó el desafío de privatizar las Plantas Industrializadoras de Leche, en La Paz y en Cochabamba, siendo éste el punto de inflexión para iniciar un proceso de crecimiento y de fortalecimiento en la industria.

En septiembre de 1999, Gloria adquirió el 100% de las acciones de PIL S.A.M. de Santa Cruz y la transformó en IPILCRUZ. En abril de 2004, PIL Andina S.A. fusionó ambas compañías, y en conjunto formó la familia PIL, hoy empresa líder en la industrialización de productos lácteos y de alimentos. En la actualidad la capacidad total de procesamiento de leche cruda supera el millón de litros diarios, considerando las tres plantas de producción (Cochabamba, La Paz y Santa Cruz).

                                                                                                                         

Crecimiento armónico

En los años 70’, PIL trabajaba con 170 productores de leche en Cochabamba. En 1996 empieza a relacionarse con alrededor de 3.000 productores en La Paz y Cochabamba. En 1999, se incorporan 3.000 productores lecheros de Santa Cruz y hoy trabaja de manera coordinada con más de 7 mil familias en todo el país. PIL valora el aporte del sector y, en esta medida, fomenta la actividad lechera aplicando una serie de incentivos a la producción y al mejoramiento de la calidad de la materia prima.

En 1995, la capacidad de proceso de Planta Cochabamba alcanzaba a 80.000 litros de leche al día. En 1996, a diario, PIL acopiaba 9 mil litros de leche en La Paz, 90 mil en Cochabamba y 100 mil en Santa Cruz. A la fecha, en promedio, PIL Andina acopia alrededor de 800.000 litros por día, distribuidos aproximadamente en: 50 mil La Paz, Cochabamba 300 mil y Santa Cruz 450 mil litros/día, habiendo consolidado así un importante crecimiento de las cuencas lecheras en Bolivia.

Como ejemplo, en la gestión 2019, el acopio de leche cruda fue de 269 millones de litros a nivel nacional, destinando aproximadamente un 14,8 por ciento de excedente a la exportación.

“Recolectando materia prima, recorremos un promedio diario de 10,072 kilómetros, lo que equivale a señalar que, acopiando leche, cada cuatro días, nuestros vehículos cisternas dan una vuelta al mundo”, señala Juan Pablo Martínez, gerente de Agropecuaria de PIL Andina.

 

Generación de 2.800 empleos directos  

PIL Andina S.A. se constituye en una de las más importantes industrias de alimentos en Bolivia. En sus tres plantas elabora productos confiables que tienen la garantía de una compañía que contribuye al país con alimentación saludable, con la generación de 2.800 fuentes de empleo directas (entre propios y terceros) y una cadena de valor que involucra a más de 7 mil familias de productores de leche cruda, servicios veterinarios, producción de alimento y de forraje para el ganado, distribución primaria y secundaria con más de 360 unidades motorizadas, alrededor de 5.000 proveedores de bienes y de servicios, una amplia red de distribución que incluye agencias propias, agencias tercerizadas y más de 90.000 puntos de venta (PDV) en todo el país, llegando a generar, en conjunto, alrededor de 100 mil fuentes de empleo indirectas a nivel nacional.

En lácteos cuenta con varias categorías que incluyen 237 diferentes presentaciones (leches, helados, quesos, mantequillas, cremas, dulces y jugos lácteos), y en no lácteos tiene varias líneas y 115 presentaciones, logrando una cartera variada que asciende a 352 productos alimenticios. Para estar presente en los diferentes momentos de consumo de la familia boliviana PIL ha desarrollado, además de la amplia línea de productos lácteos y helados, otras de margarina, soya, postres y mermeladas. 

“Por el lado de las mercaderías y conservas, se ha incluido en nuestro portafolio atunes, pastas, sardinas, conservas de frutas, compotas y café, siempre buscando la mejor calidad para beneficio de nuestros consumidores. En el importante y competitivo mercado de bebidas, contamos con jugos saborizados (Aruba), néctar de frutas Juguito Pil y Pura Vida Frutss, agua Pura Vida y té helado con la marca RefrescaT”, menciona el gerente de Marketing, Jose García Miranda.

Considerando toda la producción láctea nacional (industrial y artesanal) la participación aproximada es del 65 por ciento. La participación estimada de PIL en el mercado del eje troncal de productos lácteos industriales (leches y derivados) es del 80 por ciento. En jugos, tomando en cuenta ‘still drinks’ y jugos de frutas, la participación bordea el 35 por ciento.

La premisa es mantener plenamente abastecido el mercado interno, sin embargo, para orgullo del país, se ha logrado exportar excedentes de algunos productos, como leche en polvo (entera, descremada e instantánea), leche fluida, mantequilla, jugos de frutas y, en los próximos meses, margarina. 

A esto se suma que, en los últimos diez años, la compañía viene aportando más de Bs 200 millones anuales en tributos de diversa índole. De hecho, el ranking del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) ubica a PIL entre los 10 contribuyentes más grandes de Bolivia, aspecto que muestra y ratifica el compromiso y transparencia de la industria con el crecimiento y el desarrollo del país.

La premisa, es cuidar la salud y la integridad de sus colaboradores pero también de los clientes y consumidores

 

Este año, ante la emergencia sanitaria por COVID-19, la empresa reaccionó de manera inmediata. Las restricciones y los sobrecostos, en las cuarentenas, fueron importantes, pero PIL visualizó y se focalizó en las soluciones. En una primera fase se trabajó en el plan de contingencia para asegurar la continuidad de las operaciones. A la fecha, si bien las Plantas llegaron a operar al 60 %, la industria no suspendió sus labores.

“Además de cumplir con todos los protocolos de bioseguridad para la prevención y contención del COVID-19 al interior de nuestras instalaciones, se ha implementado, medidas de bioseguridad en los canales de atención y se exige que en todas las etapas anteriores (acopio) y posteriores (entrega del producto a los puntos de venta o al consumidor) a la industrialización se cumpla estrictamente con ellas”, puntualiza Daniel R. Aguilar Cabrera, gerente general de Pil Andina.

La empresa está aplicando pruebas rápidas para sus colaboradores habiendo gestionado hasta hoy más de 10.000 pruebas. Además, se ha suscrito una póliza de Seguro de Vida COVID-19 para todo el personal.

Asimismo, la planificación, en el corto plazo, se orientó para gradualmente ir ajustando y calibrando las acciones ante cambios en las ventanas horarias y las restricciones logísticas.

“Logramos alcanzar, no a todos los canales de venta, pero sí a los principales a nivel nacional, desarrollando atención directa llegando con distribución a diferentes barrios y zonas para la venta al consumidor final. En sintonía con los nuevos tiempos que exigen flexibilidad e innovación, la industria actualizó y replanteó prioridades en proyectos clave haciendo foco en la agilidad de los procesos e implementaciones como la incorporación de servicios por terceros de delivery, auto venta Pil Express, pagos con código QR, transferencias electrónicas débito-crédito y desarrollo de un portafolio clave para el consumo hogar”, menciona Limberg Daroca Nuñez, gerente de Ventas.

Para tener al equipo alineado y con los objetivos claros, con el área de Tecnología e Información (T&I) se desplegó habilitaciones de VPN, red privada virtual y acceso remoto a ERP (Enterprise Resource Planing), sistema donde se gestiona todos los procesos internos de la compañía. 

Asimismo, se implementó los comités de trabajo y las reuniones de equipos con seguimiento vía remota, a través de la herramienta colaborativa Teams, que no solo es un instrumento para videoconferencias sino que también permite el intercambio de mensajes electrónicos escritos, compartir archivos, imágenes y otros.

“Permanentemente desarrollamos reuniones internas en nuestras plantas, reforzando el mensaje ‘Estamos Unidos’, actualizando y reforzando prácticas respecto a las medidas de seguridad que se implementan y el rol que cumple una industria de alimentos”, apunta el gerente de Producción, Rodrigo Díaz Pérez.

Hoy, PIL Andina S.A. es una gran familia, con metas claras, proyecciones y ganas de seguir creciendo. “Por supuesto que vamos por más, seguiremos creciendo juntos…”, asegura el gerente general de esta compañía, Daniel R. Aguilar Cabrera.

 

Pil, ¡60 años alimentando sueños!