La pesca en el Pilcomayo, entre la sobreexplotación y la sostenibilidad

Fotos: Rosa Casal

Gran parte del territorio del departamento de Tarija esta constituido por la llanura chaqueña, por eso su provincia más grande se llama Gran Chaco, la cual es atravesada por el majestuoso río Pilcomayo.

Hablar del Pilcomayo en Bolivia es hablar de la pesca del sábalo en el municipio de Villa Montes, que se realiza desde hace centurias por los indígenas originarios del lugar y luego por los criollos que fueron aumentando paulatinamente hasta nuestros días.

La pesca del sábalo es vital en la economía villamontina, tanto para los pueblos indígenas originarios como para el resto de pobladores, lo que implica que el sustento y la identidad de esta región está relacionada al río con un efecto multiplicador importante.  

Cada año desde mayo hasta agosto, se levanta la veda del río Pilcomayo y empieza la temporada de pesca del sábalo, surubí, dorado y otras especies de peces. Es el sábalo especialmente que sale en gran cantidad y se comercializa en varios departamentos de Bolivia, algunos pescadores estiman que salen hasta 20 millones de sábalos al año.

Estuvimos en el lugar investigando y preguntando a varias personas sobre el manejo de la pesca, queríamos saber sus criterios sobre el cumplimiento de las regulaciones de la pesca y la sostenibilidad del río, cómo se maneja y controla, algunos quisieron hablar y otros prefirieron abstenerse, pero finalmente conseguimos la información por parte de comunarios y pescadores tanto indígenas como criollos.

Nos indicaron que todo el margen del río está dividido en concesiones, que antes eran marcadas de forma criolla, por alguna piedra o árbol o “algo” que las limitaba, sin embargo, ahora están demarcadas por coordenadas geográficas exactas.

El problema

Muchas son las personas que están en el río tratando de sacar un provecho económico de la pesca, si bien es pasajero, es una opción para ellos de poder subsistir una temporada y desde luego que la pesca siempre fue parte importante de la rutina local villamontina.

“El problema que estamos viendo es que por algunas prácticas y alquileres le están dando palo al rio y esto no está bien porque al río lo debemos cuidar” señalaron coincidiendo algunos indígenas y pescadores de conseciones.

 

La regulación y los encargados

¿Quién controla la pesca? Existe un mecanismo de control por parte de las autoridades, el programa se llama CODEFAUNA, es el que aprueba las concesiones, extiende los permisos de pesca y realiza las batidas sorpresa durante la temporada. 

La zona pesquera es demasiado grande y aunque ponen su mayor esfuerzo no es suficiente, por eso no pueden cumplir con su labor al cien por ciento, la gente del lugar indica que CODEFAUNA sufre de la falta de recursos económicos para poder abastecerse en el control y les falta de personal, que se debería considerar que no solo depende de ellos el cuidado del rio, también recae en la conciencia de los pescadores responsables.

Cabe aclarar que la concesión no es título de propiedad del encargado, solamente son permisos temporales, que pueden ser revocados en caso de no cumplir la normativa.

Sobreexplotación 

¿Entonces qué es lo que ocurre?, nos indicaron textualmente que "como en toda comunidad, hay gente buena y hay gente mala o abusiva. Cada concesión tiene su encargado que es responsable de todo el largo de su pedazo, de esa persona depende el trato que va a recibir el río, ya que, si llegó a buenas manos, ese pedazo no será sobreexplotado, sino que se regirá a la reglamentación y cumplirá con lo determinado".

¿Qué pasa si no es así?, nos contaron que "hay gente que llega a obtener su concesión y la alquilan a terceros, a los terceros que son generalmente personas que vienen de otros lugares, lo único que les interesa es sacar sin medida día y noche todo el pescado que se pueda, para cargarlo en un camión y sacarlo de la zona para poder venderlo a mucho mejor precio en otras ciudades". 

Para ello estos que alquilan utilizan todas las herramientas posibles y todas las artes de pesca de manera simultánea, algo que no está permitido por la normativa, que no distinguen el tamaño del pescado y no devuelven los que están pequeños todavía, en fin, terminan haciendo lo que quieren acarreando en el tiempo un desgaste al río que en algunos aspectos ya estaría pasando su factura.

Hay varias formas de pesca que están permitidas, cañas, pollera, red de arrastre, chalana, etc. No está permitido utilizar todos los implementos al mismo tiempo, sin embargo, en algunos sectores si lo hacen. En algunas ocasiones cuando se hicieron batidas para el control de permisos y condiciones de pesca se llegaron a decomisar hasta 700 polleras señalan los lugareños.

Los pescadores con una larga tradición 

Existe también un Sindicato de Pescadores de Villa Montes, fundado en 1948, en esos entonces, la alcaldía sacaba un impuesto a la pesca para educación y salud de la población, era la principal entrada económica para todos. 

Actualmente son 62 pescadores miembros de ese sindicato, cada pescador debería ser un socio estratégico de CODEFAUNA para cuidar el río, aunque el obstáculo de poder comunicarse sin represalias entre todos dificulta esa visión. 

Los puestos activos a la fecha (agosto 2021) no pasan de 40, ya se han perdido una buena cantidad de concesiones por el mal uso que se hizo en el pasado.

Un llamado para cuidar el Pilcomayo

Concluyendo, se pude verificar “in situ”, que como hay buenos puestos pesqueros, tambien hay malos y es urgente tomar medidas de prevención para asegurar la sostenibilidad del río y preservar la pesca de buena calidad en base a una normativa.

Es importante que los pescadores reciban una capacitación previa al inicio de la temporada por alguna de las entidades, es necesario incrementar los controles e inyectar mayores recursos al cuidado del río, es prioritario mejorar las condiciones y calidad de los puestos pesqueros, explotar este don que tienen para llamar al turista a la región, en fin, son tantas las opciones que  se requiere para cuidar al río, sensibilizar y educar sobre su importancia.

Lo que pretende este reporte es un llamado de buena fe a las autoridades de todos los niveles y a la población para que tomemos conciencia y entre todos seamos quienes cuidemos de la sobreexplotación de nuestro río tan hermoso e imponente como es el Pilcomayo, fuente de tanta vida que hoy demanda de nosotros para que le brindemos sostenibilidad.

Es importante que se denuncien el mal trato y las malas prácticas que se realizan en el rio, que se cuide el tema de la basura y que se respeten las normativas ya que sus nacientes están en nuestro territorio, así que somos los principales responsables de cuidarlo y debemos considerar que son muchas las familias que viven de él, gran parte de la solución pasa por un cambio educacional de las personas de la región. No nos hagamos los ciegos ante esta situación.

Existen otros problemas, por ejemplo entrar al tema del manejo de desecho de viseras requiere evaluación y control especial, la forma en la que se maneja es totalmente errónea en su mayoría, consideramos que ese es tema para un próximo reporte.

Apunte

Hablar de nuestro Chaco es hablar de una ecorregión abarca partes de tres departamentos de Bolivia y cruza los límites fronterizos a nivel sudamericano, compartiéndolo con otros dos países Paraguay y Argentina.

En el chaco tarijeño específicamente, el clima es semiárido y semihúmedo, se caracteriza por ser muy caliente en el verano y frio en el invierno. 

Geográficamente está formado por una llanura sedimentaria modelada por los ríos Bermejo y Pilcomayo, lo que lo hace un lugar perfecto para la pesca de varias especies endémicas.

La economía del lugar está básicamente en la producción ganadera, agropecuaria y la pesca que marca una época muy especial, servicios hoteleros y turísticos, también están creciendo otros sectores productivos que se pueden abrir nuevos campos, especialmente con la exportación.