Análisis Económico

Hay más de 19 mil actividades económicas registradas en la ciudad de Tarija

Imagen de referencia Venta de abarrotes

La revista Tarija 200 en su perspectiva de promover un mejor conocimiento del Departamento, gestionó ante el gobierno municipal de la ciudad de Tarija la información referida a las actividades económicas registradas con patente en el Municipio, a noviembre de 2013.

Los datos fueron procesados por Tarija 200; asimismo se  agregó la información estadística de cada zona para tener un resultado general, siguiendo la clasificación municipal de 5 rubros, 35 subrubros y 94 actividades económicas. En total son 19.152 las unidades o actividades económicas registradas en la ciudad de Tarija.

Para el análisis de la información se invitó al economista, José Luis Porcel, quien asegura que hasta ahora Tarija no ha podido dar el salto para convertirse en una ciudad moderna, donde se aprecie el progreso de su gente que merece días mejores.

Según explica el Departamento no ha sabido aprovechar la coyuntura económica por la que atraviesa, en la cual las regalías gasíferas han inyectado importantes recursos económicos.

Prueba de ello es que la mayor parte de la actividad económica que genera movimiento en la ciudad se concentra en el comercio, servicios y otras actividades con bajo capital de trabajo.

Puntualmente Porcel se refiere a la gran cantidad de establecimientos comerciales asentados en la ciudad y en los centros de comercio más importantes, como son el mercado Campesino, mercados menores y ferias.}

“La ciudad está atiborrada de tiendas de barrio y vendedores ambulantes que han copado el centro, haciéndolo –prácticamente- intransitable a determinadas horas”, afirma el economista, quien añade que la presión es tan fuerte que el centro de la ciudad parece un mercado persa, donde la oferta de todo tipo de bienes y serviciossobrepasa la demanda y las expectativas de la gente que muchas veces se conforma con mirar vidrieras.

Este relato parecería extraído de una novela y sin embargo, es la realidad en un departamento que percibe más de 5.000 millones de bolivianos en el presupuesto de la Gobernación, cifras nunca antes vistas.

Empero, adentrándonos en la información estadística proporcionada a Tarija 200, Porcel explica que los datos no son más que el reflejo de la realidad; pues se percibe una actividad industrial incipiente y en efecto sólo el 2 por ciento de la actividad económica de la ciudad es generada por las escasas industrias asentadas en la ciudad.

Cabe sin embargo, destacar el enorme esfuerzo realizado por los industriales, en especial por los vinculados a la vitivinicultura, cuyos orígenes se remontan a inicios del siglo pasado y que hoy han logrado su presencia en los exhibidores de las tiendas de barrio del país, supermercados, hoteles y restaurantes.

“Los exquisitos vinos y singanis son el reflejo de la pujanza de empresarios que a puro pulmón, supieron levantar una industria a la que deberíamos ponerle más atención, por cuanto no sólo son generadoras de fuentes de trabajo, sino también generadores de ingresos para el Estado y los municipios”, explica Porcel y añade que incluso contribuyen directamente a combatir la erosión del Valle Central con el cultivo de la vid.

Pero siguiendo con el análisis, la actividad comercial, también refleja el bajo nivel de dinamismo económico que debería tener la ciudad de Tarija. En efecto, como se aprecia en el siguiente gráfico, el comercio minorista es el que predomina en la ciudad, concentrando al 85 por ciento de este rubro, en tanto que el comercio mayorista sólo representa el 13 por ciento.

La ciudad está invadida de puntos de comercio al por menor, tales como tiendas de ropa, pequeñas ferreterías, librerías, entre otros, que por lo general son administrados por los propietarios o familiares; por lo tanto el grado de dependencia económica tiende a ser elevado en torno a esta actividad para las familias vinculadas a ésta.

Este comportamiento se corrobora al analizar el rubro de servicios, donde los vinculados a hogares alcanzan el 33 por ciento y los bienes inmuebles alquilados a las empresas un 17 por ciento, lo que refleja que el Estado es un importante generador de recursos a través del arriendo de viviendas que son utilizadas para oficinas, como sucede en toda la ciudad.

De acuerdo a Porcel, la construcción es una actividad de mucha importancia, por cuanto las familias se esfuerzan tanto por construir como por realizar ampliaciones y/o remodelaciones a sus viviendas; sin embargo, el analista resalta que se percibe un bajo nivel de nuevas construcciones.

De igual forma, los servicios sociales y los vinculados a la hotelería son relativamente bajos (10% cada uno) y se expresan en que, salvo pocos hoteles, la mayoría se encuentra sub-utilizada en su capacidad instalada, afrontando costos fijos ineludibles y desaprovechando no sólo las bondades de un buen clima sino también las oportunidades de convertirnos en una ciudad turística.

En otro punto, Porcel explica que si bien el transporte parecería tener poco peso relativo (5%), por el tamaño de la ciudad, esta actividad es altamente importante y hasta cierto punto saturada de oferta, prueba de ello es que existen dos tipos de transporte: el sindicalizado y el libre, cuyo nivel de competencia es tan alto, que la ciudad se encuentra atiborrada de este servicio y si a ello se suma el transporte de particulares, la ciudad –prácticamente- se torna intransitable en gran parte del día, en especial en las vías de mayor tráfico.

También destaca el transporte interdepartamental que escasamente puede competir con los del eje central por contar con buses relativamente obsoletos que no guardan relación con la demanda por parte de los usuarios.

De esta manera, los servicios han proliferado a niveles insostenibles, pues cada día cierran y abren negocios vinculados a esta actividad, tal como sucede con las cabinas públicas para llamadas a larga distancia, internets, comercio minorista y otros.

Para Porcel estas actividades han tenido un bajo nivel de expansión en la ciudad y la mayoría se concentra en el centro o en algunas áreas de mayor movimiento económico, como es la zona de Villa Fátima, mercado Campesino e incipientemente la avenida Circunvalación.

Amerita, profundizar las actividades que se concentran en “otras actividades menores”, tanto por el número que encierran, como por la importancia que tienen en las familias vinculadas a ellas.

En efecto, según se aprecia en el siguiente cuadro, éstas concentran al comercio minorista asentado en los mercados municipales (24%), a las tiendas de barrio (24%), a los comerciantes minoristas (17%), a los comerciantes minoristas de mercados privados (12%), a la elaboración y venta de comida (11%), a los artesanos (10%) y a otras actividades menores (3%).

Porcel explica que el movimiento económico que se concentra en las actividades mencionadas, refleja un alto nivel de concentración de familias que depende de un capital “relativamente” bajo que, en muchos casos, no garantiza un adecuado nivel de vida para las familias concentradas en ellas.

A manera de conclusión el economista afirma  que el bajo dinamismo económico que se observa en la ciudad de Tarija, puede deberse a las siguientes variables que influyen de manera directa:

- Baja inversión pública.

- Concentración de la inversión pública en obras de infraestructura.

- Importante nivel de mano de obra concentrada en el sector público.

- Inadecuadas políticas públicas, como el PEUP que distorsiona el mercado del trabajo.

- Escasa importancia de la inversión pública a la educación formal y no formal.