Empresarios ven que la economía sigue golpeada por crisis interna y externa; plantean medidas urgentes
El sector exportador percibe una economía nacional con un menor dinamismo este año. Gobierno prevé crecimiento del PIB del 4,86% y una inflación del 3,28%
“La disputa interna entre masistas que apoyan a Evo y Arce y el paro cívico de 36 días en Santa Cruz por el censo de población ‘castigaron’ los bolsillos de la clase popular y por eso la economía no se recupera todavía. Ellos (Gobierno) ahogan las penas con cifras imaginarias, lejanas de la realidad. El Casco Viejo de la capital cruceña -tiendas y oficinas- está en alquiler y en anticrético. Esa es una señal evidente de que la economía está en retroceso”, reflexionó Freddy Zárate, artesano.
La caída de la demanda y merma de ingresos diarios en su actividad es otra variable que lo lleva a deducir que la economía no está bien y que la gente está más cauta en sus gastos. Dice que la incertidumbre política y cuestionable gestión económica también influyen en la toma de decisiones de los clientes.
Ely Carlos, vendedora de dulces y refrescos, considera que la crisis política y social derivada de la movilización de Santa Cruz por censo en 2023 debilitó su economía. “La pandemia desequilibró mis cuentas, me ‘comí’ el capital en remedios y víveres. El Gobierno habla que reconstruyó la economía, pasó más de un año y lo único que crecieron fueron mis deudas”, dijo.
Lo político traba crecimiento
Según el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, en lo que va de 2023 el país transita una etapa de preocupación e incertidumbre, generada por la disminución extrema de las Reservas Internacionales Netas (RIN), un problema advertido desde hace mucho tiempo y que puede tener consecuencias graves si no se revierte en el corto plazo. “Este problema ha generado una presión sobre el tipo de cambio, y la percepción de una parte creciente de la ciudadanía de que las cosas no están bien”, puntualizó.
Anotó que preocupan los conflictos políticos que dificultan la coordinación entre el Ejecutivo y el Legislativo y que pueden afectar la aprobación de créditos o de leyes para enfrentar los problemas que aquejan al país. Así también dijo que están alerta ante el agravamiento de las crisis económicas y política fuera del país, en Perú, Chile y Argentina, mercados naturales y principales para varios productos. “Si se genera una mayor inflación, conflictos violentos o una estanflación en los países de la región, los efectos van a repercutir en Bolivia”, sostuvo Barbery.
Expresó que la persistencia del Gobierno en excluirlos del diálogo, impide generar soluciones al desempleo creciente y la precarización de las empresas, pero, sobre todo, está afectando al sector que en 2022 dinamizó la economía y que este año va a tener la responsabilidad de mantenerla a flote.
“Es necesario que el Gobierno separe las decisiones políticas de las necesidades económicas. La injerencia de los intereses partidarios en las cuestiones de la economía, están produciendo mucho daño al país, promueven la conflictividad e impiden el desarrollo y el crecimiento sostenido”, precisó Barbery.
El mes anterior, el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, informó que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia registró una tasa de crecimiento del 4,28% al tercer trimestre de 2022, lo que -dijo- ratifica el retorno del país a la senda del crecimiento económico.
Entretanto, Danilo Velasco, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), expresó que el sector percibe una economía nacional con un menor dinamismo este año, en parte por la ruptura de cadenas de suministro generadas por el paro y cerco en Santa Cruz en el último trimestre de 2022, que impidió el flujo normal de abastecimiento de insumos y materias primas a otros departamentos del país; y también por causa del conflicto político-social en el sur del Perú que paralizó el flujo de carga de comercio exterior de una parte muy importante de las exportaciones, esencialmente de productos no tradicionales.
En el contexto global, Velasco advirtió que este año se mantiene el riesgo de que se presenten nuevos incrementos en las tasas de interés, y que los niveles de inflación se moderen, pero que se mantengan relativamente altos. “Esto puede profundizar los efectos sobre la demanda y causar una reducción en los precios en variados productos que exporta Bolivia, muchos de ellos primarios”, dijo.
En lo regional, advirtió el riesgo de no lograr alternativas viables para la salida de carga de exportación que permitan, de manera oportuna, reemplazar las salidas por Desaguadero que actualmente se encuentran paralizadas. Explicó que muchas empresas exportadoras han acumulado producción que no ha podido ser despachada hacia los mercados debido a las limitaciones logísticas.
“Esto puede menoscabar el flujo de divisas que recibe el país, y afectar el potencial de crecimiento de las exportaciones este año”, indicó Velasco, al advertir que, a escala nacional, se observa que los mayores precios de la energía podrían generar un mayor uso de recursos fiscales para financiar un mismo nivel de consumo y para mantener los subsidios destinados a evitar incrementos en los precios de la energía al consumidor final.
En criterio del gerente general de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), Martín Salces, el reto de este año debe estar orientado a ser más competitivos y eso se logra con el máximo compromiso de todos. “En realidad han transcurrido dos meses de este año. En este corto periodo de tiempo es muy prematuro hacer una evaluación. Entendemos que estamos transitando por un ciclo complicado, pero que puede ser superado a través de un trabajo coordinado entre el Gobierno y el sector privado”, complementó.
Salces cree que se debe sembrar productividad, mejorando la agricultura con biotecnología, para poder cosechar desarrollo en el menor plazo posible. “La producción y las exportaciones, sin duda, pueden ser el factor más influyente en este momento económico y la logística el vehículo que puede posibilitarlo”, remarcó.
Para el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), José Luis Farah, la incorporación y uso adecuado de la biotecnología permitirá mejorar la economía no solo del sector agropecuario, sino que puede ser un impulsor para mejorar la economía del resto de los sectores y, por consiguiente, de la economía de todo el país.
Mencionó que se debe dar plena seguridad jurídica. “No se puede producir a plena capacidad con la incertidumbre y el acecho de grupos irregulares que actúan impunemente. Necesitamos una política de Estado que brinde seguridad jurídica a todos los productores grandes, medianos y pequeños, que el derecho propietario agrario sea respetado y se elimine la reversión de tierras”, relievó Farah.
Medidas y acciones urgentes
A decir del economista Darío Monasterio, el dato para evaluar el desempeño económico es la inflación negativa o deflación. “La deflación no es una buena noticia, es una mala. Puede indicar menores ingresos disponibles para consumo en hogares y menores inversiones en micro, pequeñas y medianas empresas y cuentapropistas. Además, tenemos la caída estrepitosa al mínimo de las RIN y las señales sobre el tipo de cambio”.
Alertó riesgo de devaluación, y de recesión si no se dan políticas económicas claras: “Inclusive existe peligro de alza del precio de la gasolina si no se renuevan las reservas y no hay liquidez para importar combustible”, apuntó.
A pesar de la situación externa e interna, Lorgio Ardaya, también economista, destacó la estabilidad de precios, inflación acumulada a febrero de 2023 de -0,11%, récord de las exportaciones por $us 13.586 millones y una balanza comercial positiva de $us 603 millones, inversión pública mayor que el resto de los países de la región, una tasa de desempleo del 4,5% y una proyección de crecimiento económico del 4,86% para la presente gestión.
En las tareas pendientes, Ardaya denotó que se debe continuar con la disminución del déficit fiscal global y corriente, seguir fomentando las exportaciones, consolidar los proyectos de la industrialización del litio y el acero y apoyar, a través de créditos preferenciales, a las cadenas productivas con el fin de sustituir las importaciones.
El Programa Fiscal Financiero (PFF) 2023, estima un crecimiento del PIB del 4,86% y una tasa de inflación de fin de periodo del 3,28%. Un déficit del sector público no financiero del 7,49%, una inversión pública de $us 4.006 millones y una variación de las RIN positivas por al menos $us 550 millones.