Adiós “Don Díaz”, el querido bicicletero de nuestra Tarija
A la edad de 87 años, Alberto Díaz, reconocido tarijeño y mecánico del taller de bicicletas Díaz falleció la tarde de ayer. La información fue confirmada a El País por uno de sus familiares.
El taller que funciona hace más de 55 años, ubicado en el barrio Las Panosas a una cuadra de la plazuela Sucre, era muy frecuentado por los ciudadanos y ciclistas que lo requerían, debido a la amabilidad y calidez con la que atendía Díaz a sus clientes. Freddy Díaz, hijo de Alberto, queda ahora a cargo del mismo.
La misa de cuerpo presente se realizará hoy en la Iglesia San Roque a las cuatro de la tarde. Posteriormente sus restos mortales serán trasladados al Cementerio General para su entierro.
El amigo detrás del oficio
Alberto Díaz era el bicicletero más querido y conocido de Tarija, tuvo siete hijos. Su vinculación con el negocio de las bicis comenzó cuando tenía cerca de 40 años de edad, pues tuvo en realidad dos oficios en su vida; primero el de albañil y después el de bicicletero, ambos los aprendió en Argentina.
Cuando aún estaba en vida y lo visitó El País, Díaz recordaba que se fue a Argentina a los 17 años, junto a un tío. Ahí lo primero que aprendió fue el trabajo de albañilería, sólo que cuando no había “laburo” de albañil, debía buscarse el modo de sobrevivir, por lo que de esa forma llegó a las bicicleterías, donde poco a poco conoció el oficio.
Así se quedó en Argentina por el lapso de dos años, tiempo que le sirvió para ahorrar un poco de dinero, pero sobre todo para adquirir los conocimientos que después le servirían para sobrevivir y mantener a su familia.
Al volver a Tarija ingresó al Ejército, recuerda claramente que era “el regimiento 8 de infantería”, y cuenta que formaba parte de la primera sección de morteros. En realidad, era el tirador de la primera pieza de los morteros, pues dice que tenía buena puntería.
“Nosotros hicimos el servicio militar dos años y dos meses, en el tiempo de Alfredo Ovando Candía; era pura revolución nomás, nos llevaban, nos traían, estábamos durmiendo tranquilos, nos tocaban el clarinete y ¡Afuera!, a puro azote, a garrote, a los camiones, a formar y a la cocina. Nos daban un plato de mote y un pan de dos pesos pal morral. Así estuve dos años y dos meses”, decía emocionado.
Al salir del cuartel le tocó seguir con el oficio de albañilería y como era especialista en molduras, tenía trabajo. Recordaba orgulloso que fue parte de obras importantes de la ciudad como la iglesia San Francisco, el cine Gran Rex o el asilo.
“Yo era especialista en molduras, mi último trabajo que hice fue en la torre de la iglesia San Francisco. A mí me entregaban el molde, yo armaba todo el esqueleto y meta a hacerlo. Sabía estar dos a tres días sentado en la esquina de la torre para darle forma”, relataba.
Alberto Días recibió un reconocimiento del Gobierno Departamental
Esa profesión la desempeñó hasta cerca de sus 40 años, tiempo en el que decidió dedicarse al alquiler de bicicletas. Para eso se compró una bici inglesa, marca Phillips, que la trajo de Argentina y la alquilaba a 1 boliviano la hora. Así, ante la demanda, llegó a tener 40 bicicletas, que más tarde fueron el motivo de muchos disgustos para él, pues hubo muchos quienes no se las devolvieron.
Don Díaz, como muchos lo conocían tenía una infinidad de historias sobre sus andanzas para recuperar sus bicicletas; sin embargo, así como logró recuperar algunas, son más las que no pudo volver a ver. Al final, de las 40 bicis que tenía para alquilar, sólo le quedaron 12.
Cuando se vio con tan pocas bicis decidió parar el negocio de alquiler y dedicarse sólo al arreglo y reparación de las bicicletas. Cuando tomó esta decisión, pasó un corto periodo de tiempo y se casó con Marina Torrejón, formó una numerosa familia y la mantuvo con la profesión que aprendió en Argentina.
A sus 86 años, Don Díaz continuaba arreglando bicis, todos los días desde las 8.30 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Sin embargo, desde ayer este insigne tarijeño descansa en paz.
Recuerdos del oficio de un gran hombre
Carnet de propiedad
Cuando Alberto comenzó el negocio de alquiler de bicicletas, recuerda que las bicis tenían su carnet de propiedad que era otorgado por la Jefatura Departamental de Tránsito. En esos documentos se registraba el número de placa, la marca y el tipo de bicicleta del propietario.
La bicicletería
Alberto comenzó su negocio en una casa ubicada sobre la calle Madrid esquina Daniel Campos, luego se cambió a la Virginio Lema, después se mudó a otro local sobre la Daniel Campos y finalmente llegó a la esquina de la Colón y Alejandro del Carpio, que es donde trabaja actualmente.
Fuente: El País