“Silencio que inquieta: víctima de intento de feminicidio en Tarija se niega a colaborar y el caso queda envuelto en misterio”

La fiscal departamental de Tarija, Sandra Gutiérrez, informó que el Ministerio Público abrió de oficio un proceso por feminicidio en grado de tentativa, luego de que una mujer de 37 años fuera encontrada con graves cortaduras en las manos y en el cuello, en circunstancias que aún generan más preguntas que respuestas.

“Ante el llamado del CADI, se hicieron presentes personal de la Policía como de un centro de salud para verificar la presencia de una persona de sexo femenino, de 37 años de edad, quien se encontraba de acuerdo a las investigaciones con cortaduras tanto en sus manos como en el cuello”, relató la autoridad judicial.

Sin embargo, lo que podría ser una pieza clave en la resolución del caso se ha convertido en el mayor obstáculo: la víctima y su familia se niegan a colaborar. Gutiérrez admitió con desconcierto que este silencio dificulta el trabajo de los investigadores. “Lamentablemente no hemos tenido mucha cooperación por parte de la víctima ni de sus familiares, no hay colaboración”, afirmó.

De acuerdo con las primeras indagaciones, el principal sospechoso sería la pareja de la víctima, mientras ella continúa recuperándose en un centro de salud bajo un velo de hermetismo.

El Ministerio Público, en cumplimiento de la normativa, seguirá el caso de oficio, recabando pruebas e indicios para presentar la imputación formal por el delito de feminicidio en grado de tentativa.

Pero la gran incógnita persiste: ¿qué motiva a la víctima y a su entorno a callar? Expertos en violencia de género sostienen que el miedo a represalias, la dependencia económica, la presión social o incluso el síndrome de indefensión aprendida podrían explicar esta falta de colaboración. Estos factores, invisibles para el ojo común, convierten a las víctimas en prisioneras del silencio, reforzando el círculo de violencia.

La fiscal departamental expresó su preocupación con un dejo de suspenso: “Lamentamos estos hechos porque nosotros como Ministerio Público estamos luchando contra estos males, y las propias víctimas no colaboran para esclarecerlos”.

El caso, que comenzó como un hecho de sangre, ahora se envuelve en un inquietante misterio, donde el silencio de la víctima se suma a la violencia, dejando a la sociedad en alerta y a la justicia en una carrera contrarreloj para evitar que el intento se convierta en tragedia consumada.