Sam Altman, creador de ChatGPT, advierte que Estados Unidos subestima la amenaza de IA de la próxima generación de China

El CEO de OpenAI, Sam Altman, lanzó una advertencia sobre el rápido progreso de China en inteligencia artificial (IA) de próxima generación. Durante una reunión en San Francisco, el ejecutivo destacó que la competencia entre Washington y Pekín no es una simple carrera tecnológica, sino un escenario complejo con implicaciones globales.
China avanza más rápido de lo que EE.UU. cree
Altman señaló tres aspectos clave que generan preocupación:
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Capacidad de inferencia: China estaría logrando una velocidad de desarrollo superior.
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Investigación y productos: la competencia no es lineal, existen múltiples capas tecnológicas en juego.
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Controles de exportación: las restricciones de EE.UU. a chips como los de NVIDIA o AMD no han detenido a China, que ya trabaja con alternativas locales como Huawei y fábricas propias de semiconductores.
Frase de Altman: “No será tan simple como preguntar si EE.UU. o China van adelante. Hay muchos factores en juego”.
La estrategia de China: IA gratuita y de código abierto
Mientras que en Occidente los modelos de IA se comercializan, empresas chinas están liberando herramientas avanzadas sin costo:
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Qwen (Alibaba): modelo capaz de programar, buscar en internet y generar imágenes.
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Minimax: modelo de código abierto más grande hasta ahora, con soporte de hasta 4 millones de tokens.
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Kimi 1.5: especializado en resolver problemas de lógica, matemáticas y código.
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DeepSeek: competidor directo de GPT-4 con capacidades avanzadas.
Expertos como Martos Gastón advierten que China utiliza el acceso abierto como herramienta geopolítica para dominar la adopción global de IA, mientras Occidente prioriza monetización.
La respuesta de OpenAI: apertura parcial de modelos
Ante este escenario, OpenAI lanzó gpt-oss-120b y gpt-oss-20b, sus primeros modelos con “pesos abiertos” desde 2019. Aunque no son completamente open-source, buscan evitar que el ecosistema global dependa de modelos chinos.
Altman reconoció que la compañía estuvo “del lado equivocado de la historia” al mantener cerrados sus modelos en los últimos años.
El dilema de los chips y la política de EE.UU.
Las sanciones a la exportación de GPUs no han frenado a China, que ya produce chips propios. Incluso, EE.UU. permitió a NVIDIA y AMD vender versiones “seguras” para el mercado chino, aunque con impuestos adicionales.
El resultado es un mercado fragmentado, donde China apuesta por la independencia tecnológica y EE.UU. busca mantener la competitividad sin ceder demasiado control.
¿Quién gana la carrera de la IA?
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China: impulsa la adopción global con acceso gratuito y masivo.
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EE.UU.: apuesta por control tecnológico y modelos comerciales.
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OpenAI y Occidente: podrían verse obligados a abrir más sus modelos para no perder relevancia.
Como concluyó Altman: “No hay una solución fácil. La IA no se trata solo de la mejor tecnología, sino de quién logra que el mundo la adopte”.
FUENTE: EL IMPARCIAL