Los economistas avisan: la guerra entre Israel y Hamas influirá en la inflación por el precio del petróleo
Un encarecimiento del petróleo más intenso del previsto en Oriente Próximo amplificaría la tendencia ya observada en los últimos meses, que ha llevado al Banco de España y a varios centros de estudios a elevar sus previsiones de inflación para España al entorno del 3,5% en 2023
El recrudecimiento del conflicto entre Palestina e Israel después del ataque de Hamas podría empeorar la crisis inflacionista que sufre Europa desde mediados de 2021. Aunque los países comunitarios son mucho más sensibles a la guerra entre Rusia y Ucrania, un encarecimiento adicional del precio del petróleo derivado de las tensiones en Oriente Próximo influiría en un menor descenso de la inflación, ya que las grandes economías de la UE son grandes importadores de este producto energético.
Según el presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE), Antonio Pedraza, la guerra iniciada el pasado fin de semana “debe influir en la inflación” por el repunte en el precio de la energía petrolífera en los países productores de Oriente Próximo. “Cualquier foco de inestabilidad en esos mercados hace que salten inmediatamente los mercados de futuros y que se produzca un mayor abastecimiento, en este caso de petróleo, por parte de los intermediarios, lo que hace subir el precio del mismo”, ha explicado durante la rueda de prensa de presentación del Observatorio Financiero y Claves Económicas del segundo cuatrimestre.
Pedraza señala que tras la reacción inicial habrá una estabilización del precio y de las existencias de petróleo, aunque “llevará tiempo” porque las características del conflicto palestino-israelí anticipan que la incertidumbre y la tensión puede ser duradera. Ni Israel ni Palestina son países productores de petróleo, pero sí lo son Irán y Arabia Saudí, que pueden verse involucrados de manera colateral en el conflicto.
Este riesgo podría conllevar escasez de suministro de petróleo, aunque la consolidación de la tendencia alcista dependerá de la duración del conflicto y del grado de involucración de los países productores. Al inicio de este lunes se ha producido un aumento del 5% del precio del barril de Brent para entrega en diciembre en el mercado de futuros de Londres. Posteriormente, a las 13:15 horas, el Brent subía un 3,6 % y se acercaba a los 88 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI), referente en EEUU, lo hacía un 3,8 % y rozaba los 86 dólares.
El alza del crudo en los mercados y la mayor inestabilidad geopolítica han penalizado a la mayoría de bolsas europeas en lo que va de día, bajando el Ibex un 0,7%. No obstante, el conflicto no ha afectado por igual a todas las empresas: Repsol e Indra están saliendo beneficiadas con aumentos del 2,25% y del 1,45%, respectivamente, mientras que las más perjudicadas son IAG, que cae un 5,28%, y la banca en general.
Previsiones de inflación al alza
Esta nueva circunstancia a raíz de la guerra amplificaría una tendencia ya observada en los últimos meses como consecuencia de los recortes de petróleo de los productores desde julio. De hecho, el precio de los carburantes en España alcanzó este verano niveles similares a los de 2022 y han sido los causantes, junto con la energía, de los repuntes del IPC general en los dos últimos meses. En consecuencia, varios centros de análisis han aumentado sus previsiones de inflación para 2023 por el alza de los precios energéticos.
El observatorio publicado este lunes por el CGE eleva la inflación del 3% previsto en julio al 3,5% por la subida del precio del petróleo y el fortalecimiento del dólar frente al euro, que perjudica nuestras importaciones de crudo. En una línea muy similar se manifestó el Banco de España en sus proyecciones macroeconómicas publicadas el pasado 19 de septiembre, en las que elevó la previsión de inflación al 3,6% para 2023, cuatro décimas más de lo estimado en junio.
Esta revisión del supervisor bancario español se debe al encarecimiento del crudo en los mercados internacionales y del precio de la energía (percibido este último ya en las cotizaciones a futuros), que contrastan además con las caídas de ambos productos a finales de 2022, por lo que el efecto base de comparar con el año anterior se acentúa. Además, cabe tener en cuenta que la inflación de origen energético desciende de manera más lenta porque se extiende a toda la cesta de la compra al producir aumentos generalizados en los procesos de producción.