Las comadres de Tarija se quedaron sin sombreros

Una señora se prueba los últimos sobreros que existen

En el mercado no existe en ningún puesto de venta, prevén que la producción se normalice en abril de este año. Informaron que existían dos fábricas, una cerró y la otra dejó de producirlos porque exporta otro tipo de sombreros

A raíz de que la única fábrica que produce sombreros para las comadres chapacas dejó de hacerlo, estos escasean en Tarija, por ejemplo en el mercado Campesino – donde es común la venta de ropa tradicional – casi no existen y se espera que se normalice la producción en abril.

Problemas

En el ingreso a la parte administrada por la Central Regional de Cooperativas Agropecuarias del Valle de Tarija (Cercat) se encuentran instalados puestos de venta de sombreros regionales y es notorio que no existen los modelos que usan las mujeres chapacas, uno de ellos es atendido por doña Marina, quien reclamó que en este año hubo problemas porque no las están recibiendo. En cambio, para los varones la venta es normal.

“Por eso en el mercado no hay en ningún puesto de venta, dicen que la producción se va a normalizar en abril de este año”, indicó a tiempo de explicar que existían dos fábricas, una cerró y la otra dejó de producirlos porque exporta otro tipo de sombreros. Lo que más se vendía eran los de mujer por estas fechas, pero como verá, ya no existen en todas las tiendas”, subrayó.

En la misma línea, otra comerciante, doña Josefa, agregó que este año a muchos grupos de comadres les faltará lo sombreros “porque la fábrica no está mandando, las que fletan también tienen sus problemas, es una sola la que los produce y queda en Sucre”, informó.

Por otra parte, señaló que al momento es la ropa típica de compadres la que busca la gente, el sombrero, pantalón oscuro, ojotas y la camisa, sus precios varían de acuerdo al tamaño, la complejidad y calidad del bordado – a máquina o digital – y van entre 140 y 180 bolivianos.

Para las mujeres existen blusas de todo precio desde los 60 a 140 bolivianos, las polleras para niñas 49 y para las mayores 150 bolivianos, entretanto las mantas es de acuerdo al cliente, hay jovencitas que prefieren la triangular y su precio es menor porque lleva menos detalles y es más fácil de usar para bailar.

Sin embargo, la gente que viene de las provincias prefiere las mantas rectangulares o cuadradas, llevan más bordado y son más caras, especialmente las adultas mayores. Al momento, lo que más sale es la indumentaria para los chapacos y espera que la próxima semana sea lo mismo para las mujeres.

De acuerdo a otra vendedora, doña Silvia, la vestimenta típica para el varón es sombrero negro o café, camisa de lienzo bordada, pantalón con faja, ojotas y poncho, mientras que para las mujeres es el sombrero de copa baja de color gris o arena, la manta rectangular y la blusa de seda bordadas, una pollera hasta sobre la rodilla, la típica chuspa y las ojotas acharoladas de color negro.

Erques y cajas por la temporada carnavalera

Otros de los objetos que se venden por la temporada son los erques y las cajas con su “wastana” (bombo pequeño) que son los instrumentos típicos de la temporada carnavalera, aunque las compras bajaron respecto a años anteriores.

Silvia López contó que para adquirirlos sus clientes escuchan primero el sonido que tienen tiene que resonar de manera grave, “que charle”, que el eco sea más largo, el parche de superior es de cuero y de panza el inferior, este último cruzado por un pelo de caballo que regula el tipo de sonido que se quiere tocar.

El cuerpo es de madera, el parche de cuero está tensado con anillas del mismo material y este es golpeado por la wastana, un bombo pequeño que está elaborado con un trozo de madera y en la punta lleva amarrado un bulto de lana. Sus precios varían entre 120, 140 y 160 bolivianos, de acuerdo al tamaño.

Entretanto, el erque está elaborado enteramente del cuerno de un toro, es trabajado y pulido  con lija y vidrio hasta que tome brillo, aunque algunos prefieren barnizarlo, y los clientes buscan que sea “roncador”. Para hacerlo sonar es necesaria una pajuela por donde se sopla el instrumento. Sus precios van desde los 40 hasta los 350 bolivianos de acuerdo al tamaño.

Según la vendedora, Rosa Arenas, la venta de erques y cajas hasta hace tres años se vendía incluso al por mayor, ahora se redujeron. “Por ejemplo este domingo me fui a Tolomosita, antes llevaba unas 30 cajas y las terminaba y ahora nada, apenas he vendido unito”, se quejó.

Adelantó que espera tener más suerte en Villazón, ciudad a la que viajará antes de compadres, le encargaron unas 50 piezas que espera acabarlas, también llevará erques que pretende venderlos en su totalidad.

Fuente: El País