La UAJMS apunta a ser parte activa del sector productivo en Tarija

La universidad estatal de Tarija quiere coadyuvar en la reactivación del sector productivo, y para ello pondrá a disposición sus laboratorios y trabajos de investigación que ya pueden aplicarse 

La Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS) busca trabajar más de cerca con el sector productivo del departamento de Tarija, a fin de coadyuvar en la reactivación y mejora de la actividad agrícola y ganadera.

El rector, Eduardo Cortez, recalcó que la universidad tiene una responsabilidad social con la región y debe aportar al desarrollo económico y productivo. Y para ello, dijo, son importantes las alianzas.

Es así que, a través de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales, la universidad logró captar recursos del Ministerio de Medio Ambiente y Agua para trabajar en las cuencas pedagógicas, para el manejo adecuado del recurso hídrico. En esta misma área, destacó el laboratorio equipado que tiene la UAJMS, con equipos portátiles que permiten realizar análisis en cualquier punto del departamento.

Cortez también resaltó el vivero de la universidad, donde se producen más de 6.000 plantas de todo tipo, frutales, silvestres, agrícolas, entre otras. El objetivo es llegar a la 100.00 y ser un referente en la recuperación de especies nativas.

Un aporte que el Rector consideró será importante para el sector productivo de Tarija es el laboratorio de suelos, manejada por el docente investigador, Wilfredo Benítez, que ha sido acreditado por instancias internacionales.

“Recién hemos recibido esa certificación de una acreditación internacional, después de habernos sometido a una serie de pruebas. Al parecer es el único laboratorio en el sistema universitario de Bolivia que ha sido acreditado de esta manera”, destacó.

Este laboratorio permitirá realizar el análisis de suelos y saber con exactitud qué se puede producir ahí, y de esa manera orientar al productor, para que su inversión sea segura.

“Y si ese productor quiere sembrar algo para lo que ese suelo no es apto, se le guiará sobre cómo mejorar su suelo, con qué nutrientes y complementos. En Palos Blancos ya nos han pedido que los ayudemos a definir qué pueden producir, para tener un mejor rendimiento”, comentó.

Otro aspecto que resaltó Cortez, es el aporte de las investigaciones. La más reciente, comentó, es la producción de una tuna forrajera en el Chaco, que es una planta resistente a la sequía y tiene dos beneficios, sirve como alimento para los animales y también como fuente de agua.

“Eso lo vamos a fortalecer y empezar a producir. Ya hemos solicitado al INRA que nos doten de terrenos en Yacuiba, Villa Montes y Caraparí, y se comprometieron a darnos unas 100 hectáreas”.

Alianzas

El Rector de la UAJMS también destacó las alianzas que se harán para fortalecer el área de investigación. Mencionó la firma de convenio con el Servicio Nacional de Seguridad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), para desarrollar trabajos de investigación en la universidad.

Uno de ellos, es la producción de un tipo de mosca de fruta. “O sea, para combatir la mosca de la fruta, que daña varios cultivos, se usará otro tipo de mosca y eso lo vamos a producir aquí. Y una vez que termine ese proyecto, ese laboratorio quedará para la universidad”, destacó.

Aseguró que la UAJMS buscará concretar alianzas con todas las instituciones que tengan interés en aportar al desarrollo del sector productivo, sea el Gobierno nacional, la Gobernación o la Alcaldía.

¿Cómo puede acceder el sector productivo a este de asesoramiento? Cortez dijo que a través de extensión universitaria y en coordinación con la Federación de Campesinos, los universitarios de los últimos años de carrera irán a las comunidades para asesorar al productor.

“Queremos que nuestros estudiantes salgan, que no aprendan a cultivar en la pizarra, si no que salgan. De esa manera, se beneficia el campesino y también el universitario”, resaltó el Rector, a tiempo de indicar que se dará más funcionalidad a los centros experimentales en Chocloca, El Salao y Puerto Margarita.

Fuente: El País