Hidrocarburos: un mercado que generó $us 63.000 millones deja a muchas empresas en reinvención forzada

El sector de los hidrocarburos en Bolivia, que durante casi dos décadas aportó más de $us 63.000 millones al Estado, atraviesa su peor crisis. La caída de la producción, el cierre de empresas y la falta de exploración obligan a muchas compañías a reinventarse en sectores como la energía renovable, la agroindustria o la construcción.

La debacle del sector hidrocarburos en Bolivia

La crisis energética que vive Bolivia marcó el final de una era. Decenas de empresas nacionales que durante años participaron en proyectos emblemáticos —como la perforación de pozos, la construcción de ductos y plantas de procesamiento de gas— cerraron sus puertas ante la falta de actividad.
Otras compañías, sin embargo, lograron adaptarse y diversificar sus operaciones, apostando por nuevas fuentes de energía y rubros emergentes.

De la “bonanza del gas” al declive

Expertos coinciden en que Bolivia vivió dos grandes etapas de bonanza: la “época de oro del petróleo” (1950-1985) y la “bonanza del gas” (1985-2015). Según la Fundación Jubileo, en ese periodo el Estado administró más de $us 63.000 millones, de los cuales $us 45.000 millones provinieron directamente de la renta petrolera.
El sector llegó a aportar el 35% de los ingresos fiscales, aunque para 2023 su contribución cayó al 18%.

Empresas que desaparecieron y un mercado en retracción

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2010 el sector generaba cerca de 40.000 empleos. Sin embargo, la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) reporta que sus afiliadas se redujeron a la mitad: de 100 a 50 empresas.
“Desde 2020, con la caída de la producción y la postergación de proyectos, cerca del 75% de las empresas enfrentó suspensiones o cierres temporales”, indicó Enzo Michel, director ejecutivo de la CBHE.

Reinvención en energías renovables y agroindustria

Un informe de la CBHE revela que un 42% de las empresas afiliadas actualmente brinda servicios fuera del ámbito petrolero, especialmente en energías renovables, minería, agroindustria y construcción.
Esta diversificación responde a la falta de nuevos contratos de exploración y al estancamiento en las inversiones del sector.

Riesgos mal gestionados y un marco legal inflexible

El expresidente de la CBHE, Carlos Delius, sostuvo que muchas empresas no supieron manejar el riesgo financiero: “Con un capital de tres millones se facturaban veinte. Cuando el mercado cayó, el modelo se volvió insostenible”.
Por su parte, el experto Fernando Rodríguez señaló que la Ley 3058 de Hidrocarburos funcionó mientras los precios del gas eran bajos, pero su rigidez tras la nacionalización de 2006 impidió reaccionar a la caída de precios posteriores.
“En cien años se perforaron apenas 2.100 pozos. Hoy no llegamos a tres por año. YPFB es la única que explora, pero sin resultados económicos tangibles”, afirmó Rodríguez.

Bolpegas, un caso de resiliencia y transformación

La empresa Bolpegas es un ejemplo de reinvención exitosa. Tras participar en obras como el Gasoducto Bolivia-Brasil y la planta separadora de líquidos Carlos Villegas, la firma diversificó su cartera con proyectos en energías renovables y tecnología de litio.
“Creamos una unidad técnica especializada en proyectos fotovoltaicos y biogás, además de invertir en una planta ensambladora de baterías de ion litio”, explicó Luis Javier Mantilla, socio director de la compañía.

Futuro incierto y llamado a la exploración

Pese al panorama adverso, los expertos coinciden en que Bolivia aún posee potencial hidrocarburífero sin explotar. “Dependerá de la capacidad del Estado y de las empresas para atraer inversiones y reactivar la exploración”, concluyó Mantilla.
FUENTE: EL DEBER