En una década, el número de cajeros automáticos aumentó de 2.188 a 3.625 en Bolivia

Los cajeros automáticos dispensan bolivianos y dólares

Este servicio financiero está disponible en el país desde 1991.

El primer cajero automático en Bolivia fue instalado por el Banco Bisa en 1991. Han transcurrido 31 años desde entonces y su crecimiento ha sido exponencial, llegando a las 3.625 máquinas dispensadoras de dinero hasta mayo de este año.

Solo en la última década, de 2013 a mayo de 2022, su número se ha incrementado en un 65,7%, de 2.188 a 3.625 cajeros automáticos instalados en todo el territorio nacional, de acuerdo con la información solicitada por LA RAZÓN a la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi).

“En los últimos 10 años, el número de cajeros automáticos aumentó en más de 1.400, pasando de 2.188 a 3.625 cajeros, con un incremento promedio anual de 186 cajeros automáticos. En los últimos 12 meses el número de cajeros automáticos tuvo una variación positiva de 164, equivalente a un crecimiento de 4,7%”, señala la Asfi.

De 336 municipios que hay en el país, en 114 se dispone de este servicio financiero. Este nivel de cobertura es ampliamente superior al observado hace 10 años atrás, cuando tenía alcance solo en 68 municipios, la mayoría en el área urbana del país.

Las urbes capitales de departamento más El Alto concentran 3.126 cajeros automáticos, equivalente al 86,2% y las demás localidades suman 499 (13,8%). Los departamentos con mayor cantidad de cajeros automáticos son Santa Cruz con 1.315, La Paz con 1.022 y Cochabamba con 603, que en suma representan el 81,1% del total nacional. (Ver infograma).

La Asfi señala que del total de máquinas dispensadoras de dinero existentes en el sistema financiero, 1.220 son cajeros automáticos especiales que disponen de funcionalidades adicionales a los cajeros automáticos tradicionales, que incluyen operaciones de recepción de depósitos, así como de transferencias y fraccionamiento de billetes, y 85 para personas con capacidades especiales, que tienen funcionalidades específicas para la atención de clientes o usuarios con alguna dificultad física, motora y/o visual. El cajero automático es una máquina empleada por las entidades de intermediación financiera que te permite acceder a tu cuenta en cualquier momento, utilizando la tarjeta que te suministró la entidad y tu clave personal. Por razones de seguridad existe un límite diario de retiro de fondos.

De acuerdo con los registros de la Asfi, en el año 1991 se autorizó al Banco Industrial SA (actualmente Banco Bisa SA) la instalación de nueve cajeros automáticos en territorio nacional.

De los 3.625 cajeros automáticos del sistema financiero existentes al 31 de mayo de 2022, el Banco Unión SA se constituye en la entidad con mayor instalación de estas máquinas, con 463 cajeros, que representan el 12,8% del total. Le siguen el Banco Mercantil Santa Cruz SA con 452 (12,5%), el Banco Nacional de Bolivia SA con 382 (10,5%), el Banco Fassil SA con 376 (10,4%), el Banco Bisa SA con 342 (9,8%), el Banco de Crédito de Bolivia SA con 310 (8,6%), entre las principales entidades.

La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) señala que, en el tiempo, los cajeros automáticos del país han evolucionado en sus funcionalidades, pasando de solo dispensar billetes a consultar saldos de cuentas, solicitar extractos bancarios e incluso depositar billetes en cuentas propias o cuentas de terceros, entre otros.

En 1967 se instaló el primer cajero automático en un banco londinense

Hasta la década de los años 1960, si una persona necesitaba dinero en efectivo tenía que ir al banco más cercano a su domicilio o fuente laboral. Pero no lo podía hacer a cualquier hora, debía ser en horario de oficina. En Bolivia, eso no fue posible sino hasta la década de los años 1990, cuando se instalaron los primeros cajeros automáticos.

Según un artículo publicado en el sitio web del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), John Shepherd-Barron era un escocés que trabajaba para De La Rue, una empresa que por entonces fabricaba máquinas de contar dinero. Su trabajo estaba en Londres pero vivía en el campo. Solía ir los sábados al banco (que abría de 09.00 a 12.30) para sacar el dinero de la semana.

Una vez en 1965 llegó tarde por un minuto y empezó a preguntarse cómo obtener dinero sin necesidad de ser atendido por una persona. La idea le vino de una máquina expendedora de chocolate y pensó que lo podría realizar del mismo modo, señala la nota publicada en el banco español con sede en Bilbao.

Su primer cajero automático fue instalado en una sucursal del banco Barclays, en Londres, en 1967. Dado que en aquella época no había tarjetas con banda magnética, se utilizaban unos cheques con material radiactivo para el cajero. El cliente introducía el cheque, marcaba un pin de cuatro números y el dispositivo le proporcionaba 10 libras esterlinas.

El código de cuatro números se ha convertido en universal, pero no se debe a ningún motivo técnico. Shepherd-Barron pensó que era capaz de recordar seis números de su registro militar, pero al consultarlo con su mujer ella le respondió que era capaz de recordar cuatro. Así es como nació el PIN (Personal Identification Number) o clave personal de 4 dígitos, que se ha convertido en un estándar mundial.

En el país, la Asociación de Bancos Privados (Asoban) coordina con las entidades bancarias la realización de cursos y talleres para brindar información sobre el correcto uso de los cajeros automáticos, desde las medidas de seguridad, los servicios que ofrecen y la detección de anomalías y situación de riesgo, y así aportar a que el ciudadano acceda de manera adecuada a sus beneficios. Estos espacios son presentados por representantes de los bancos que conocen a detalle sobre el funcionamiento y sus bondades.

Fuente: La Razón