El martirio en el Chaco: víctimas de violación no encuentran justicia

Eran las dos de la madrugada del 8 de julio. La familia de una niña de 12 años había recibido la peor noticia de sus vidas. Un pastor evangélico había violado a la menor de edad algunas horas de antes. Esa madrugada era fría en la comunidad Cañón Oculto, del municipio de Yacuiba. De inmediato, los familiares de la pequeña víctima hicieron la denuncia, pero tras 12 días de negligencia se supo que el agresor huyó a Argentina. En el Chaco las violaciones a menores de edad no paran y las víctimas y sus familias sufren en silencio la desatención de las autoridades.

Como este caso, hay cinco denuncias en la región chaqueña de violaciones con víctimas que no hallan justicia.

La familia de Noelia (nombre ficticio) se apersonó esa madrugada fría a la Estación Policial Integral (EPI) No. 4 de Yacuiba. Presentó la denuncia y día tras día los familiares iban al centro policial para ver en qué estado estaba el caso. Pasaron 12 días de angustia y recién la Policía y la Fiscalía lograron actuar. Pero era tarde. El acusado había huido rumbo a Argentina. Y eso a pesar de que esa misma madrugada que instalaron la denuncia el pastor fue a la casa de la víctima con su esposa para “perdonarse” y tratar de arreglar la situación ofreciendo dinero.

Horas antes de presentar la denuncia, el pastor había citado a la niña con la excusa de brindar clases de danza. Era el 7 de julio por la tarde y caída la noche los padres de la menor de edad ya empezaban a preocuparse. El pastor llegó a la iglesia de la comunidad con la niña y la calma en la familia había llegado, aunque por poco tiempo.

Los padres notaron nerviosismo en la niña y fue ella quien decidió contar lo sucedido. No era la primera vez que el pastor había vejado a la menor de edad. Estas violaciones venían hace más de un año. La bronca estalló en la familia y fue a las dos de la madrugada del 8 de julio que decidieron sentar la demanda.

Frustrados por la negativa policial, los padres de la víctima retornaron a su domicilio en la Comunidad Cañón Oculto, donde aguardaban sus dos pequeñas hijas con un familiar de confianza, y grande fue su sorpresa, cuando al promediar las 4:00 de la madrugada, recibieron la visita del presunto violador y su familia quienes también viven en la misma Comunidad, con la finalidad de reconciliarse y pedir perdón a los afectados. El padre de familia confesó que, por principios cristianos, aceptó perdonar al agresor, pero con la convicción de formalizar la denuncia para que las autoridades hagan justicia.

El violador en su casa

Según relató el padre de la víctima, cuando el agresor y su familia se retiraban de su domicilio se le aproximó la esposa del pastor para decirle: “sabe qué, pídame lo que sea y yo le voy a dar, pero no quiero ver a mi esposo preso”. El padre, de religión evangelista, solo atinó a perdonar al verdugo de su hija. Ahora se arrepiente. Lo tenía en frente y ahora está prófugo de la justicia.

Según el padre de la menor, cuando se apersonó el 19 de julio -11 días después de la violación- por la Fiscalía para recabar una copia del cuaderno de investigación, se llevó la sorpresa al conocer que no hubo ningún avance en la investigación debido al cambio por dos veces consecutivas de fiscal y de investigador. Esa situación motivó al padre de familia para denunciar públicamente el hecho a través de la prensa. Así, recién la Policía comenzó a realizar su trabajo luego de 12 días de inactividad y descuido.

“No teníamos respuesta de ninguna autoridad. Íbamos a Yacuiba todos los días y no teníamos respuestas de la Policía y la Fiscalía. Eso permitió que el agresor de mi hija se escape a Argentina, ya que él tiene dos identidades y dos nacionalidades (boliviana y argentina”, lamentó el padre.

Claudio Miranda Ríos es el acusado de violación de la menor de 12 años. Él era pastor de la Iglesia Luz y Fortaleza” de Yacuiba. Tenía una segunda identidad: Claudio Miranda Choque y esa tenía nacionalidad argentina.

“Esa madrugada (del 8 de julio) fui a denunciar la violación a la Policía, donde me dijeron que vuelva al día siguiente. Ha pasado mucho tiempo, no hay justicia y él está desaparecido”, cuestionó el padre de familia.

Sin justicia

Villa Montes es otra ciudad del Chaco. Es otra ciudad donde las víctimas de violación tienen meses sin hallar justicia. Una menor de 13 años era violada constantemente por su padrastro y ella callaba por las amenazas que hacía su agresor. El caso se destapó porque hace una semana se notaba físicamente que la niña tenía por los menos cuatro meses de embarazo. El violador se dio a la fuga.

La Fiscalía General del Estado informó que se ha registrado un incremento sustancial en delitos de violencia sexual a nivel nacional, puesto que hasta el 5 de junio de este año se registraron más de 4.326 casos, 1.039 más que los reportados en el mismo periodo de 2021. En Tarija se registraron 259 denuncias en el primer semestre.

El caso de la menor de 13 años de Villa Montes llamó la atención de la población. El padrastro fue detenido luego de una investigación y tras conocerse que la niña estaba embarazada. La menor habría sufrido vejaciones sexuales por parte de su padrastro desde los nueve años, según la denuncia instalada en la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcc) de Villa Montes, reportó Aracely Reyes, directora de Género de la Alcaldía de Villa Montes.

“Según lo que refiere la menor, en muchas oportunidades ha pensado en dejar el hogar sin embargo, era constantemente amenazada por el agresor que le decía que iba a matar a su madre y les iba a hacer lo mismo a sus hermanitas, lo más doloroso es que la menor está embarazada”, explicó Reyes.

El Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima (Sepdavi) atiende casos de violación que pasaron hace varios años y que todavía no tienen justicia. En uno de los casos, los abogados de esa repartición estatal gestionaron ante la Policía Boliviana la aprehensión de un hombre de 38 años que podría estar en la Argentina.

Según datos del Sepdavi en Tarija, las afectadas de este caso en Villa Montes son una menor de 11 años y otra de siete años; el hombre agresor es un familiar.

En la comunidad de Saladillo, en el municipio de Villa Montes, otro caso despertó la indignación de la población. Un hombre se dio a la fuga tras violar a sus dos sobrinas. Eso ocurrió hace dos años. El juicio no puede ser programado debido a que se declaró al sindicado en rebeldía. Durante los dos años que duró la investigación el sindicado gozó de plena libertad, a pesar de que existían evidencias que acreditarían su probabilidad de autoría y que escapó para evadir la justicia.

Este caso es uno más de los muchos que indignan y muestran una justicia sin ganas de trabajar.