El florecimiento humano en la era de la Inteligencia Artificial (IA)
Desde la dignidad de las personas mayores hasta la privacidad y seguridad, la regulación y desarrollo ético de la IA son cruciales para abordar los desafíos y asegurar el florecimiento humano en la sociedad actual.
En una entrega anterior se habló sobre los principios éticos de la Inteligencia Artificial (IA), enfatizando sus generalidades, así como los principios enfocados a la educación. Sin embargo, el trabajo de la ética va mucho más allá que estudiar la conducta humana y sus nociones morales sobre el bien y el mal.
Debido al desarrollo acelerado de la Inteligencia Artificial (IA), en donde cada día existen más y mejores opciones de programas, IA generativas, analíticas, etc., es importante considerar al actor principal: el ser humano. La humanidad no debe perder aquello que los hace ser humanos, y aunque se tengan cambios tecnológicos dinámicos y constantes, es crítico encontrar el equilibrio, es decir, el bienestar integral.
El florecimiento humano, aunque es un concepto aparentemente simple de reconocer, tiene un mar de ramificaciones y enfoques, por lo que se debe prestar atención sobre el lugar que ostenta la IA en esta conversación.
Este concepto filosófico, asociado con la ética Aristotélica, se refiere a que la felicidad va mucho más allá de lo hedónico, puesto que el bien supremo (la felicidad) es la actividad del alma de acuerdo con la virtud.
Para Aristóteles, la virtud, según su obra “Ética a Nicómaco”, se refiere a “un hábito electivo que consiste en un término medio relativo a nosotros, regulado por la recta razón en la forma en la que lo regularía un hombre verdaderamente prudente. Es un medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y también por no alcanzar, en un caso, y sobrepasar en otro, lo necesario en las pasiones y acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio. Por eso, de acuerdo con su entidad y con la definición que establece su esencia, la virtud es un término medio, pero con respecto a lo mejor y al bien, es un extremo”.
Además, la corriente aristotélica establece dos tipos de virtudes, éticas o morales (acciones cotidianas) y dianoéticas o intelectuales (sabiduría y pensamiento reflexivo), sin embargo, Aristóteles sostenía que la virtud per se era el camino hacia la eudaimonia.
Bienestar Eudaimónico
Partiendo del concepto de la eudaimonia, Carol Ryff, una reconocida psicóloga estadounidense, desarrolló el Modelo de Dimensiones del Bienestar Psicológico, el cual establece las seis dimensiones del bienestar:
Cabe mencionar que el modelo de Ryff ha sido el precursor de muchos de los enfoques de la psicología positiva para comprender y estudiar el florecimiento humano.
Entonces, ¿qué es el florecimiento humano?
Proveniente del latín florere (florecer), el florecimiento humano es un concepto multidimensional, por lo que puede estar relacionado o enfocado con diversos aspectos, tales como emociones positivas, relaciones, significado, logro, etc. Otros autores lo vinculan con la salud física y mental, así como con variables asociadas a estas, por ejemplo, el bienestar social y financiero.
Por otra parte, algunos modelos de psicología positiva, como el de Martin Seligman, toman en cuenta las fortalezas de carácter, las virtudes y el mindfulness como pilares para promover y guiar a las personas hacia el florecimiento humano.
En el Tecnológico de Monterrey, y como parte de su visión 2030 (Liderazgo, innovación y emprendimiento para el florecimiento humano), se define al florecimiento humano de la siguiente manera:
“Es el proceso de desarrollo de las capacidades, fortalezas y virtudes de la persona en los diversos ámbitos de la vida. Es un proceso consciente que responde a las convicciones, propósito y actuar personales y que se interrelaciona con las condiciones de su contexto social y medioambiental. Su consecución contribuye a la construcción de un mundo mejor haciéndolo por ende un fin en sí mismo”.
A saber, en los últimos años se ha tratado de vincular al florecimiento humano con la virtud del perdón, aunque este sigue siendo estudiado.
El Programa del Florecimiento Humano
Tyler J. VanderWele, catedrático de la Universidad de Harvard, considera que el florecimiento humano trasciende más allá del bienestar psicológico, considerándolo como una etapa en donde todos los estados del ser humano son buenos.
En el Programa del Florecimiento Humano (The Human Florishing Program), establecido por la Universidad de Harvard, se proponen los cinco dominios de VanderWeele sobre el florecimiento humano:
A saber, existe un sexto dominio dentro del modelo de VanWeeler, que es el de estabilidad material y financiero, el cual se emplea para estudiar el florecimiento a lo largo del tiempo.
De acuerdo con estudios relacionados con este modelo, México, a pesar de tener los puntajes más bajos en finanzas y estabilidad material, tiene un grado alto en el dominio de significado y propósito de vida. Por su parte, en el dominio de relaciones cercanas, tanto México como Estados Unidos prosperan mejor en términos de relaciones de apoyo y amor en la vida, siendo China el país más bajo en este indicador.
El florecimiento humano y la Inteligencia Artificial (IA)
Ante la era inminente de la Inteligencia Artificial (IA), la ética toma un papel crítico, puesto que la IA tiene una flexibilidad interpretativa, que, en términos generales, significa que será muy difícil de predecir lo que se podrá hacer con ella.
Sin embargo, uno de los usos (de los menos esperados por muchos) de la Inteligencia Artificial es la de promover el florecimiento humano. Pero ¿de qué manera es esto posible? Aunque no puede verse de manera aislada, la forma de implementar y desarrollar la IA para el bien de la sociedad (y todo lo relacionado con las percepciones éticas y políticas que esto conlleva, además de considerar las esferas socioeconómicas, culturales y políticas de la sociedad), tiene mucho que ver con el rol que la IA puede desempeñar en la promoción del florecimiento humano. Por ejemplo, la optimización de procesos puede conducir a mayores ingresos y al bienestar social, resultando en una contribución sobre uno de los dominios del florecimiento humano actuales.
No obstante, el debate ético continua, enfatizando los desafíos que los derechos humanos tienen en la era digital y de la IA. Algunos de estos se enlistan a continuación:
Dignidad y el cuidado de las personas mayores
Brecha digital
Desempleo
Sesgo y discriminación
Privacidad y protección de los datos
Derechos (incluidos los derechos de los robots)
Responsabilidad
Libertad de pensamiento y democracia
Salud y problemas ambientales
Seguridad y uso malintencionado de la información
Por ende, se debe prestar atención a la forma de desarrollar y regular los ecosistemas de IA para que puedan favorecer el florecimiento humano, tomando en cuenta los principios éticos y de gobernanza para la Inteligencia Artificial. Sin embargo, esto también implica la existencia inevitable de desacuerdos éticos y conflictos de valores, debido a que la sociedad es un ente dinámico.
Entonces, aunque el florecimiento humano es un concepto amplio, su comprensión y desarrollo es de suma importancia para el bienestar individual y colectivo.
Por tanto, el rol de la IA dentro de la promoción del florecimiento humano debe ser analizado por las instancias pertinentes (gobierno, tomadores de decisiones, stakeholders, etc.) para que se permita la innovación, diseño, desarrollo e implementación de las tecnologías y ecosistemas de IA dentro de un marco ético de funcionamiento, mismo que asegure los derechos humanos, considerando los aspectos críticos del mismo.
FUENTE: INSTITUTO PARA EL FUTURO DE LA EDUCACION