“ME DESCUIDÉ”, “TARDARON UN MES EN RESPONDER” Y “EL SISTEMA” SON ALGUNAS DE LAS EXCUSAS

Descuido “a la boliviana” y el sistema moroso causan largas filas por los vidrios polarizados

Un policía inspecciona un vehículo con los vidrios polarizados. Carlos Sánchez / Página Siete

Un promedio de 1.200 vehículos se forman a los largo de más de un kilómetros en el único punto de inspección, en Miraflores.

Acusaciones contra el sistema informático lento del Ministerio de Gobierno y una serie de excusas, que van desde la “costumbre del boliviano de hacer todo a última hora” hasta explicaciones sobre lo moroso de los trámites, son los argumentos que los propietarios de vehículos y que causan filas interminables desde diciembre en la avenida Zavaleta, para cumplir con el trámite de autorización de vidrios polarizados en vehículos.

Para hacer el trámite, el propietario del vehículo debe ingresar a la página web del Ministerio de Gobierno, en el enlace para hacer el trámite de vidrios polarizados debe llenar el formulario digital. Una vez enviado, en un plazo de cinco días (que en la mayoría de los casos no se cumple) le envían una notificación al correo electrónico y al WhatsApp de su número de celular, para indicarle la fecha en que deben presentarse para la inspección física del motorizado.

El primero de la fila

“Hice fila desde ayer, me quedé a dormir (en su vehículo, en la zona Miraflores), no había de otra. Inicié mi trámite hace una semana y el viernes me avisaron que ya estaba aprobado. Si llegas a las cuatro de la mañana vas a encontrar una fila corta”, explicó a Página Siete Lander Cuevas, el propietario de una camioneta roja, que realizó el trámite para contar con la autorización de vidrios polarizados.

Tardó aproximadamente un día y medio para convertirse en el primero de la fila, a las 12:50 de hoy, en el único punto de inspección que se habilitó en la avenida Zavaleta, a metros del edificio del BOL 110. Allí, por otros 30 minutos un funcionario del Ministerio de Gobierno comenzó con la verificación física de los vidrios polarizados de fábrica, además de revisar los documentos de la camioneta.

El último de la fila

Cuando ya estaba fatigado por la trasnochada y el sol, Cuevas se alegró de recibir la roseta y se marchó a almorzar. A esa hora, al otro extremo de la fila, pasaba todo lo contrario con Aurelio Mendoza, a unos 1.200 metros del vehículo de Cuevas, en las serpenteantes calles cuadras arriba, el motorizado de Mendoza era el último de la fila, además que solo tenía hasta las 15:00 para la inspección y luego debía volver al trabajo.

“Inicié mi trámite justo en Alasitas (24 de enero), me respondieron (informando que el pedido fue aprobado) el 31 de enero”, explicó, afligido porque su puesto estaba a metros de la Casa de la Mascota y por delante suyo unos 600 vehículos. “No creo que le hayan dado turno a tantos para hoy, debe haber coladores, pero ¿a quién voy a preguntar? Ayer pasé por aquí a las dos de la tarde y no había tanta fila”, contó.

Antes de hacer la solicitud, por dos meses, Mendoza inició un periplo para contar con todos los documentos de su vehículo, relató que incluso tuvo que viajar a Oruro a buscar al anterior dueño y pedirle que firme papeles para que el motorizado pase por completo a su nombre. Luego depositó 200 bolivianos a la cuenta del Ministerio de Gobierno y por otros 200 bolivianos logró el certificado de antecedentes penales. “Este permiso solo dura dos años y de nuevo voy a tener que hacer lo mismo, es un abuso, debería ser gratuito”, lamentó Mendoza.

Margarita, una vecina y vendedora de comida de la zona contó que las filas comenzaron en diciembre, dijo que si bien había molestia de otros vecinos, por la inseguridad para el peatón y las molestias para el tráfico por esas calles, a ella le iba bien porque sus clientes se incrementaron.

En efecto, uno de los cuatro funcionarios del Ministerio de Gobierno, que acompañado por policías realiza la inspección desde septiembre, contó que desde diciembre atienden, entre todos, a unos 400 vehículos por día. “En diciembre hubo una época en que ingresaron (al sistema virtual del ministerio) 20 solicitudes por minuto”, dijo el funcionario que no quiso dar su nombre porque tenía prohibido dar declaraciones, ya que toda información para los medios de comunicación la daban en el Viceministerio de Seguridad Ciudadana, en la avenida Arce.

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“A lo boliviano”

“Me descuidé, el trabajo y la familia, y se pasa el tiempo pues”, dice Javier Q. sonriendo y encogiondo los hombros. Acompañado de un primo, relató que había llegado a la fila a las 6:00. “Como buen boliviano, a última hora, pero logré juntar todos los requisitos para hacer el trámite. Inicié el 15 de enero y unas dos semanas después me enviaron un mensaje para decir que estaba aprobado y debía presentarme hoy”, aseguró.

“No lo hice antes porque tenía problemas con los documentos. Inicié mi trámite hace ocho días, dos días después me respondieron”, contó Franz Catoreti. Al igual que él, unas 50 personas a las que consultó Página Siete, confirmaron que además del tiempo y una serie de gastos para la logística, pagaron 400 bolivianos para el trámite y el certificado de antecedentes, ninguno estaba informado sobre cuál sería el uso que el Gobierno le dará a su dinero.

Fuente: Página 7