Vinculan urgencia en Tariquía con las presiones de Petrobras
San Alberto, operado por Petrobras, lleva años en declinación sin que se hayan generado otras alternativas al campo que la perforación en la Reserva, que fue adjudicada a la misma empresa para honrar el contrato con Brasil.
La presión local contra la exploración en la Reserva Natural de Tariquía ha empezado a abrir mella en La Paz, no solo por la repercusión mediática recogida en los medios del eje sino por el radical cambio de estrategia comunicativa en el sector de Hidrocarburos, que ha pasado de pregonar los muchos recursos que iban a quedar en el país y en Tarija – como 5.000 millones de dólares según el Ministro Luis Alberto Sánchez – a una estrategia de opción ineludible e inevitable.
El martes se filtró vía Reuters la información de que Petrobras había multado a YPFB por el incumplimiento de contrato, al proveer menos gas del solicitado durante nueve de los 12 meses de 2018, y que esta situación se había repetido en el mes de febrero. El ejecutivo de Petrobras citado por la agencia “transnacional”, Marcelo Cruz, hace además un análisis concreto de la precariedad de las reservas en Bolivia, la falta de exploración y la posibilidad de renegociar el contrato que por otro lado, vence en junio de este año aunque quedan volúmenes por entregar, lo que se extendería en los años siguientes.
La filtración parecía atender a la estrategia de Brasil de buscar una renegociación similar a la que logró Argentina luego de dejar de pagar durante meses y cuestionar permanentemente la credibilidad boliviana. Los analistas coinciden en que esa es la opción más posible, ya que se prepara el terreno para desatar hostilidades entre el régimen de Jair Bolsonaro y el de Evo Morales, sin embargo, las declaraciones de YPFB apuntan a otro escenario.
El campo San Alberto tiene muchos años produciendo, es natural que tenga esa declinación, pero otros están empezando a solapar o incrementar.
Gonzalo Saavedra, Vicepresidente YPFB
El agotamiento
El miércoles brindó conferencia un cuadro de segunda línea de YPFB, el Vicepresidente de Operaciones Gonzalo Saavedra, quien además de incidir en la justificación de que Petrobras Bolivia pagará la multa de Petrobras Brasil se refirió también a la falta de gas en campos como San Alberto, algo que no es noticia en sí pues lleva años en declinación, pero que entra en el escenario ante la impetuosidad con la que se pretende intervenir en la Reserva Natural de Flora y Fauna de Tariquía.
“Es una de las causas principales porque conocen el campo San Alberto tiene muchos años produciendo, es natural que tenga esa declinación, pero otros están empezando a solapar o incrementar (las reservas), no es una novedad que tengamos un pozo en declinación, es uno de los campos que aporta más al contrato de exportación de gas a Brasil”, sostuvo Saavedra.
El año 2009 las empresas petroleras firmaron Acuerdos de Entrega con YPFB y en la cláusula 9 establecen que si las empresas no entregan los volúmenes asignados a YPFB sin una razón justificada – paro de planta o aspectos de fuerza mayor – cualquier multa o penalidad que reciba YPFB en sus mercados a razón del incumplimiento será transferida al titular (empresas participantes) del contrato. En esa argumentación legal se sostiene la justificación de YPFB de transferir la multa, si bien esos mismos acuerdos exigen también volúmenes adicionales disponibles en el resto de campos que podían haber sido usados en el caso de necesidad, según relatan los expertos.
Petrobras Bolivia – de quien algunas fuentes dudan de su personería jurídica en el país – puede argumentar una “fuerza mayor” el agotamiento del propio bloque San Alberto de Caraparí, que si bien no le exime de sus compromisos y no debería tener relación con la adjudicación de las áreas de Astillero y San Telmo Norte y mucho menos con la vigencia o no del contrato de provisión de gas al mercado brasilero. Sin embargo varios analistas lo vinculan.
Reservas y producción
En agosto de 2018 y con varios años de retraso, el Ministro Luis Alberto Sánchez presentó un informe de reservas en las que las probadas (90% de posibilidad de comercialización) se habían elevado respecto al anterior a 10,7 TCF, pero habían rebajado en las probables y posibles, lo que indicaba un trabajo realizado en la determinación de comercialización sin nuevos hallazgos.
La producción también ha caído de los 61 millones de metros cúbicos, el record registrado por el Ministerio en 2016, a los menos de 40 a finales de 2018. El Ministerio no actualiza estos datos pero se vinculan a la reducción de nominaciones de Argentina a finales de año y comienzo de este 2019 en el que ha forzado una renegociación a la baja, afectando a la propia producción boliviana.
FUENTE: EL PAÍS
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