Tras renuncia de Evo, cívicos piden mantener las vigilias

Apenas terminó el discurso de Evo Morales, miles de ciudadanos al grito de “sí se pudo” colmaron la plaza principal Luis de Fuentes para una improvisada celebración junto a la guarnición policial, que desde la mañana se había atrincherado en el Comando Departamental de Tarija. Aunque los cívicos piden mantener las vigilias.

Los hechos

Alrededor de las 17.00, el centro político de la urbe tarijeña se encontraba relativamente vacío, pero de un momento a otro varias columnas de personas empezaron a llenarla. Por la calle 15 de Abril y General Trigo ingresaron los uniformados que se habían amotinado junto a los ciudadanos que hacían la vigilia en la puerta del Comando para protegerlos.

Por la calle La Madrid ingresó una fila de camionetas policiales con las sirenas y las luces encendidas, con civiles que se subieron a ellas y agitaban banderas bolivianas y tarijeñas, además de lanzar vítores de triunfo. En las puertas del Comité Cívico parqueó una camioneta que sirvió de improvisada plataforma desde donde el coronel que dirigió el motín, Aníbal Rivas, y la presidente del Comité Cívico Femenino, Paola Mendoza, se dirigieron a la multitud.

Antes de sus alocuciones se interpretó el Himno Nacional, luego el policial para después hacer los mismo con la canción cívica de Tarija. Rivas, en su intervención, agradeció a la población por el apoyo que recibieron los amotinados, luego mostrando una medalla recordó que lo acompañó Dios y sus palabras fueron interrumpidas cuando la multitud empezó a gritar “Rivas general”.

A su turno, Mendoza apuntó que la renuncia de Evo Morales fue una victoria para el país, que se recuperó la libertad y la democracia “que tanto añorábamos”, pidió estar atentos y en vigilia hasta tener “firme todo lo que vale el país”.

“Gracias a Dios por permitirnos estar aquí, por haber conseguido recuperar la democracia, por aquellos caídos y que dieron la vida, por aquellos jóvenes y mujeres que salieron a las calles para hacer escuchar su voz”. Finalmente inició una oración con la que culminó el acto. Entre la gente se encontraba el gobernador Adrián Oliva junto a sus principales colaboradores.

A las 11,30 de la mañana del domingo, el coronel Rivas junto a los representantes de las organizaciones que aglutinan a las esposas de los uniformados y los que se encuentran en retiro ofrecieron una conferencia de prensa para informar sobre las decisiones que tomaron en coordinación con las guarniciones policiales de los nueve departamentos del país.

Rivas contó que luego de una reunión con el contingente se determinó continuar con el “apoyo incondicional al pueblo en su demanda de que haya un cambio de gobierno y la destitución inmediata del comandante general de la Policía Boliviana, Yuri Calderón, por no velar los intereses institucionales y haberse arrimado a las inclinaciones que tiene y ha tenido el Gobierno de ir en contra de las funciones de la institución”.

Policías amotinados

En la conferencia de prensa, Aníbal Rivas anunció que los uniformados rebeldes que se encontraban atrincherados en el Batallón de Seguridad, ubicado en la esquina de las calles 15 de Abril y Campero, se trasladarían al Comando Departamental para estar junto a los superiores de la institución y por ser un espacio más grande.

Inmediatamente, los civiles que se encontraban en la puerta, la mayoría jóvenes y mujeres de todas las edades, se organizaron para situarse a los lados de la columna de los servidores del orden a modo de protección y enfilaron rumbo al Comando que se encuentra en la avenida Víctor Paz Estenssoro y la calle Ballivián.

En la puerta de la entidad los esperaba el máximo jefe departamental de los uniformados, Miguel Ángel Prieto, junto a sus oficiales y luego de los saludos respectivos, entonar el Himno Nacional e izar la bandera boliviana, les bridó la bienvenida y felicitó a Rivas por ponerse junto a la sociedad a la cual deben servir.

Luego les abrió las puertas del Comando para que ingresen los sublevados entre voces de apoyo y aplausos de la gente que los acompañó, quienes nuevamente se instalaron en el ingreso para continuar con la vigilia.

Fuente: El País