‘Puño de hierro’ Flick
“Transmite autoridad”. Así le definen dentro del vestuario las personas que conviven con Hansi Flick. Una autoridad serena y sin exabruptos, pero autoridad al fin y al cabo. Cuando el técnico alemán entra en la Ciutat Esportiva, todo ha de estar en su sitio. No se le escapa ningún detalle, es puntilloso en todos los aspectos. Ha descartado las multas, también los premios o ‘challenges’, ha recuperado algunas normas de la primera etapa de Xavi y ha impulsado otras que hasta ahora no se habían utilizado. En AS desvelamos los mandamientos que se rige el vestuario blaugrana desde la llegada del técnico alemán. Unas normas, este caso a modo de decálogo como exigen los mandamientos, que se han asumido dentro de la plantilla con máxima profesionalidad y que están llevando al equipo a los éxitos deportivos en este inicio de temporada.
1. Puntualidad. Citados una hora y media antes del entrenamientos
Flick predica con el ejemplo y en muchas ocasiones es el primero en llegar a la Ciutat Esportiva. Todos, tanto jugadores como staff, han de estar noventa minutos antes de la hora del entrenamiento. Generalmente suele ser a las 11 horas, por lo que la ´línea roja’ es las 9.30 horas. Los jugadores han de desayunar en la Ciutat Esportiva. Durante este tiempo, Flick consulta con su staff sobre los preparativos de la sesión, con los médicos sobre el estado de los lesionados y con los preparadores físicos sobre las cargas de trabajo.
2. Control diario de peso
Todos los días, sin excepción, antes de empezar el entrenamiento, los jugadores han de pasar en la báscula. Los datos son anotados y se valoran semanalmente. A día de hoy todavía no se ha tenido que llamar la atención a nadie. Desde la época de Luis Enrique no se vivía un ‘marcaje’ tan exhaustivo en los parámetros físicos. En las pruebas médicas, el técnico alemán incluyó también el análisis dental para completar el cuadro clínico de cada jugador.
3. Hábitos obligatorios de nutrición
La plantilla come en el comedor de la Ciutat Esportiva. No hay excepciones ni salvedades. No hace falta que coman juntos porque los futbolistas tienen planes de trabajo distintos, pero sí están obligados a pasar todos por el ‘buffet’ elaborado por Silvia Tremoleda, la nutricionista del primer equipo. También con Xavi Hernández se aconsejaba comer en la Ciutat Esportiva, aunque en ningún caso era una obligación.
4. Sesión de activación día de partido
Los jugadores están citados por la mañana el día del encuentro para una sesión de activación. Flick considera imprescindible este entrenamiento para preparar los partidos. De hecho, alguna alineación ha sufrido modificaciones tras esta sesión. En la primera temporada de Xavi también se impuso la sesión de activación en la misma jornada de partido, pero los jugadores se quejaron y finalmente se optó por eliminarla.
5. Concentrados el día de partido
Al recuperar la sesión de activación, también se recupera otro viejo hábito. Desde la llegada de Flick, los jugadores se concentran al mediodía en el hotel, aunque el partido sea en Montjuïc. Con esta norma, se quiere controlar todos los detalles y evitar sorpresas desagradables por culpa del tráfico en la ciudad o por cualquier otro incidente de última hora.
6. Descanso post partido
Se han eliminado los viajes de regreso nocturnos de madrugada. El equipo si juega fuera a las 21 horas o más tarde y el vuelo en avión se prolonga más de una hora y media se queda a dormir en la ciudad donde se ha jugado el partido. Flick considera que el jugador necesita descansar tras el esfuerzo de un partido y no es partidario de llegar a las tres de la madrugada, con el cuerpo exhausto y sin apenas haber dormido durante el viaje.
7. Entrenamientos largos e intensos
El técnico alemán ha impuesto una disciplina muy clara en las sesiones de trabajo, incidiendo especialmente en la preparación física, con la ayuda de Julio Tous, fichado este verano. Los entrenamientos tienen un papel prioritario para conocer el estado de cada jugador, sometiéndole a pruebas para controlar todos los ‘inputs’. En este sentido, los futbolistas se ejercitan con un GPS en el brazo que facilita todos los datos y que son evaluados posteriormente. Las sesiones suelen durar de promedio una hora y media, sin contabilizar luego el trabajo pre y post sesión. Al final de la jornada, los futbolistas habrán estado unas cinco horas en la Ciutat Esportiva.
8. Desaparición de las sanciones económicas y los ‘challenges’
Flick considera a sus jugadores profesionales y como tales no tiene sentido un sistema de penalización como tampoco otro de motivación. Cada uno sabe lo ha hecho mal y lo que está haciendo bien, y es responsable no sólo ante el técnico, sino también ante el colectivo. Bajo esa premisa, el técnico alemán decidió eliminar las multas económicas que había recuperado Xavi. Eso no quiere decir que un acto de indisciplina acabe desapercibido ni tenga consecuencias, pero se lleva a cabo con otro tipo de castigos. Asimismo, tampoco se premia a los jugadores con retos antes de los encuentros. Estos ‘challenges’ han pasado a mejor vida desde la llegada del entrenador alemán.
9. Acotación de los días de fiesta
El técnico alemán es un apasionado de su trabajo y quiere el máximo compromiso, tanto de su staff como de sus jugadores. Considera que para estar al máximo nivel, se ha de dar todo en los entrenamientos y en los partidos. Un día sin trabajo es un día perdido para Flick. De ahí que no sea muy partidario de dar muchos días de descanso a sus futbolistas, a lo sumo uno semanal. También es cierto que el hecho de jugar dos partidos a la semana tampoco dejan mucho margen al técnico. Sí que aprovecha los parones de selección, cuando apenas tiene jugadores del primer equipo, para ser un poco más laxo en este sentido, pero más por necesidad que por convicción.
10. Relación profesional con los futbolistas
Flick no quiere ser el padre, ni el colega de sus jugadores, sino el entrenador. Mantiene un excelente ‘feed back’ con todos sus futbolistas, basado en el respeto y el compromiso. Tiene las puertas abiertas de su despacho para cualquiera, pero eso no quiere decir que fomente el compadreo ni el amiguismo. Flick tiene claro que hay una línea muy precisa entre el futbolista y el entrenador, que ninguno de los dos ha de sobrepasar. Intenta ser justo en sus decisiones, pero no admite interferencias.