Peligroso: Así han quedado los partidos de ultraderecha en las elecciones europeas de 2024
La ultraderecha se refuerza en el Parlamento Europeo
Las fuerzas de la extrema derecha han salido reforzadas de estas elecciones europeas, prueba de que todavía no habían tocado techo. Capitalizando el descontento social y la desafección política, las fuerzas nacionalistas y euroescépticas han fragmentado la derecha e incrementado su presencia en el Parlamento Europeo, lo que marcará la política comunitaria de los próximos cinco años.
La ultraderecha sube y gana en Francia, donde los de Marine Le Pen doblan en votos a la coalición del presidente Emmanuel Macron. La historia se repite con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, clara ganadora, y en Hungría, donde el primer ministro Viktor Orbán salva los muebles por una mayoría más justa. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) consolida su segunda posición para el país con mayor representación en la Eurocámara y, en España, la tercera plaza es para Vox, que subió tres puntos hasta el 9,62% y ganó 6 diputados, mientras la nueva formación ‘Se Acabó la Fiesta’, liderada por el polémico Luis Pérez Fernández (conocido como Alvise Pérez) ha irrumpido con tres eurodiputados y el 4,59% del voto.
Si bien el Partido Popular Europeo (PPE) de la actual presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, seguirá siendo la primera fuerza de la Eurocámara y ella la favorita para un segundo mandato. Pero el ascenso de la extrema derecha acentúa un viraje aún más a la derecha ya que los populares podrían necesitar su apoyo tanto para nombrar quién ocupará los puestos diplomáticos más altos de la UE como para gobernar.
Antiinmigración, antiverdes, anti-Europa
Una mayor influencia de la ultraderecha podría perjudica la capacidad del Parlamento Europeo para aprobar leyes, así como un cambio de prioridades. Por ejemplo, en menor interés en políticas para hacer frente al cambio climático y, en cambio, endurecer las políticas migratorias, incluida la devolución en caliente.
Los partidos de extrema derecha han ganado terreno en todo el continente a medida que el discurso político se ha ido centrando más en el nacionalismo y la identidad, a menudo vinculado a la inmigración y cuestiones de género y LGTBIQ. Este ha sido el caldo de cultivo para un creciente rechazo a la coalición de conservadores y socialdemócratas que ha gobernado en la última década.
Los euroescépticos se han quejado durante muchos años de que la toma de decisiones de la UE es compleja y desconectada de la realidad en los países miembros. Esta crítica empieza por las votaciones y la dificultad de entender cómo se traducen las listas más votadas en la formación de coaliciones izquierda- derecha. Además, la baja participación habría beneficiado a la derecha, ya que la abstención es mayor entre los votantes de izquierda.
Una derecha fragmentada
La fragmentación del Parlamento Europeo es también una fragmentación de la derecha. Los nuevos apoyos a la ultraderecha saldrían en parte de la fuga de votos de los grandes perdedores de la noche, los liberales de Renovar Europa, que integran el partido Renaissance del presidente francés Emmanuel Macron y, en España, Ciudadanos, en caída libre. La pérdida se cuantifica en 22 asientos y le sitúa en 80 escaños,aunque mantiene una tercera posición, si bien más alejado de populares y socialistas.
Los partidos considerados de extrema derecha se dividen actualmente en dos grupos parlamentarios diferentes --de los seis grupos que existen-- y, en su conjunto, pasarían de tener el 16,7% al 18,6% de los escaños. Sin embargo, esta cifra será todavía mayor a falta de una reorganización de los partidos estatales en sus respectivas familias europeas y de la ubicación de los partidos de nueva formación como ‘Se Acabó la Fiesta’ en España.
Por un lado, los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), encabezados por los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, y del que también forman parte Vox y el partido polaco Ley y Justicia (PiS), se situarían con estos resultados en cuarto lugar, con 72 escaños.
Por otro lado, la extrema derecha Identidad y Democracia (ID), incluye Reagrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia y el PVV holandés de Geert Wilders, que ha multiplicado sus escaños por siete, quedando en segundo lugar, y el FPÖ que ha ganado en Austria por primera vez. La suma de sus apoyos los sitúan en quinto lugar con 58 escaños. 9 más que en 2019.
Sin embargo, otros importantes partidos de extrema derecha como AfD en Alemania y el Fidesz de Viktor Orbán han sido expulsados del grupo ultraderechista ID y del grupo popular europeo respectivamente por lo que aparecen como partidos no inscritos y deberán salir a buscar una familia europea. Algunos expertos señalan incluso la posibilidad de que se funde un tercer grupo político de extrema derecha antieuropeo. Para ello, necesitarán parlamentarios de al menos siete países en el grupo, por lo que todavía está por ver si consiguen tan amplio apoyo.
La fragmentación del Parlamento podría hacer más difícil y lenta la adopción de cualquier medida, especialmente en temas que requieren una rápida redacción como en la guerra de Ucrania y la de Gaza.
FUENTE: EPE