Los médicos se extirpan el apéndice antes de viajar a la Antártida: hay una buena razón para ello

La Antártida es el continente científico por excelencia. Zoólogos, microbiólogos, físicos, genetistas. Prácticamente todas las ramas del conocimiento se encuentran allí haciendo sus valiosas investigaciones en las solitarias bases científicas que muchos países han establecido ahí. Para muchos, es el futuro. Incluso algunas marcas llevan allí sus móviles para ponerlos a prueba.

Al final, es un lugar bastante inhóspito en el que la vida y la muerte se conservan debido a las extremas condiciones que lentamente se han ido perdiendo por culpa del cambio climático. En este marco, muchos científicos antes de viajar deciden extirparse el apéndice por un motivo muy claro y que aboga por la supervivencia.

Os vamos a contar cuál es el motivo, aunque lo más seguro es que ya lo estéis adivinando vosotros mismos mientras leéis estas líneas.

Científicos sin apéndice en la Antártida

Los médicos son una de las piezas más importantes que se pueden encontrar en la Antártida. Cada estación suele tener solamente uno, por lo que su valor es fundamental para cuidar al resto en caso de que caigan enfermos o sufran un más que posible accidente debido a las condiciones extremas del lugar.

Así, la página web de la Antártida del gobierno australiano ha lanzado una publicación muy interesante en la que explica si es necesario quitarse el apéndice para viajar a las estaciones científicas del lugar.

La respuesta es corta y contundente: no hace falta si eres un científico común, pero si eres médico tendrás que quitártela para evitar sufrir graves riesgos. La vida de todas las personas de una estación están en manos de un solo médico, por lo que es obligatorio no tener apéndice para no sufrir de un ataque repentino de la misma y que te tengan que rescatar.

En muchos casos, el rescate es imposible, así que para evitar muertes innecesarias se lleva a cabo este tipo de medidas bastante extremas. Eso sí, para algunas personas merece la pena esta medida.

En resumidas cuentas:

Existen muchas cosas a tener en cuenta antes de viajar a una de las regiones más inhóspitas del planeta.

Una de ellas es no tener apéndice, ya que cuando llega la temporada más fría es muy difícil llevar a cabo una evacuación.

Aun así, mucha gente decide no operarse, pero los doctores suelen estar obligados a ello.

El motivo es evidente, solo hay un doctor por estación y si él cae, el resto de la gente podría quedar sin apoyo.

Una apendicitis no tratada puede ser fatal a largo plazo.

Si bien la apendicitis no es un fenómeno grave en condiciones normales, lo cierto es que puede poner en peligro la vida de las personas que no lleguen a extirpársela a tiempo. Esto sienta unos precedentes peligrosos y algunos doctores que sufrieron apendicitis en una estación de la Antártida en el pasado decidieron operarse a sí mismos ya que no tenían a nadie que pudiera hacerlo en su lugar. Un proceso absolutamente imposible de llevar a cabo, pero cuya desesperación fraguó esta idea.

Solo un doctor, en la misma Antártida llevó a cabo su plan de operarse a sí mismo: Leonid Rógozov, un médico de la otrora Leningrado, ahora San Petersburgo.

La Vanguardia