Los congresistas hispanos piden frenar el impuesto a las remesas propuesto por Trump

El caucus hispano en el Congreso de Estados Unidos se ha movilizado para frenar el impuesto a las remesas propuesto por la Administración de Donald Trump. Una veintena de congresistas ha enviado una carta a Mike Johnson, el líder de la Cámara de Representantes, el órgano legislativo que debate la reforma fiscal planteada por el republicano. Los legisladores indican califican la tasa a los envíos al extranjero como “una mala política que traiciona a un país de inmigrantes y constructores”. De salir adelante, el impuesto de 5% puede afectar a unas 40 millones de personas en el país. No solo a los indocumentados, sino también a los residentes permanentes y a quienes están en el país con visados de trabajo H-1B, H-2A y H-2B. Los estadounidenses estarían exentos del pago de este impuesto.
Firmada por 24 de los 43 congresistas demócratas del caucus, la carta aboga por un recurso que lleva décadas siendo práctica común para millones de inmigrantes en Estados Unidos. Los legisladores consideran las remesas no solo un soporte humanitario, sino también una palanca para el desarrollo económico en países de rentas bajas y medias. En 2023 fueron enviados al extranjero unos 93.000 millones de dólares, de acuerdo al Banco Mundial. “Estas no fueron para gastos frívolos, sino para comida, ropa, educación y vivienda en países donde estas necesidades a veces están fuera del alcance”, señalan los congresistas.
Las remesas son pilares económicos para países como Haití, Honduras y El Salvador. El dinero enviado desde el extranjero puede representar entre el 20 y 30% del PIB de estas naciones. “Interrumpir este flujo no solo es moralmente pobre, sino fiscalmente temerario. Solo exacerbará la migración irregular en el hemisferio occidental”, advierten los congresistas. Entre ellos se encuentran Alexandria Ocasio-Cortez, Joaquín Castro y Chuy García. La mayoría de los signatarios representan distritos de Texas y California, los dos Estados más poblados del país.
La propuesta de Trump cuenta con el respaldo de varios republicanos, quienes controlan las dos cámaras del Congreso. El partido del presidente no es un monolito. Esto quedó demostrado el viernes, cuando las fisuras internas empantanaron el trámite del proyecto en las comisiones de la Cámara de Representantes. Los congresistas retomarán el lunes el diálogo, con la facción más extrema de la derecha exigiendo mayores recortes y control al déficit.
El impuesto a las remesas no solo ha provocado malestar en el Congreso. La preocupación ha trascendido las fronteras y ha abierto un nuevo frente en la relación entre Estados Unidos y México, un país que recibió el año pasado 65.000 millones de dólares en remesas. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha condenado la iniciativa asegurando que es dañina para ambos países. El tema se suma a una compleja relación bilateral ya dañada por la guerra comercial provocada por los aranceles, la migración y el tráfico de fentanilo desde México.
“Los expertos y antiguos migrantes han advertido desde hace mucho que limitar las remesas empeorará el flujo migratorio que los republicanos en el Congreso dicen querer atender. Cuando el dinero deje de llegar, la desesperación de la gente hará que inicien el peligroso camino al norte”, advierte la carta.
La iniciativa de Trump comenzó a tomar fuerza en diciembre, semanas antes de que el magnate regresara a la Casa Blanca para su segunda presidencia. No es la primera vez que el trumpismo intenta llevar a cabo la medida. La barajó durante su primera Administración, pero la idea fue desechada por los muchos obstáculos que se asomaban ante su implementación. Países como Arabia Saudí y Etiopía ya se han topado con las problemáticas que acarrean este tipo de barreras a las remesas.
J.D. Vance, hoy vicepresidente de Estados Unidos, es autor de una propuesta para fijar un impuesto a las remesas. La presentó en 2023 cuando aún era senador por Ohio. Su proyecto, no obstante, fijaba una comisión de 10% para cada envío de dinero al extranjero. El impuesto sería destinado a un fideicomiso utilizado para reforzar el control de la frontera. Vance proponía multas de hasta medio millón de dólares a quienes intenten burlar el impuesto a través de mercados secundarios. Muchos expertos han advertido que la nueva medida fiscal puede fomentar sistemas paralelos para que las remesas sigan llegando a su destino.
FUENTE: EL PAIS