Hugo Moldiz ideólogo y estratega del MAS «Evo ha sido y seguirá siendo el conductor estratégico del proceso»
Hugo Moldiz es uno de los siete exaltos funcionarios del gobierno de Evo Morales que permaneció refugiado en la residencia mexicana en La Paz durante casi un año. Después del triunfo del MAS, salió en libertad y accedió a esta entrevista con Página Siete.
¿Qué pasó para que el MAS vuelva a ganar? ¿Se ha reencausado el proceso?
Creo que el predominio del uso de la fuerza y la incapacidad que tuvo el gobierno de facto de gestionar la pandemia y de dar señales muy claras para evitar el impacto en la economía, más las masacres, provocaron un proceso de recomposición de los movimientos sociales que va más allá del MAS. El movimiento social recupera la autonomía que había perdido durante 14 años, que, de ser protagonista del proceso de cambio, de haberlo concebido, empezó a ser espectador de ese proceso de cambio. Que las grandes masas estén el 22 de enero, el 6 de agosto, que levanten la mano, eso no es protagonismo, eso ya da una participación bastante funcional al Estado. Esos movimientos sociales, que también fetichizaron al Estado, y por eso los dirigentes querían ser diputados, senadores, alcaldes y ministros, generaron un vacío de protagonismo de los movimientos sociales y, por tanto, se anulaba la posibilidad de construir poder político desde abajo. Eso que sucedió durante el gobierno de Morales, sobre todo desde el 2010 hacia adelante, volvió nuevamente a reencontrarse con el golpe. Se produce nuevamente una articulación entre el liderazgo histórico de Evo, la fuerza organizada del pueblo y el proyecto alternativo que se plantea.
¿Entonces usted sitúa a Evo Morales como actor central de esta victoria?
Evo Morales ha sido y seguirá siendo el referente estratégico y el conductor estratégico. En el bloqueo de agosto ya se gana la elección. Entonces, le perdonan la vida a la presidenta Añez, por un razonamiento correcto de Evo Morales. Los informes de Inteligencia daban cuenta que el gobierno de facto necesitaba un ejército cuatro veces más grande del que tenía para dispersar los más de 160 puntos de bloqueo. Y, ese bloqueo pudo haber terminado con la renuncia de Añez y ahí Evo Morales, a mi juicio acertadamente, reflexiona a los movimientos sociales, a tener en cuenta que una renuncia de Añez generaba dos grandes complicaciones: la primera, la posibilidad de postergar un año las elecciones, lo que implicaba un nuevo gobierno de transición a la cabeza de (Eva) Copa, lo que hubiera sido un partido en el gobierno de transición y un partido en campaña, altamente desgastante en la pandemia. En agosto, a mi juicio, se produce la victoria social y la victoria política, octubre simplemente es la coronación de esa victoria.
Usted habla de un Evo Morales que conduce el proceso. Entonces, ¿por qué los movimientos sociales piden el alejamiento de su entorno?
Creo que hay un impulso de renovación de la conducción gubernamental, pero no de la conducción estratégica y eso lo ha demostrado la llegada de Evo. Es decir, Evo tú eres el líder, nadie te va a quitar ese lugar, pero es importante generar renovaciones también en el ámbito de la conducción estatal. Los movimientos sociales recuperan autonomía y por eso son capaces de decir lo que han dicho, y por eso han recuperado la capacidad de generar este proceso de renovación. Sería un error pensar que la victoria de Lucho y David es una victoria sin el concurso de Evo Morales. Uno puede tener críticas a la conducción de lo que Evo hizo en 14 años, pero no puede ignorar que, en ese abanico de actores reales, sigue siendo el más importante.
Hemos escuchado a Evo dando instrucciones y directrices, ¿no cree que eso perjudica a la autonomía del gobierno?
Pienso que las fichas se van a ir acomodando. Creo que hay que tener cuidado en las formas, porque las formas pueden generar consecuencias que quizá uno no las está buscando. La relación Evo, binomio, movimientos sociales, va a enfrentar en un primer momento estos entrecruzamientos, que en algún momento pueden afectar, sin pretenderlo, porque antes estaba concentrado en una sola persona el liderazgo político y presidencia del país y hoy tenemos cuatro factores: Evo, el binomio de Lucho Arce y David Choquehuanca, los movimientos sociales con autonomía, y cuarto el proyecto de país.
Usted hablaba de movimientos sociales funcionales, pero diría que eran más instrumentales. ¿Quién los convirtió en eso?
Incluso instrumentales. Hay una corresponsabilidad. El Estado siempre tiende a centralizar las decisiones y los movimientos sociales pensaron, parafraseando a Engels, que habían tomado el cielo por asalto. Por tanto, desde arriba como desde abajo hay un proceso de fetichización del Estado. Eso hace que los movimientos sociales vayan retrocediendo de una concepción universal que habían abrazado desde el año 2000 hasta el 2010. Hay un proceso de descomposición de ese bloque social que hizo posible la revolución democrática y cultural. Hay una corresponsabilidad para que se conviertan en funcionales e instrumentales al Estado. Ahora veo una gran posibilidad de construir poder desde el gobierno y estando Evo ahí, construir poder desde abajo. Y una revolución se construye desde arriba y desde abajo.
En su libro “Golpe de Estado en Bolivia”, escrito durante su refugio en la residencia mexicana, usted señala que al MAS le faltó cambiar la estructura de las FFAA y la Policía, y cita como ejemplo la Revolución del 52, cuando se han estructurado milicias armadas en remplazo de las fuerzas de seguridad. ¿Usted quiere que eso ocurra ahora en Bolivia?
No.
¿Por qué lo pone como ejemplo entonces?
La Revolución del 52 fue una revolución armada y bien por el detalle para corregir para la edición impresa. A lo que me refiero es que hay que cambiar el aparato de Estado, que en concepción marxista es FFAA, Policía, burocracia y justicia; y hay dos vías de hacerlo, uno, producto de la vía armada, que ha pasado el 52 en Bolivia, el 59 en Cuba y el 79 en la revolución sandinista, donde sus ejércitos nacieron de la guerrilla, sus policías nacieron de la guerrilla. La revolución democrática y cultural va por la vía democrática, electoral, porque es el movimiento general de la época, por lo tanto, hay que transformar el aparato estatal.
En términos prácticos ¿qué significa eso en la estructura de las FFAA y la Policía?
Trabajar junto a ellos para no solo modernizar, sino, hacer que las FFAA y la Policía estén al nivel de las demandas y las exigencias del Estado plurinacional.
Pero ¿dónde más?, si fueron obsecuentes con el MAS.
Me refiero estructuralmente. El hecho de que digan patria o muerte, o el hecho de que los comandantes se cuadren no es cambio. Yo nunca vi con buenos ojos la relación porque los militares desarrollaron un estilo para congraciarse con el poder político sin generar transformaciones de fondo. Me refiero a cambios estructurales, no a temas de superficie. En las FFAA sigue primando el concepto del enemigo interno, que está en la doctrina de seguridad nacional de EEUU. Esa manera de ver las cosas no fue cambiada en las FFAA, ni en la Policía. Las milicias no surgen de una decisión desde arriba, las milicias obreras y campesinas surgieron desde abajo, porque las condiciones histórico concretas demandaban la confrontación del aparato militar popular, contra el aparato militar oligárquico.
Sin embargo, el expresidente Morales dijo que le faltó conformar milicias, como una autocrítica al proceso.
La sociedad boliviana tiene como campo privilegiado de disputa la democracia, una democracia cada vez más caricaturesca, queriendo marchar hacia una democracia de excepción, que es apelar a los métodos de los 60 y 70 de la doctrina de seguridad nacional, y combinarlos con nuevas formas de dominación. Ese era el proyecto de la señora Añez y de Camacho, versus otra democracia de ampliación de los derechos, ampliación de la participación de la gente, hacer que la democracia no se reduzca solo al voto.
Pero, la democracia representativa para ustedes solo sirve hasta que el poder se les escapa de las manos, porque después pueden ir a otros métodos.
Nuestra concepción de la democracia tiene que ver con al reconocimiento de derechos no solo políticos, sino de derechos integrales. Ahora, la Constitución reconoce otras democracias, por eso decía que en agosto se ganó, porque la democracia directa y participativa…
¿En qué artículo de la CPE dice que el bloqueo es democracia participativa?
No está en la Constitución, forma parte de la tradición…
La tesis central de su libro es que hubo un golpe de Estado, pero cómo hablar de golpe de Estado si en el mismo libro se relata la renuncia del presidente y de toda la cadena de sucesión. ¿Por qué han hecho eso?
El golpe hubiera sido mucho más sangriento, no me queda la menor duda. Creo que, si no renunciaba Adriana Salvatierra, el golpe hubiera sido mucho más evidente ante los ojos de los que creen que no ha sido un golpe.
¿Entonces eso ha sido un error la renuncia de Salvatierra?
Sí.
¿Quién le pidió que renuncie o ella misma tomó la decisión?
Ella no tomó la decisión. La tomó la dirección política del partido
¿Apostaban vacío de poder y al caos generalizado que hiciera volver a Evo Morales al día siguiente?
No, yo creo que Evo renuncia y renuncian los demás, sabiendo que la ilegitimidad del gobierno de facto iba a traducirse luego en una victoria electoral. La apuesta de que la ilegitimidad e ilegalidad se iba a traducir en una nueva victoria del MAS en la elección, como efectivamente sucedió. Yo creo que si la señora (Añez) convocaba de inmediato a las elecciones, si eran en enero o febrero, o marzo, había segunda vuelta y no sé si el MAS hubiera ganado. No midieron los tiempos políticos, porque el movimiento social empieza a recuperar a partir de abril a mayo.
¿Por qué habla de golpe si acabamos de tener un proceso de transición democrática, con elecciones, posesión de autoridades, la Asamblea dominada por el MAS ha hecho posible esa transición, ha aprobado las elecciones y ha elegido a los vocales electorales? Eso no cuadra en el golpe.
Los teóricos norteamericanos dicen que en América Latina está habiendo un peligro, se están combinando formas autoritarias similares a las de los 60 y 70 con formas de democracia. Creo que eso es lo que pasó y es lo que yo llamo democracia de excepción.
Entonces su libro debería titularse democracia de excepción. ¿Por qué se llama golpe?
Es un gobierno que tiene un origen no democrático. A diferencia de Brasil y Paraguay, donde la vía del golpe son los congresos, por tanto, ahí se puede discutir si fue golpe o no golpe, en el caso de Honduras y Bolivia son golpes típicamente militares.
¿Acaso un militar se queda con el poder?
Pero, quién le entrega la banda presidencial. Quién ha gobernado 48 horas este país.
Nadie, hubo un vacío de poder. ¿Eso quiere decir que ustedes armaron un golpe con ese vacío de poder para luego ganar las elecciones?
Quién le dice a Evo Morales que se vaya, no es lo mismo que un civil lo sugiera.
Los militares le dicen eso cuando ya estaba acabado. ¿No será posible que se lo hayan dicho para sustentar la retórica del golpe?
Está explicado en el libro por qué golpe. Uno, porque intervienen los militares, ellos son los que deciden la salida de Evo Morales, y son ellos los que tienen el control durante 48 horas, no hay ningún vacío.
Los militares no salieron ni a patrullar, la gente moría de miedo y pedía que salgan, pero no salieron.
Fue la forma del golpe, no cumplir con tu misión también es una forma de hacer. Segundo, a esta señora nadie la elige, se autoproclama. Y, mantiene figurativamente una Asamblea Legislativa Plurinacional, que tenía tanto desconcierto en un primer momento como lo tuvieron los movimientos sociales. No fue una transición democrática.
Entonces, ¿ustedes sí querían que se produjera el vacío de poder para ganar las elecciones como me dijo para volver luego de ganar las elecciones? En otras palabras ¿planificaron el golpe?
No, sería una irresponsabilidad pensar que un gobierno alienta un vacío de poder y un golpe de Estado, creo que se puede criticar al proceso de cambio, pero ver esa irresponsabilidad consigo mismo con el proceso y con el país sería imperdonable. Por eso creo que ha habido un golpe.
Volviendo un poquito atrás, ¿entre los refugiados en la residencia mexicana se responsabilizaron por lo que pasó?
No, más que responsabilizar eran debates para entender lo que había pasado. Hay una frase que dice que ningún gobierno es derrocado si no es derrocable.
Héctor Arce ha dicho que el peor error ha sido insistir con la repostulacion. ¿Había acuerdo adentro sobre el tema?
En general sí, pensar que realmente se había cometido un error al haber perdido el referéndum y haber habilitado legalmente, pero una cosa es la legalidad, pero otra la legitimidad. El matiz estaba en que yo les decía que lo que pasa es que si ese pueblo seguía siendo fuerza social y política hubiera ganado el referéndum, porque desde el 2010 hay un proceso de desaceleración.
¿Y usted entonces también considera que fue un error?
Claro, fue un error. Lo de Zapata influyó, pero no en el 100% de votos con los que se perdió. Ya estábamos mal, perdimos el referéndum y fue un error haber forzado.