Heladas destruyen el 20% de cultivos en el área rural de Tarija: familias campesinas enfrentan pérdidas económicas

Las recientes heladas en Tarija dejaron un panorama preocupante: aproximadamente el 20% de los cultivos resultaron destruidos, afectando de manera directa a cientos de familias campesinas que dependen de la agricultura para subsistir y abastecer los mercados locales.
Principales cultivos afectados por las heladas en Tarija
Según reportes de comunidades rurales, los cultivos más dañados son hortalizas, maíz y papa, productos esenciales tanto para el autoconsumo como para la venta en ferias y plazas del departamento.
“Sabemos que las heladas son parte del ciclo climático, pero en los últimos años su intensidad y frecuencia han aumentado. Esta vez no solo afectó a los cultivos, sino también al ánimo de muchas familias que ya venían golpeadas por la sequía prolongada del año pasado”, explicó Rivelino Zenteno, dirigente campesino.
Pérdidas económicas y el riesgo para la seguridad alimentaria
Aunque aún no se ha declarado desastre natural, las comunidades advierten que las pérdidas impactan directamente en los ingresos familiares, además de amenazar el abastecimiento de alimentos en Tarija, encareciendo los precios para el consumidor final.
Heladas: un riesgo creciente por el cambio climático
Especialistas en cambio climático advierten que este tipo de fenómenos se están volviendo más frecuentes e intensos, complicando la planificación agrícola y la estabilidad económica de los pequeños productores.
A pesar del duro golpe, algunos agricultores destacaron el lado positivo del fenómeno: las heladas ayudan a eliminar plagas y preparan los suelos para la gran siembra de agosto. Sin embargo, insisten en que el balance general sigue siendo negativo.
Piden apoyo urgente para el campo tarijeño
Frente a este panorama, organizaciones agrarias solicitaron a las autoridades departamentales y nacionales implementar medidas urgentes, como el acceso a semillas resistentes, asistencia técnica y seguros agrícolas para proteger a los productores frente a la crisis climática, que dejó de ser un problema del futuro para convertirse en una realidad que golpea con fuerza al sur del país.