Día del Amigo: ¿Cuántos podemos tener a lo largo de la vida? Así lo explica la ciencia

En el marco del Día del Amigo, reflexionamos sobre lo que realmente significa tener amigos y por qué nuestras relaciones se estructuran en círculos limitados. La ciencia y la antropología han demostrado que la amistad es cuantificable y que nuestra capacidad social tiene límites claramente definidos.
El límite de las 150 personas: el “teorema de Dunbar”
El antropólogo Robin Dunbar planteó en 1990 que una persona no puede mantener relaciones significativas con más de aproximadamente 150 personas. Dentro de este círculo, solo 3 a 5 son amigos íntimos, seguidos por 10‑12 buenas amistades, luego unas 30‑35 relaciones con afecto frecuente, y finalmente alrededor de 100 conocidos con menor cercanía emocional.
La fórmula para convertir un conocido en amigo
Según estudios conjuntos entre Dunbar y la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), se necesitan unas 34 horas de interacción consciente —en sesiones de 3 h 4 min cada una— para transformar un conocido en amigo. En promedio, una amistad madura en 5,5 meses y requiere al menos 11 encuentros significativos.
¿Por qué disminuyen las amistades después de los 30 años?
Datos demuestran que el número de relaciones crece hasta los 25‑30 años, y luego decrece. La explicación biológica apunta a cambios en prioridades reproductivas y cognitivas. También la pandemia y el estilo de vida moderno han reducido los círculos sociales; en EE. UU., el porcentaje de personas sin amigos cercanos pasó del 3% al 12% o más en tres décadas.
Redes sociales: ampliación de contactos, no de vínculos reales
Las redes sociales permiten más interacciones, pero no aumentan la cantidad de amistades íntimas. Permiten mantener vínculos dispersos, pero no implican afecto profundo: una mayor cantidad de contactos online suele significar menor calidad relacional, según datos de UC3M.
La amistad perfecta: proximidad, frecuencia, intensidad y duración
El psicólogo Jack Schaefer propone una fórmula: A = P + F + I + D (amistad = proximidad, frecuencia, intensidad y duración). Así, la amistad auténtica requiere cercanía, encuentros regulares, vínculos emocionales significativos y tiempo compartido sostenido.
FUENTE: LA NACIÓN