Crisis financiera golpea a Tarija: recorte de más de 120 millones pone en riesgo programas sociales y desarrollo

El gobernador de Tarija, Oscar Montes, encendió las alarmas sobre la crítica situación económica que atraviesa el departamento a raíz de la drástica reducción de los ingresos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y Regalías, fuentes históricamente vitales para la región.
“La reducción de recursos por el IDH y Regalías es un problema nacional, pero la situación es dramática en especial para Tarija. Estamos trabajando en el presupuesto del próximo año y observamos que los techos de ingresos son cada vez menores. El día lunes enviaremos a la Asamblea los nuevos montos ajustados”, informó Montes.
El golpe económico es considerable: aunque la disminución nominal alcanza unos 70 millones de bolivianos, el impacto real se estima en alrededor de 120 a 125 millones que dejarán de ingresar a las arcas departamentales. Este déficit representa una amenaza directa para la sostenibilidad de los programas sociales y de inversión pública.
“Todos los programas se verán afectados, pero intentaremos cuidar aquellos de mayor sensibilidad social, como la alimentación para huérfanos, adultos mayores o las personas internadas en el Intraid. Sin embargo, hay otras áreas que inevitablemente sufrirán recortes”, puntualizó el gobernador.
Un futuro incierto para Tarija
Tarija, considerada durante años el “departamento rico” gracias a sus ingresos hidrocarburíferos, atraviesa una de las etapas más complejas de su historia reciente. La caída de la producción de gas natural, sumada a los bajos precios internacionales y la falta de nuevas inversiones en exploración, han reducido drásticamente las transferencias al Tesoro Departamental.
En la práctica, esta contracción económica compromete proyectos de infraestructura, programas de desarrollo productivo y políticas de apoyo al sector agrícola, pilares clave de la economía local. A ello se suma la creciente presión social sobre la Gobernación, que deberá enfrentar reclamos por el incumplimiento de convenios y compromisos asumidos en mejores épocas de bonanza.
Analistas advierten que, de no implementarse medidas de ajuste y alternativas de financiamiento, Tarija podría entrar en un escenario de paralización de obras, recortes drásticos en inversión social y mayor dependencia del Gobierno central, lo que marcaría un retroceso histórico para un departamento que en su momento aportaba más del 50% de las exportaciones gasíferas del país.
La crisis no solo es financiera, también es estructural: refleja la vulnerabilidad de una economía dependiente de los hidrocarburos y abre el debate sobre la urgencia de diversificar la matriz productiva departamental antes de que el déficit se convierta en un colapso prolongado.