En Yacuiba:

Contrabando: el flagelo económico que crece por la falta de control y el desempleo

Un grupo de personas carga mercancía de contrabando a varios vehículos en un paso ilegal ubicado a unos 100 metros del Puente Internacional de Yacuiba | Carlos López

Un hombre empuja una carretilla cargada de cerveza, otro, desde más adelante y con una soga, estira para que la carretilla pueda avanzar con mayor facilidad. El propósito es cruzar la Quebrada Internacional, la división natural entre Argentina y Bolivia.

Aquí se llama el paso del Choro. Es uno de los aproximadamente 40 puntos clandestinos que hay en Yacuiba (Tarija) para la internación de mercancía ilegal desde el vecino país. Aquí, cientos de personas con sus carretillas se dedican al contrabando.

Predomina la desconfianza. Hay personas sentadas que aparentan estar sin oficio alguno, pero cumplen una labor fundamental dentro de esta actividad ilícita: son campanas. Campanas se les dice a las encargadas de informar cualquier acontecimiento como la llegada de policías, gendarmes o simplemente algún hecho sospechoso.

Y es que en este lugar ser desconocido es sinónimo de sospecha. En cinco minutos todos los contrabandistas fueron alertados de la presencia de un extraño. Observan con detenimiento y de modo desafiante. Les molesta las cámaras y los celulares. “No saque fotos”, dice uno de ellos, los demás lo respaldan con una mirada intimidante.

Esto ocurre todos los días en los pasos clandestinos entre Pocitos (Bolivia) y Salvador Maza (Argentina). Es como si el contrabando fuera una actividad normal, legal y permitida. Las viviendas próximas a los pasos ilegales funcionan como centros de acopio y en las calles hay vehículos esperando carga.

En el paso Villalba, otro punto de tránsito de mercancía ilegal en la ciudad de Yacuiba, los contrabandistas decidieron mejorar el sendero y, sin reparo alguno, usan una retroexcavadora. También les molesta la presencia de extraños, a quienes toman fotografías como una advertencia de venganza.

El interés por usar los pasos clandestinos aumentó desde el 12 de marzo de 2020 cuando el Puente Internacional, la única vía autorizada entre Yacuiba y Salvador Maza, se cerró para prevenir el Covid-19.

Pero la decisión de las autoridades de cerrar el Puente Internacional no tuvo los resultados esperados. Si bien se prohibió el contrabando hormiga (internación de mercancía en pequeña escala) que ejercen los bagalleros, se produjo una expansión de pasos clandestinos.

El negocio del contrabando tiene tal magnitud que gran parte de la población argentina que tiene fincas en la frontera optó por abrir sus puertas y cobrar 5 bolivianos por el paso de cada turista boliviano, pero si éste traslada algún producto el precio aumenta. 

Esto se ha convertido en una importante fuente de ingresos en el lado argentino, a tal punto que se avivó la venta de terrenos en la frontera con Bolivia.

Y es que la devaluación de la moneda del vecino país hace que el contrabando sea más rentable que antes. Por ejemplo, una lata de cerveza puede ser adquirida en al menos 2 bolivianos y, al llegar a alguna ciudad capital, será comercializada entre 7 y 9.

Pero el contrabando en Yacuiba está vinculado a un histórica problemática social: la falta de empleo. Julia Vedia se dedica a esta actividad. Dice que lo hace porque en esta región del país no hay trabajo y que de alguna manera debe generar recursos para mantener a sus hijos. Asegura que atravesar los pasos clandestinos no es sencillo porque debe arriesgar su vida. También están expuestos al decomiso de su mercancía por los gendarmes argentinos.

Ricardo Gómez, presidente del Barrio Héroes del Chaco de Yacuiba, asegura que el contrabando seguirá en aumento mientras las autoridades no generen fuentes de empleo. “Es gente pobre, de algo tiene que vivir”, dice.

Piden reapertura de la frontera

El alcalde de Yacuiba, Ramiro Vallejos, coincide con los representantes del sector bagallero y autotransporte en la urgente necesidad de abrir la frontera entre Pocitos y Salvador Maza, ya que a un año de su cierre la situación económica en la región es insostenible.

Vallejos dijo que el 24 de marzo llegará a este municipio una Comisión de la Cancillería de Bolivia para reunirse con autoridades argentinas con la finalidad de evaluar el tema. Pidió a las autoridades una solución inmediata.

Los más beneficiados con el contrabando

Según un funcionario de la Aduana que prefiere mantener el anonimato, el contrabando beneficia en su mayoría a narcotraficantes -que lavan el dinero con la mercancía ilegal- y a intermediarios con importantes capitales.

Alcalde ve problema social detrás del ilícito

El alcalde de Yacuiba, Ramiro Vallejos, considera que el contrabando está vinculado a un problema social caracterizado por la pobreza y falta de empleo. Al margen de la ilegalidad, hay personas que subsisten a través del contrabando, afirma la autoridad.

Aduana comisó Bs 125 millones en mercancía

La Aduana Nacional comisó mercaderías de contrabando valuadas en más de 125 millones de bolivianos en los últimos tres meses en todo el territorio nacional, informó la presidenta de la institución, Karina Serrudo. 

Piden construcción de planta petroquímica

Ricardo Gómez, dirigente vecinal de Yacuiba, solicita  a las autoridades ejecutar el proyecto de construcción de la planta de propileno y polipropileno para generar trabajo en esta región. 

Alcalde de Yacuiba pide mayor control de Aduana

El alcalde de Yacuiba, Ramiro Vallejos, es consciente el aumento del contrabando de productos argentinos a territorio boliviano, sin embargo, aclara que el control de esta actividad ilícita es competencia de la Aduana Nacional y del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando.

La autoridad afirma que el Puente Internacional es el único paso legal, pero hay al menos 40 pasos clandestinos por donde circula mercancía. Cuestiona que la Aduana se limite a controlar en el único paso autorizado que, por cierto, está cerrado desde hace más de un año.

Vallejos pide las entidades competentes realizar constantes patrullajes a lo largo de la frontera, ya que cerrar un paso ilegal no es una solución, porque en cuestión de horas los contrabandistas habrán habilitado otros pasos más.

Denuncian complicidad de funcionarios públicos

Un funcionario de la Aduana Nacional, que prefiere mantener su nombre en reserva, afirma que el control del contrabando es entorpecido por algunos funcionarios de instituciones públicas como la Policía Caminera y Vías Bolivia, quienes alertan a los contrabandistas sobre un eventual operativo de control.

“Es una red grande donde corre la voz; es una organización criminal”, dice esta fuente al mencionar que al interior de la Aduana se realizó un estudio que determinó que la principal alerta a los contrabandistas la dan los funcionarios de Vías Bolivia. 

Seguidamente están algunos miembros de la Policía Caminera y posteriormente los loros, calificativo que reciben las personas que permanecen en las carreteras a la espera de ver transitar a algún vehículo de la Aduana Nacional.

Con información de Los Tiempos