Cañeros en emergencia: exigen diésel para evitar quiebra del sector

Imagen Referencial

La Confederación de Cañeros de Bolivia (Concabol) emitió este lunes una severa advertencia al Gobierno nacional, al declarar un estado de emergencia ante la falta de garantías para el suministro de diésel que permita dar inicio a la zafra cañera 2025. Sin combustible, alertan, no solo peligra la producción de etanol y azúcar, sino también la sostenibilidad del sector, que genera miles de empleos y aporta a la seguridad alimentaria y energética del país.

“Bolivia atraviesa un momento en el que más que nunca necesita etanol nacional para sustituir la gasolina importada, azúcar para abastecer el mercado interno y la posibilidad de generar excedentes para exportar”, señala el comunicado, en un contexto marcado por la escasez de combustibles y la crisis fiscal.

Desde Concabol denuncian que, pese al compromiso del propio presidente Luis Arce de garantizar el abastecimiento de diésel, esa promesa no se está cumpliendo. “Hoy ese compromiso no se está cumpliendo. Sin diésel no hay zafra, y si no hay zafra, el país pierde y los bolivianos perdemos”, advierten.

El sector agroindustrial cañero —clave para la economía del oriente boliviano— ha incrementado su producción de etanol con base en acuerdos asumidos por el Gobierno en años anteriores. Sin embargo, iniciar la campaña agrícola sin garantías mínimas, advierten, “podría significar la quiebra del sector cañero”, afectando a miles de empleos directos e indirectos.

En ese marco, los productores solicitan una reunión urgente con YPFB, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y el Ministerio de Hidrocarburos y Energías para resolver lo que consideran “temas apremiantes”.

“No se puede detener una zafra que alimenta, mueve y sostiene a miles de familias bolivianas”, insisten desde Concabol, haciendo un llamado al Ejecutivo para actuar “con la seriedad y urgencia que el país necesita”.

La advertencia se suma a otras voces del sector productivo que en los últimos días han cuestionado la gestión gubernamental ante la escasez de combustibles, la crisis de divisas y la falta de coordinación con el aparato productivo.

FUENTE: EL DEBER