Bolivia y Chile proyectan “agenda práctica” de cinco puntos, pero lejos del mar

Los temas son seguridad y frontera; asuntos migratorios, controles compartidos vinculados con el crimen organizado; mejores condiciones para el libre tránsito y el del comercio y estrategias para aligerar las restricciones provocadas por el Covid

El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, solicitó al Congreso de su país ampliar por 15 días la presencia militar en la frontera con Bolivia para evitar la migración irregular, especialmente, de ciudadanos venezolanos. Poco antes, dejó claro que no iba a negociar soberanía a propósito de la histórica demanda marítima del país. A vuelta de correo, la próxima señal será emitida desde La Paz por el presidente Luis Arce este 23 de marzo, el Día del Mar.

Ante este escenario, el canciller Rogelio Mayta ya había fijado alguna de las bases que puede tener ese mensaje. Planteó un “diálogo sincero” sobre los temas urgentes, incluido un pedido de cooperación por parte de Chile para el control migratorio y la urgencia nacional de frenar el contrabando. La Zona Franca de Iquique (Zofri), un puerto que no es parte del sistema de libre tránsito establecido en el Tratado de 1904, es la principal puerta de acceso para bienes de consumo que llegan al país desde proveedores asiáticos.

El jefe de la diplomacia también dejó claro que la reivindicación marítima es un tema “irrenunciable” para el país en los términos en los que está inscrita en el Artículo 268 de la Constitución Política del Estado. Anteriormente, la Cancillería boliviana también asumió una parte del fallo del 1 de octubre de 2018 por el que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró que se puede seguir dialogando sobre los “asuntos relativos a la situación de mediterraneidad de Bolivia”. Eso sí, el principal martillazo del dictamen afirma que Chile no tiene la obligación de negociar mar en favor de Bolivia. 

“La Corte con eso cerró el caso; para Chile, el tema de la demanda marítima es un asunto cerrado”, señaló Loreto Correa, profesora titular de Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos del vecino país.

“Más allá de los antecedentes, creo que ambos países deben renovar su relación bilateral a partir del convencimiento de que son y seguirán siendo vecinos, cuyas relaciones de complementariedad son notables. Siempre sostuve que es imprescindible establecer relaciones diplomáticas plenas para forjar y sostener una relación bilateral productiva en todas las áreas comunes, incluyendo explícitamente el tema marítimo”, señaló el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé, quien fue agente de Bolivia ante la CIJ para el juicio que se resolvió allí en 2018.

Ahora bien, sobre la base de este escenario, ambas naciones acordaron una agenda urgente de unos cinco puntos, que comenzó a ser trabajada desde el 24 de mayo cuando Mayta se reunió con Andrés Allamand, el último canciller de la era de Sebastián Piñera, para abordar una “hoja de ruta” de las relaciones bilaterales.

Un primer punto de este temario urgente tiene que ver con “seguridad y frontera”, un aspecto que está relacionado con la lucha contra el contrabando y el narcotráfico. En los últimos siete años, al menos siete incidentes de frontera, que derivó en arresto de dos carabineros chilenos en territorio nacional (2017) y 12 militares bolivianos procesados en Chile. De hecho, aún guardan arresto domiciliario en Pozo Almonte (Iquique) tres uniformados bolivianos, detenidos en septiembre de 2021 tras ser acusados de robo y de pasar ilegalmente la frontera.

Estos incidentes se dieron durante persecuciones a camiones cargados de mercadería que se embarca en la Zofri o vehículos chutos que también de allí.

El segundo ítem planteado con insistencia por parte de Chile es el de los “asuntos migratorios”. Boric ha mantenido las medidas de control militar en los 861 kilómetros de frontera con Bolivia a partir de un estado de excepción.

De hecho, desde el viernes ya se aplica la segunda extensión de esa medida de control militar. Piñera comenzó a aplicar estos rigurosos controles el 18 de febrero. “Si evaluamos el contexto difícil de la crisis humanitaria, pero que también es un problema nacional (para Chile), evidentemente vamos a tener que ponderar en 15 días una nueva una extensión”, señaló Izkia Siches, la nueva ministra chilena del Interior.

Su antecesor, Rodrigo Delgado, en una entrevista con CNN, dijo que “Bolivia no colaboró en frenar esta crisis migratoria” y señaló que este será un tema crucial en la relación de Boric con Arce.

El 3 de febrero, Bolivia y Chile desarrollaron una reunión bilateral virtual y se acordó, según un comunicado de la Cancillería, un trabajo conjunto “para enfrentar el tema migratorio y el contrabando”, dos temas incluidos en la nueva agenda urgente.

Miles de venezolanos cruzan a pie por inhóspitos pasos clandestinos hacia las provincias chilenas de Arica, Parinacota, Tamarugal y El Loa (fronterizas con Perú y Bolivia). Algunos son abandonados a su suerte.

Además, en la agenda bilateral está la propuesta de establecer “controles compartidos vinculados con el crimen organizado”. Al respecto, el viceministro de Defensa Social, Jaime Mamani, destacó los resultados de la reunión binacional para ejecutar estos operativos coordinados para detener a esas redes criminales.

Bolivia también ha pedido que se trabaje en “mejores condiciones para el libre tránsito del comercio”, sobre la legalidad establecida en el Tratado de 1904. El país mueve el 80% de su carga de exportación a través del puerto de Arica. En los últimos tres años, ambas naciones enfrentaron diferendos por tarifas portuarias.

El punto quinto de la agenda es “la viabilidad de avanzar en las mejores estrategias para aligerar las restricciones respecto del Covid”. El tema surgió por efecto de los controles PCR que ejecuta Chile en la frontera a los camioneros nacionales. Este control generó demoras en Tambo Quemado, en el tránsito al puerto, y quejas de los conductores bolivianos.

Correa destacó “la buena disposición” de Arce y la comitiva que lo acompañó el 11 de marzo para la juramentación de Boric en Santiago. También señaló que hubo una buena recepción en Chile.

Señaló que para resolver la agenda práctica, “los temas urgentes” aparecerán “varias piedras” que pueden darse con el tono de la reivindicación marítima, un asunto al que se referirá Arce el Día del Mar cuando, por segundo año, rinda homenaje a los bolivianos que defendieron Calama y el Litoral en 1879, cuando inició la Guerra del Pacífico.

“El 23 de marzo es una fecha imprescindible dentro del año para saber cuál será el termómetro con el que vamos a tener que leer esta relación binacional”, afirmó la investigadora chilena.

En 2021, el presidente Luis Arce afirmó que el pedido de un acceso soberano es para Bolivia “es una cuestión abierta y pendiente, cuya solución preocupa a la comunidad internacional”.