BOA protagonizó al menos 11 incidentes serios desde el año 2014

Los aviones de Boliviana de Aviación registraron aterrizajes de emergencia, retrasos prolongados y hasta la pérdida de un gato.

De acuerdo con reportes de prensa y documentos oficiales, desde 2014 los aviones de Boliviana de Aviación (BOA) se vieron involucrados en al menos 11 incidentes graves, entre los cuales se citan fallas mecánicas, aterrizajes de emergencia y hasta la pérdida del gato Tito, en diciembre del año pasado.

A estos incidentes se suman los continuos retrasos que los vuelos de la aerolínea estatal presentan casi a diario y que son permanentemente reportados por los usuarios en las redes sociales, quienes desahogan su molestia y decepción.

Según la relación de hechos, en 2014, un avión de BOA sufrió el hundimiento de uno de sus trenes de aterrizaje en el aeropuerto Jorge Wilstermann de Cochabamba, este incidente no tuvo víctimas ya que el avión se encontraba vacío.

En 2015 se presentaron dos incidentes graves, el primero en septiembre, cuando en el vuelo 405 entre las ciudades de Cobija y La Paz, cuando el avión que debía cubrir esta ruta salió de la pista de aterrizaje por una falla en el sistema hidráulico del tren de aterrizaje. El segundo incidente de ese año se presentó en diciembre, cuando el avión que cubría la ruta Santa Cruz – Sucre se salió de la pista de aterrizaje del antiguo aeropuerto de la capital luego de no poder reducir oportunamente su velocidad de aterrizaje.

 

Incidentes de BOA Página Siete

En 2017 también se presentaron dos incidentes serios: el primero en febrero, luego de que un avión CRJ200 de BOA Regional tuviera que hacer un aterrizaje de emergencia en Cochabamba luego de presentar fallas técnicas en el trayecto La Paz – Uyuni. De acuerdo con los reportes, la aeronave reportó un desperfecto en el tren de aterrizaje. En marzo, pasajeros denunciaron que un Boeing 737-300 de BoA tuvo problemas al cargar combustible en el aeropuerto de Tarija, luego de que personal de tierra se percatara de que el combustible se derramaba del ala de la aeronave.

Otros dos incidentes se presentaron en julio y diciembre de 2018, el primero en el aeropuerto de Oruro, cuando uno de los trenes de aterrizaje posteriores no descendió al momento de aterrizar, los reportes de prensa señalan que luego de dos intentos de aterrizaje fallidos, el avión tuvo que retornar a la ciudad de Cochabamba, volar en círculos para quemar combustible y realizar un aterrizaje de emergencia sin el tren de aterrizaje posterior izquierdo.

El segundo incidente de ese año ocurrió en Brasil, luego de presentarse otra vez un problema con los trenes de aterrizaje, lo que provocó que el avión que volaba con rumbo a Santa Cruz deba volver y arreglar el desperfecto, ocasionando un retraso de 6 horas.

En 2019 otra vez se presentó un incidente con el tren de aterrizaje de un 737-300, esta vez en un vuelo Cochabamba – La Paz, por la rotura de una válvula de suspensión al momento de su aterrizaje en el Aeropuerto de El Alto.

Quizá el incidente más conocido en la historia de BOA ocurrió en 2022, cuando personal de tierra extravió o perdió al gato Tito, en el aeropuerto de Tarija, lo que derivó en una búsqueda extensiva en los alrededores de la terminal aérea.

De acuerdo con los reportes, el gato, que debía viajar en cabina junto a su dueña, fue puesto en un canil y llevado en bodega, pero este escapó.

Aunque nunca se esclareció del todo la historia de la desaparición del minino, la dueña y la aerolínea llegaron a un acuerdo y BOA abandonó la búsqueda del animal semanas después de su desaparición.

Este año, más allá de los continuos retrasos y las denuncias de los usuarios, dos incidentes han marcado el historial de problemas de BOA, ambos en mayo, el primero en Sao Paulo y el segundo en Santa Cruz.

El 4 de mayo, un Boeing 737-700 de BOA ejecutó un aterrizaje brusco en el aeropuerto Guarulhos, lo que provocó la rotura de parte de la estructura de un alerón y daños en la cabina, los cuales fueron registrados y compartidos en redes sociales por los pasajeros, que descendieron de la aeronave aterrorizados.

El segundo incidente se presentó el pasado 13 de mayo, cuando luego de tres intentos infructuosos para despegar de Santa Cruz hacia La Paz, el personal de la aerolínea informó que se presentaron problemas con una válvula, que no permitía una presurización adecuada, por lo que se tuvo que cancelar el despegue.

BOA tiene cinco procesos sancionatorios abiertos en la ATT

El director de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), Néstor Ríos, reveló en conferencia de prensa que BOA tiene cinco procesos sancionatorios abiertos por un total de Bs 364.500 por retrasos y cancelación de vuelos.

“BoA tiene cinco procesos sancionatorios, cada uno por la suma de 30.000 Unidades de Fomento a la Vivienda (UFV), los cuales equivalen a 364.500 bolivianos aproximadamente. Específicamente por el tema de puntualidad y cancelación de vuelos. Los procesos salieron de revisiones trimestrales”, indicó el director de la ATT.

Ríos señaló que, respecto a los dos incidentes reportados en redes sociales se investigará si BOA cumplió con la compensación a todos los pasajeros, en el caso que esto no haya sido así, tendrá una multa en beneficio del usuario en el caso del primer incidente y en el caso del segundo se investigara si BOA cumplió con brindar información oportuna a los pasajeros respecto al vuelo.

Asimismo, el director de la ATT justificó la “percepción” de demoras de vuelos de BOA indicando que la aerolínea estatal tiene el 83% de la cuota del mercado de los vuelos

“Es decir que el dimensionamiento de vuelos, de pasajeros transportados y la cuota de mercado nos hacen evidente que la mayor preponderancia de hechos de demoras y cancelaciones por su puesto se va a dar en la aerolínea Boliviana de Aviación. por lo que es importante considerar este aspecto a objeto de ser objetivos en el proceso de control y fiscalización”, aseveró Ríos.

En un comunicado, la ATT informó que gestiona con la DGAC la conformación de una “comisión interinstitucional con el propósito de establecer la incidencia de los mantenimientos no programados u otro tipo de incidentes que afecten la continuidad de la prestación del servicio de transporte aéreo”.

 

Fuente: Página Siete