25 países redujeron a la mitad la pobreza multidimensional en un periodo de 15 años, aunque todavía hay 1.100 millones de personas en situación de pobreza
El progreso es evidente, pero todavía se desconoce el impacto pleno de la pandemia de COVID-19
Nueva York – El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI) de la Universidad de Oxford han presentado la última actualización del Índice de Pobreza Multidimensional global (IPM por sus siglas en español; enlace disponible en inglés), con estimaciones sobre 110 países. El informe demuestra que la reducción de la pobreza es un objetivo alcanzable. Sin embargo, la falta de datos completos sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 dificulta el análisis de las posibles repercusiones en un futuro inmediato.
El análisis de tendencia para el periodo comprendido entre 2000 y 2022 abarca 81 países con datos comparables a lo largo del tiempo, y muestra que 25 países han logrado reducir a la mitad los valores del IPM global en el espacio de 15 años, demostrando así que es posible obtener avances de manera rápida. Camboya, China, el Congo, Honduras, la India, Indonesia, Marruecos, Serbia, y Viet Nam son algunos de los países donde se observan dichos resultados.
El caso de la India es particularmente notorio al haber logrado que 415 millones de personas salgan de la pobreza en tan solo 15 años (2005/2006-2019/2021). Asimismo, millones de personas se elevaron sobre el umbral de la pobreza en China (69 millones en el periodo 2010-2014) e Indonesia (8 millones en 2012-2017).
Algunos países lograron reducir a la mitad su IPM en periodos tan cortos como de cuatro a 12 años, lo que viene a probar que es factible alcanzar la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de reducir la pobreza a la mitad, conforme a las definiciones nacionales de pobreza, en un plazo de 15 años. Por tanto, es esencial contar con índices de pobreza multidimensional específicos a cada contexto y que reflejen las definiciones nacionales de pobreza, ya que el IPM global evalúa la pobreza multidimensional utilizando la misma metodología.
A pesar de estas tendencias tan positivas, la ausencia de datos posteriores a la pandemia en la mayoría de los 110 países del IPM global limita nuestras posibilidades de comprender de manera más precisa las consecuencias que la pandemia ha tenido sobre la pobreza.
Pedro Conceição, Director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano, señala que “a medida que nos acercamos a la mitad del camino marcado para lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, observamos claramente que antes de la pandemia se estaba produciendo un constante avance en la reducción de la pobreza multidimensional. Sin embargo, la COVID-19 ha tenido importantes repercusiones negativas en áreas como la educación, y esto puede tener consecuencias a largo plazo. Es absolutamente necesario intensificar nuestros esfuerzos para tener una comprensión adecuada de aquellas áreas que se han visto afectadas de manera más negativa. Para ello es preciso mejorar la recopilación de datos y redoblar los esfuerzos en materia de políticas para retomar la senda de la reducción de la pobreza”.
A juzgar por los pocos países donde se obtuvieron datos de 2021 y 2022 —México, Madagascar, Camboya, el Perú, y Nigeria— es posible que la tendencia de reducción se haya mantenido durante la pandemia. Camboya, el Perú y Nigeria muestran una reducción significativa en sus periodos más recientes, lo que alienta la esperanza de que el progreso sigue siendo posible. Camboya es el caso más esperanzador de todos ellos, ya que la incidencia de pobreza cayó del 36,7 % al 16,6 %, y el número de personas pobres se redujo a la mitad, de 5,6 millones a 2,8 millones. Esto se produjo durante un periodo de 7,5 años, incluidos los años de la pandemia (2014-2021/2022).
De todos modos, el impacto pleno a nivel global todavía está por verse. Debemos dar un renovado impulso a la recopilación de datos. Al mismo tiempo, necesitamos ampliar el alcance de la información obtenida para que incluya también los efectos de la pandemia sobre la población infantil. En más de la mitad de los países analizados, o no se observa ninguna reducción estadísticamente significativa de la pobreza infantil o el IPM disminuyó menos en la población infantil que en la adulta, al menos durante un periodo. Esto nos indica que la pobreza infantil seguirá siendo un problema grave, especialmente en relación a variables como la asistencia a la escuela y la desnutrición.
"Es difícil comprender, y mucho menos justificar, la asombrosa escasez de datos sobre la pobreza multidimensional. En el mundo actual estamos expuestos a un auténtico diluvio de información a las puertas de la siguiente era de crecimiento digital. Sin embargo, carecemos de información post-pandemia relativa a 1.000 de los 1.100 millones de personas en situación de pobreza”, señala Sabina Alkire, directora del proyecto OPHI de la Universidad de Oxford. “Se trata de un problema claramente solucionable —es posible recopilar datos sobre la pobreza multidimensional de manera mucho más rápida de lo que la mayoría de la gente cree —y requiere tan solo el 5 % de las preguntas en las encuestas que utilizamos. Hacemos un llamamiento a los organismos que financian y a la comunidad científica especializada para que den pasos decisivos en lo relativo a los datos sobre la pobreza a fin de que las múltiples e interconectadas carencias que afectan a las personas pobres en tiempo real puedan ser analizadas, y erradicadas”.
El IPM global, por un lado, monitorea la reducción de la pobreza y, por otro, informa la elaboración de políticas, mostrando la manera en que las personas experimentan la pobreza en los diferentes ámbitos de sus vidas, desde el acceso a la educación y la salud hasta sus condiciones de vida a través de variables como la vivienda, el agua potable, el saneamiento, y la electricidad. Como índice de pobreza, el IPM puede verse como una torre compuesta por diversos niveles superpuestos que representan a las diversas carencias interconectadas entre sí que sufren las personas pobres. El objetivo es eliminar dichas carencias.
Según la actualización de 2023, 1.100 millones (poco más del 18 % de una población de 6.100 millones de personas) viven en situación de pobreza multidimensional aguda en 110 países. Aproximadamente, cinco de cada seis personas en situación de pobreza viven en África Subsahariana (534 millones) y en Asia Meridional (389 millones).
Casi dos terceras partes de todas las personas pobres (730 millones) viven en países de renta media. Esto hace que sea vital actuar en estos países a fin de reducir la pobreza a nivel global. Aunque los países de bajos ingresos constituyen solo el 10 % de la población analizada en el IPM, en ellos reside el 35 % de toda la población en situación de pobreza.
Los menores de 18 años constituyen la mitad de las personas pobres, según el IPM (566 millones). La tasa de pobreza entre la población infantil es del 27,7 %, comparada con el 13,4 % en la población adulta. Las zonas rurales son las más afectadas por la pobreza; el 84 % de las personas del mundo viven en entornos rurales. En todas las regiones del mundo se observa que las zonas rurales son más pobres que las zonas urbanas.
El IPM arroja luz sobre la complejidad de la pobreza —donde diferentes indicadores contribuyen a que las personas experimenten la pobreza de manera distinta, con variaciones de región a subregión nacional, así como entre comunidades y dentro de las mismas—. Así pues, garantizar un caudal de datos actualizados y completos sobre la pobreza a nivel global es el primer y principal paso para abordar estos retos y seguir avanzando hacia un mundo más equitativo.
Fuente: undp.org