2018, año en que el país registró la mayor importación de diésel

La compra de más de 1,2 millones de toneladas del carburante le significó al Estado boliviano un desembolso de 897 millones de dólares, según el IBCE.

2018 fue el  año en que el país registró la mayor  importación de diésel. Las compras del mercado exterior alcanzaron las 1.213.547 toneladas, la cifra  más elevada en los últimos 13 años, de acuerdo con  los datos elaborados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

A base del informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), el IBCE da cuenta que en 2006 la internación del líquido llegó a 330.754 toneladas,  cantidad superada en 267% con respecto a 2018  (ver gráfica).

“En los últimos 13 años, las importaciones de diésel sumaron 7.767 millones de dólares por la compra de  cerca de 10 millones de toneladas. En 2018, las compras externas de diésel registraron un crecimiento en el valor y volumen en 41% y 19%, respectivamente, comparado con 2017”, señala un análisis del IBCE.

La compra de más de 1,2 millones de toneladas de diésel   significó para el Estado una erogación  de  897  millones de dólares.

Para 2018, el Gobierno había asignado  474 millones de dólares para la subvención a los carburantes (diésel y gasolina).

Para este año, en el Presupuesto General del Estado (PGE)  se prevé que el gasto destinado a la subvención a los hidrocarburos será 623 millones de  dólares.

El economista Alejandro Arana  afirmó que el incremento de la internación de combustibles es por la  menor capacidad de producción de parte de YPFB, lo que ocasionó una mayor importación de volúmenes de gasolina y diésel.

No obstante, el 31 de enero, el Ministerio de Economía  atribuyó el incremento de la importación de combustibles  al crecimiento del parque automotor en el país y el aumento en el uso de maquinaria y equipo en el sector agropecuario.

La producción en el país

El  2018 fue un año malo para la producción de gas natural porque cayó de 55,5 millones de metros cúbicos día (MMmcd) a 34,9 MMmcd, según los registros de  YPFB.

 Esto también repercutió en un menor volumen de  líquidos (petróleo y condensado). Su producción  bajó de  50.500 barriles por día en enero  a 35.500 barriles por día en diciembre.

Según  datos oficiales,   la extracción nacional de gas natural  comenzó con 49,52 MMmcd, pero en mayo subió a 55,53 MMmcd y se mantuvo en ese promedio hasta septiembre. Desde octubre bajó desde 50,94 MMmcd hasta cerrar  diciembre con 34,9 MMmcd.

Mauricio Medinacelli, exministro de Hidrocarburos,   explicó que lo que pasó en diciembre de 2018 -menor producción de gas natural- vino acompañado de una disminución en  la  producción de líquidos.

“De 50.500 barriles por día en enero de  2018 a 35.500 barriles por día a diciembre del mismo año. De esta forma, la producción de gasolina y gas licuado de petróleo (GLP) con alta probabilidad fue (o será) más baja y seguramente  las importaciones de gasolina subirán”, escribió en su blog personal.

 La producción del campo Sábalo bajó de 18,29 MMmcd en 2015 a 13,07 MMmcd, registrado durante 2018.   San Alberto  descendió de 7,31 MMmcd a 3,74 MMmcd.  En  el campo Itaú la oferta prácticamente bajó a la mitad, de 1,98 MMmcd a 0,73 MMmcd.

Punto de vista

Álvaro Ríos   Exministro de Hidrocarburos

Se debe pensar en importar por ducto

Las importaciones crecientes de diésel en volumen tienen  dos factores, primero  la declinante producción, principalmente  de petróleo y  de condensado que nutren las refinerías para producir diésel y gasolina, respectivamente. 

La producción de petróleo continuará a la baja; mientras que  la de condensado depende mucho de la producción de gas. En 2014 se producían aproximadamente 60.000 barriles por día y en  2018 estuvo por debajo de 50.000 barriles por la caída de la demanda de gas natural y menor producción de líquidos.

El otro factor es que  el país crece en su economía y esto ocasiona mayor demanda de diésel en el mercado y mayor importación por falta de producción.

Lo importante es entender que la disminución de producción de líquidos ya es  estructural; por lo tanto, se debe dejar de internar gasolina y diésel por camiones y estudiar seriamente la posibilidad de importar por  ducto un crudo adecuado para las refinerías. 

Así,  YPFB puede ahorrar millones en transporte y tendría una logística  que por ahora se hace cada vez más compleja.

En 2018 tuvimos menor producción y mayores precios de importación de diésel, situación que  afecta nuestra balanza