Un toborochi de casi 100 años es testigo y patrimonio de la historia cruceña
Este imponente árbol se encuentra en una zona céntrica y muy concurrida de la capital cruceña
Está ubicado a pocos metros del primer anillo. Su circunferencia es tan grande que hay veces que ni entre tres personas pueden abrazarlo, así es el toborochi que se encuentra en la plaza frente al Cementerio General de Santa Cruz de la Sierra.
Este toborochi es uno de los más antiguos que se encuentran en la capital cruceña y por su edad, cerca de un siglo, no solo es considerado un testigo del desarrollo cruceño, sino también es un patrimonio que refleja la riqueza de la flora cruceña.
“Es uno de los viejos verdes más antiguos de Santa Cruz”, afirmó el biólogo, Huáscar Bustillos.
El toborochi es una especie muy representativa de Santa Cruz, a tal punto que es considerado uno de los símbolos de la hospitalidad y está representado en el escudo de armas del departamento.
El casi centenario toborochi del Cementerio General tiene un diámetro cercano a los 90 centímetros. Muchas personas quieren abrazarlo, pero debido a sus dimensiones, hay ocasiones que ni entre tres personas logran rodearlo.
“Está sin hojas pero tiene frutos grandes que contienen algodones blancos que engalanan a Santa Cruz”, señaló Bustillos.
El biólogo estima que este árbol fue plantado cerca de los años 20 del siglo pasado. De hecho, cuenta con un registro fotográfico de 1972, imagen en la que se ve a este ejemplar tan desarrollado como se lo ve ahora.
Un toborochi de casi 100 años es testigo y patrimonio de la historia cruceña
“Se piensa que el naturalista Benjamín Burela plató estos árboles para ornamentar el primer anillo de la ciudad”, explicó Bustillos.
Los toborochis no solo tienen una presencia estética en la capital cruceña, también son importantes para la fauna, en especial para las aves, mariposas y abejas que se alimentan de estos árboles.
A pesar de que este toborochi está cerca de cumplir un siglo desde que fue plantado, muchas personas que a diario pasan por el lugar, se sorprenden al conocer la historia de este árbol y todo lo que gira en torno a él.
“Me asombré, la verdad que no sabía. Fue interesante, paso por aquí casi todos los días y lo veía normal”, manifestó Álvaro Barba, un estudiante.
“Es un ícono que está en el escudo cruceño, es como un escudo vivo”, manifestó otra persona.
En cambio, Remberto Arrázola señala que lo vio por primera vez en 1967, cuando asistió al sepelio de su abuela. Aquella oportunidad ya había quedado impresionado por las dimensiones que tenía este ejemplar.
“Con mi padre y familiares nos cruzamos a la plaza a observar y descansar. Ahí conocí el toborochi con mi esposa y cuatro hijos pretendíamos darle la vuelta abrazándolo”, señaló.
Fuente: UNITEL