Un estudio revela la eficacia de la vacuna de Pfizer contra Ómicron: no son buenas noticias
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Los resultados de uno de los estudios llevados a cabo sobre Ómicron llegan desde el Instituto de Investigación de Salud de África (AHRI) en Durban (Sudáfrica). El equipo de científicos del centro investigador del país sudafricano, donde surgió Ómicron, avisa de que la pauta completa de la vacuna de Pfizer solo protege en un 22,5% de contrar COVID en el caso de la nueva variante.
Los investigadores han descubierto que la nueva cepa tiene la capacidad de evadir gran parte de los anticuerpos generados con la vacuna de Pfizer y que "compromete esencialmente la capacidad de la vacuna para proteger contra la infección". No obstante, tras el estudio creen que la vacunación puede ayudar a evitar una enfermedad grave, ya que el nivel de neutralización de Ómicron se estima en el 5,7%.
"Los niveles de neutralización mucho más bajos son suficientes para la protección contra la enfermedad grave, aunque esta estimación es difícil de validar", advierten. Sin embargo, el nivel actual de neutralización de ómicron "está por encima de este nivel mínimo y, por lo tanto, sería más o menos suficiente para la protección contra la enfermedad grave".
Necesidad de la tercera dosis
Otra de las conclusiones que extraen de los resultados de la investigación es que la situación es mucho mejor en los vacunados que ya se habían infectado con anterioridad de COVID. De los seis participantes en el estudio que estaban en esta situación, cinco de ellos mostraron niveles de neutralización lo suficientemente altos para estar protegidos tanto de la infección por Ómicron como de una enfermedad grave. Por ello, los científicos determinan que es conveniente recibir una tercera dosis de refuerzo.
"Estos datos respaldan la idea de que la alta capacidad de neutralización inducida por la combinación de la infección y vacunación, y posiblemente una dosis de refuerzo, podría mantener una eficacia razonable contra Ómicron", aseguran los expertos. "Es posible que la protección contra la enfermedad grave", prosiguen, "se mantenga aunque la capacidad de neutralización disminuya y la protección contra la infección sea baja".
Alex Sigal, autor principal de la investigación, señala que los resultados son mejores de lo esperado. "El virus ha cambiado tanto que se temía que utilizara un receptor diferente, no el ACE2. Si este fuera el caso, muchas de nuestras herramientas farmacológicas para controlar este virus serían inútiles. Pero no es el caso. Ómicron es un problema manejable con las herramientas que ya tenemos", concluye el científico.