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Ronald Nostas Ardaya: “No fuimos ni sumisos ni débiles” en la relación con el actual Gobierno

El directorio de la CEPB presidido por Nostas, en la juramentación en 2017. | APG

El industrial cruceño concluyó la pasada semana su gestión como presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), cargo que desempeñó durante los últimos cuatro años y la evalúa como “muy positiva” porque superó sus metas. En entrevista con Los Tiempos se refirió a su gestión, su relación con el Gobierno y otros temas.

— ¿Cómo describiría la relación de la CEPB con el Gobierno durante su gestión y cómo queda ésta?

La veo en dos niveles. Una relación personal de mucho respeto y valoración mutua, y una institucional tensa y pendular. Tuve la suerte de conocer a autoridades del Gobierno muy comprometidas con el país y su desarrollo, aunque también lidiamos con algunas que no tuvieron la capacidad o la voluntad para comprender la complejidad del escenario económico boliviano.

A nivel institucional, en varias ocasiones pasamos por momentos muy difíciles que nos llevaron incluso a situaciones de mucha tensión, con la promulgación de la ley de empresas sociales o los incrementos (salariales) sobredimensionados, pero también tuvimos espacios de coordinación que nos condujeron a avances importantes. Hoy, y pese a que subsisten diferencias por temas como el segundo aguinaldo, existen los canales de comunicación, los niveles de confianza mutua y la apertura suficiente para sostener el diálogo y avanzar hacia otros resultados.

— El Gobierno pareciera ser en el principal competidor del empresariado, como inversor y empleador. ¿Es así?

Para precisar, el mayor empleador es el sector privado, absorbe siete de cada diez fuentes de trabajo. Pero su pregunta tiene que ver con las empresas públicas. Aquí es importante señalar que no nos oponemos a las empresas públicas creadas para controlar sectores estratégicos o atender los espacios que no son cubiertos por el ámbito privado. El problema nace cuando se genera una tendencia a la discriminación sistemática de las empresas del sector privado en comparación con las públicas, lo que se refleja en la política laboral y salarial, la presión tributaria, el acceso a fuentes de financiamiento y la desprotección frente a la informalidad y el contrabando.

Las empresas públicas, hoy, se han convertido en un aparato económico paralelo, destinado a competir con las empresas privadas formales, en un reducido mercado, fuertemente afectado por la informalidad y el contrabando.

— La CEPB no logró hacer retroceder al Gobierno en algunas medidas contrarias al empresariado. ¿Fue por una posición muy débil o sumisa ?

Ninguna de las dos: ni sumisos ni débiles. En estos años, el Gobierno y la institucionalidad privada nos hemos puesto de acuerdo en varias cosas (…). Es evidente que en otros muchos ámbitos sucedió lo contrario y el sector privado fue muy afectado. Pero debemos precisar que tenemos al frente a un Gobierno fuerte en sí mismo, con una visión política clara y con un modelo económico que le funcionó hasta la desaceleración, pero que le dio una legitimidad importante. Pero también que, por nuestra propia naturaleza, los empresarios no recurrimos a medidas de presión sino al diálogo y a la demanda legal (…) y, en muchos casos, los resultados no fueron auspiciosos.

— En lo interno, ¿cómo ve al empresariado? Al parecer, las brechas entre oriente y occidente se acentuaron.

Lamentablemente, se está generando un falso debate. El empresariado no tiene ubicación geográfica ni puede dividirse según el lugar de nacimiento de sus socios o propietarios. Hay empresas que tienen sus oficinas en La Paz, pero la mayor parte de sus actividades la realizan en Santa Cruz y viceversa. Yo creo que debemos superar esa visión parcelada y a veces anacrónica de limitar las cosas por su espacio geográfico.

En los últimos días, hemos escuchado propuestas que hablan de sortear la dirección de la CEPB como si fuera un “pasanaku” en base al lugar de sus presidentes. Nada más retrógrado y dañino para el país que persistir en la división, en la clasificación regionalista y a veces racista. Las diferencias que hemos combatido en la Confederación, durante mi gestión, tenían que ver con los efectos, por ejemplo del doble aguinaldo, sobre las pequeñas y medianas empresas de todo el país (…), pero de ahí a aceptar que hay divisiones entre un departamento u otro, creo que hay una gran distancia.

— En cuanto a la economía del país, ¿qué perspectivas ve para este año?

Creo que 2019 va a mantener una situación de incertidumbre por aspectos como la conclusión del contrato de venta de gas con Brasil y su renegociación, la presión sobre el tipo de cambio y el comportamiento de la economía regional, especialmente de Argentina y Brasil. En el ámbito empresarial, soy optimista respecto a la agroindustria y probablemente la ganadería, pero me temo que los otros rubros van a seguir un derrotero poco halagüeño, porque no encuentro en el Gobierno una verdadera comprensión sobre la situación de la economía y la necesidad que tiene del sector privado (…).

El problema de fondo es que, sea quien sea el próximo gobernante, tendrá que hacer ajustes al modelo económico que ha tenido resultados importantes, mientras los precios de los hidrocarburos y los minerales en el mercado externo eran altos, pero al cambiar esas condiciones develó sus deficiencias (…).

— Se viene la negociación salarial, la COB ya dio a conocer el porcentaje. ¿Éste es razonable?

Yo insistí hasta el final de mi gestión sobre la necesidad de que se cumpla y se respete lo dispuesto por el Convenio 131 de la OIT, que instruye la consulta exhaustiva tanto a los empleadores como a los trabajadores. No quiero dar cifras ni plantear opciones porque le corresponderá a mi sucesor, liderar la estrategia y las acciones para que el aumento sea racional y no afecte más al sector privado empresarial.

— ¿Qué proyectos futuros tiene?, ¿entrar a la política está entre sus planes?

No tengo ningún plan de ingresar en la actividad política. Soy y siempre seré un empresario y creo que aporté y sigo aportando a mi comunidad y al país desde ese rol. Respeto a la política, creo que los políticos bolivianos aún no han alcanzado a ver el país en toda la dimensión y complejidad que la puede ver una persona que trabaja día a día para desarrollarse, crecer y prosperar muchas veces en medio de las presiones, barreras e incomprensiones. Por ahora, voy a retornar a mis actividades y, aunque deje la dirigencia, no pienso dejar de participar en los espacios donde se me convoque y donde pueda ayudar a mi sector.

“El escenario político y económico de hace cuatro años era diferente al de hoy, por lo que enfrentamos una situación más compleja”

“Los políticos bolivianos aún no han alcanzado a ver el país en toda la dimensión y complejidad, como ve quien trabaja día a día”

FICHA PERSONAL

Ronald Nostas Ardaya

Actividad: Empresario cruceño del rubro de la industria Farmacéutica.

Trayectoria: Vicepresidente de la CEPB, 5 años y presidente, 4 años. Presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica de Bolivia, 4 años .

logros como presidente de la CEPB: El fortalecimiento y posicionamiento de la CEPB como una institución referente de estabilidad, seriedad y responsabilidad, y haberlo hecho en un escenario político muy complejo.

Su mayor frustración: Ver que la brecha económica entre regiones se distancia cada vez más, generando mayor desigualdad, migración tanto del campo a la ciudad como de unos departamentos a otros, además de otras consecuencias de la falta de visión gubernamental para planificar la diversificación económica regional.

AREAS PENDIENTES PARA SU SUCESOR

El ahora expresidente de los empresarios de Bolivia señaló que son varias tareas pendientes, entre ellas, la principal, lograr la articulación con la sociedad civil, de manera que la ciudadanía comprenda que la afectación al sector privado es la afectación al empleo, la producción, la generación de impuestos, en suma, al bienestar de la sociedad.

Otro gran desafío, dijo, será mantener la unidad del sector “por sobre todas las cosas, una unidad que implica respeto a la pluralidad en el debate, pero al mismo tiempo lealtad y firmeza en el apoyo y defensa de las posiciones institucionales una vez tomadas”. En un futuro próximo “no será suficiente ser reactivos a las políticas económicas, “nos tocará asumir determinaciones en escenarios de conflictividad y reajuste, cuyas consecuencias son tan inciertas como inevitables”.

FUENTE: LOS TIEMPOS

LINK: http://www.lostiempos.com/actualidad/economia/20190318/ronald-nostas-ardaya-no-fuimos-ni-sumisos-ni-debiles-relacion-actual