La 'psiquiatra estrella' Marián Rojas Estapé hace viral su remedio a la adicción a las pantallas

La experta explica que vivimos en "una sociedad intoxicada de cortisol" que necesita potenciar "la oxitocina de las relaciones humanas"

Vivimos en una sociedad intoxicada de cortisol". La psiquiatra y autora de los libros "Cómo hacer que te pasen cosas buenas" (2018) o "Encuentra tu persona vitamina" (2021), Marian Rojas Estapé, plantea las consecuencias que padece una sociedad en retroceso, hiperestimulada, adicta al “swipe up” e incapaz de dominar sus impulsos sobre el móvil. El cortisol, más conocido como la “hormona del estrés”, produce síntomas como la caída del cabello, náuseas, temblores o cefaleas. ¿El alivio está en las pantallas? La conclusión de la experta ha sido aclamada por un gran número de usuarios en las redes: “Volvamos a la vida real y potenciemos la oxitocina de las relaciones humanas. Convirtámonos en personas vitamina". 

Tras años de investigación en el campo de la neurología, Rojas propone una simple solución a la adicción a los teléfonos móviles: incrementar los niveles de oxitocina, la “hormona de la empatía”. El ser humano tan solo necesita “abrazos de ocho segundos para bajar los niveles de cortisol”, determina. 

La hormona del estrés

El cortisol, más conocido como la hormona del estrés, se activa principalmente en momentos de tensión. Según explica Rojas, tanto en las situaciones reales como en las imaginarias. “El 90% (91,6%) de las cosas que preocupan al ser humano jamás suceden”, expone. Las consecuencias, tanto físicas como psíquicas, pueden ser diversas. Temblores, gases, irritabilidad, despertares nocturnos… En un momento de especial incertidumbre, como en el caso de la pandemia de covid-19, las personas aprendieron a “aliviar” ese aumento de cortisol a través de los dispositivos electrónicos. Redes sociales, aplicaciones de compras 'online' o comida a domicilio o, tal como los denomina Rojas, "gratificaciones instantáneas”. De esta forma subyace la dopamina, es decir, la hormona de las adicciones. 

Según la psiquiatra, hoy en día hemos transformado la economía mundial en la "economía de la atención”. Rojas advierte de que actualmente en consulta “la adicción a la pantalla se trata con la misma medicación que la adicción a la cocaína”. “Lo que importa a las empresas es conseguir mantener la atención del usuario el mayor tiempo posible en la pantalla”, expone. Los móviles son útiles, logran que las personas puedan acercarse entre ellas y facilitan el acceso a la información. Aun así, la psiquiatra apunta que se necesita saber “cómo funcionan y cómo nos afecta, para poder enfrentarnos a ello de la mejor manera posible". Es decir, las personas deben aprender a gestionar la drogo-dependencia emocional que los vincula al dispositivo. 

La corteza prefrontal del cerebro es el “centro neurálgico de la voluntad” y se acaba de desarrollar a lo largo de la adolescencia. Esta, en concreto, se encarga de la atención, la concentración, la resolución de los problemas y el control de los impulsos. En la infancia, tal como expone Rojas, la corteza prefrontal se activa mediante tres estímulos: la luz, el sonido y el movimiento. “Si a un niño se le da un dispositivo electrónico cuando la corteza prefrontal todavía está creciendo, esta no madurará como debería”, señala la experta y propone, encarecidamente, “posponer el uso de las pantallas en los niños”. “Necesitamos niños con criterio, capaces de discernir entre el bien y el mal, y de buscar la información”, indica.

Aprender a aburrirse es, según la profesional, un aspecto clave para el desarrollo de la corteza prefrontal de los más jóvenes. “Si a un niño se le da un teléfono cuando está aburrido, se le está impidiendo aburrirse”, valora y añade: “Nadie ha descubierto nada grande en un momento de hiperestimulación". Aliviar el aburrimiento mediante el uso del dispositivo móvil dificulta el aprendizaje de la gestión de las emociones. "Es la primera vez en la historia que los hijos son menos inteligentes que sus padres", destaca Rojas. 

Según la psiquiatra, únicamente existen dos cosas que llenan verdaderamente al ser humano de hoy: el amor y el trabajo. Y ninguno de ellos se basa en la gratificación instantánea, sino en “el tiempo y en la paciencia”. “Recuperar los vínculos reales, escuchar sin juzgar, ilusionarse por el otro y dedicar tiempo a hacer feliz a los demás”, apunta Rojas. 

Fuente: EL PERIÓDICO (España)