La paradoja del descanso: por qué más no siempre significa mejor

La idea de que dormir más horas automáticamente resulta en un mejor descanso es un mito común. La calidad del sueño es tan importante, si no más, que la cantidad. Por eso debemos saber cómo hacer que nuestra calidad del sueño aumente sin que las horas también aumenten. Esto es que dormir más no siempre implica dormir mejor.

Ciclos del sueño

El sueño se compone de varios ciclos que incluyen diferentes etapas: sueño ligero, sueño profundo y sueño REM (movimiento ocular rápido). Cada ciclo dura aproximadamente 90 minutos y se repite varias veces durante la noche. Si una persona duerme muchas horas pero interrumpe estos ciclos, puede despertarse sintiéndose cansada y menos descansada.

Un estudio publicado en Sleep Medicine Reviews destaca que la fragmentación del sueño puede llevar a una disminución en el tiempo que pasamos en las etapas más reparadoras del sueño, como el sueño profundo y el REM.

Calidad vs. cantidad

La calidad del sueño se refiere a cuán reparador es el sueño, mientras que la cantidad se refiere al número total de horas dormidas. Dormir muchas horas en un ambiente ruidoso o incómodo puede resultar en un sueño de baja calidad.

Un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh encontró que las personas que reportaron un sueño de mala calidad experimentaron niveles más altos de fatiga y somnolencia diurna, independientemente de cuántas horas dormían.

Despertares nocturnos

Los despertares frecuentes durante la noche pueden afectar negativamente la percepción del descanso. Las personas pueden creer que han dormido mucho tiempo cuando en realidad han estado despiertas varias veces.

Un estudio publicado en The Journal of Clinical Sleep Medicine encontró que los despertares nocturnos son comunes entre las personas mayores y pueden contribuir a una sensación general de cansancio, incluso si el tiempo total en la cama es alto.