La “Fiesta Mayor de los Andes” maravilla a turistas y diplomáticos
Han transcurrido más de 12 horas y el colorido de las danzas bolivianas no deja de maravillar a quienes presencian la “Fiesta Mayor de los Andes”, que toma en las calles del este y el centro de La Paz.
La entrada folklórica en honor al Señor Jesús del Gran Poder acoge a fraternidades que bailan diablada, morenada, caporales, kullawada, tinku, pujllay, llamerada y otras expresiones culturales que dejan maravillados a los turistas que llegaron a la urbe.
Los diplomáticos que presencian el evento han destacado la riqueza cultural que deja este evento que fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Para el agregado cultural de la Embajada de Argentina, la entrada del Señor Jesús del Gran Poder es una festividad “muy sana” que hay que seguir impulsando, puesto que es una expresión de la tradición y la modernidad de los paceños.
“El mensaje es que sigan manteniendo sus tradiciones, sigan celebrando y teniendo esta hermosa fiesta, que es una fiesta muy sana y muy bella, la verdad, para apreciarla y que sigan mostrándosela al mundo, porque les están mostrando lo mejor que tiene para mí la cultura paceña, que es su diversidad y su tradición mezclada con la modernidad”, afirmo López en contacto con la Agencia Municipal de Noticias.
Camila Diais, encargada de Asuntos Culturales de la Embajada de Francia, presencia por primera en el evento al igual que Eddy Thevenet, que trabaja en esa legación diplomática.
“Me parece estupendo. La verdad que en Bolivia hay una diversidad de tejidos, de música, de bailes, que es único en Latinoamérica. Es la primera vez que veo el Gran Poder y me quedo impresionada. Me gustaría aprender unos pasos, quizás el tinku, que me gusta”, dijo Diais, quien confesó que también fue al Carnaval de Oruro y quedó también admirada por lo visto en esa región del occidente del país.
Más de 50.000 danzarines y 20.000 músicos de 74 fraternidades le rinden tributo al “tata” del Gran Poder, cuya imagen se expone en el Santuario que se yergue en la calle Gallardo, en el barrio Ch’ijini, donde nació la festividad.
La devoción por el “Señor de los tres rostros” comenzó en la primera mitad del siglo pasado y desde entonces sus devotos dan cuenta de lo “milagroso” que es.