Gaza: El esquema israelí de distribución de ayuda legitima una política de privación intencional

Una niña de Gaza intenta recoger los restos de comida que quedan en la olla.

Al cumplirse 600 días de guerra en la Franja de Gaza, decenas de miles de personas hambrientas y desesperadas asaltaron un punto militarizado de distribución del nuevo plan israelí de ayuda -respaldado por Estados Unidos y sin participación de la ONU-, lo que resultó en casi 50 heridos por disparos.

“Estos sucesos ilustran cómo continúa el castigo colectivo contra los palestinos y cómo se acelera el ataque a su dignidad humana”, afirmó Jonathan Whittall, jefe de la Oficina de Asuntos Humanitarios (OCHA) en los territorios palestinos ocupados.

En declaraciones a la prensa, Whittall sostuvo que el nuevo esquema de distribución “va más allá del simple control de la ayuda”.

“Es una escasez artificial: cuatro centros de distribución ubicados en el centro y sur de Gaza, protegidos por contratistas de seguridad privados estadounidenses, donde los palestinos que puedan llegar recibirán raciones”, explicó.

La vida en Gaza está siendo borrada

El jefe humanitario detalló que uno de esos centros está cerca del lugar donde las fuerzas israelíes mataron y enterraron en una fosa común a 15 socorristas. “Para mí, este es un símbolo grotesco de cómo la vida en Gaza, y aquello que la sustenta, está siendo borrada y controlada”, dijo.

Tras reiterar que el nuevo modelo de distribución no puede de ninguna manera satisfacer las necesidades en Gaza, aseveró que diseñar un plan sabiendo a todas luces que no cumple con las obligaciones mínimas marcadas en el derecho internacional “es, esencialmente, un reconocimiento de culpa”.

La entidad creada para implementar este plan, institucionaliza desde el principio las restricciones israelíes a la entrega de ayuda, añadió Whittall, asegurando que el operativo no es trabajo humanitario, ya que la acción humanitaria buscaría llegar a todos los civiles dondequiera que se encuentren y se opondría a las medidas para limitar la ayuda, en lugar de aceptar estas condiciones de antemano.

“Este nuevo esquema es un racionamiento basado en la vigilancia que legitima una política de privación intencional. Y llega en un momento en que la población de Gaza, la mitad de la cual son niños, se enfrenta a una crisis de supervivencia”, subrayó.

Poco tiempo para evitar la hambruna

La Oficina de la ONU ha insistido en que las autoridades israelíes socavan su capacidad para brindar asistencia vital genuina, basada en principios humanitarios y que garantice llegar a los más vulnerables. También ha enfatizado que la ventana de oportunidad para evitar la hambruna se cierra rápidamente.

Distribuir alimentos de diversas formas y en diversos lugares “es la única manera de restablecer el orden e impedir una hambruna masiva”, indicó, y añadió que la comunidad humanitaria necesita un flujo de ayuda predecible, amplio y sin obstáculos a través de múltiples cruces fronterizos para entregarla directamente a los centros de población, “como lo hemos hecho en el pasado”.

Israel tiene claras obligaciones, en virtud del derecho internacional humanitario, de respetar la dignidad de los civiles, evitar el desplazamiento forzado y facilitar el acceso a la ayuda, recordó.

En cuanto a las declaraciones israelíes de que Hamás desvía la ayuda de la ONU y las ONG, OCHA las refutó recordando que son imputaciones sin pruebas.

La ayuda coordinada a través del sistema de la ONU representó el 35 % de lo que entró durante el alto el fuego y la Organización no supervisó los suministros que Israel facilitó a través de otros canales.

La supervivencia, un privilegio para los cumplen el plan militar israelí

Jonathan Whittall destacó que mientras se obstaculiza el trabajo humanitario de las agencias de la ONU, los cambios al sistema de reparto de ayuda se instauran junto con la creciente ofensiva aérea y terrestre de Israel, que ha desmantelado aún más los medios de supervivencia en Gaza al destruir hospitales, panaderías y fuentes de agua.

“El mensaje que se transmite con el establecimiento de estos centros militarizados parece ser que, en Gaza, la supervivencia es un privilegio, otorgado solo a quienes cumplen con un plan militar que, según un ministro israelí, consiste en ‘conquistar, despejar y quedarse’”, puntualizó.

La ONU se rehúsa a participar

La ONU se ha negado a participar en dicho plan, alertando de que es logísticamente inviable y que viola los principios humanitarios al utilizar la ayuda como herramienta en los esfuerzos más amplios de Israel por despoblar zonas de Gaza.

La ayuda no debe utilizarse como arma, la comunidad humanitaria en Gaza permanece unida, sus principios son innegociables y no participará en ningún plan que socave la neutralidad, la integridad o la independencia, han reiterado los organismos de asistencia.

Whittall pugnó por la reactivación del sistema de socorro de la ONU, argumentando que las agencias humanitarias de la Organización tienen la capacidad de ayudar a alimentar a Gaza y proporcionar otros servicios y suministros esenciales para la supervivencia.

“Estamos listos para trabajar. Estamos listos para entregar ayuda directamente a las familias, como siempre lo hemos hecho. Se nos niega hacerlo porque, al parecer, la intención de Israel no es facilitar una respuesta de ayuda eficiente y a gran escala”, recalcó.

El responsable de OCHA en los territorios palestinos ocupados lamentó que se hayan ignorado de manera flagrante las medidas provisionales que dictaminó la Corte Internacional de Justicia y llamó a los gobiernos del mundo a ejercer la presión política y económica necesaria para detener las atrocidades que se cometen en Gaza.

FUENTE: ONU NEWS