Empresarios y economistas avizoran semestre complicado por crisis global y ausencia del Gobierno
Afirman que hay un proceso de recuperación lento, desigual y sostenido. Piden diálogo y medidas para dar sostenibilidad a las inversiones actuales. Gobierno habla de reconstrucción y reactivación económica
Mientras el Gobierno alardea de que Bolivia transita la senda de la reconstrucción y recuperación de la economía expresadas en la reducción de la tasa de desempleo, inflación controlada y la más baja de región, incremento del valor de las exportaciones, ascenso en ingresos facturados de restaurantes, transporte aéreo y hoteles, entre otros indicadores de índole económico, el tejido empresarial del país avizora un segundo semestre del año complicado por la crisis internacional y la ausencia del Gobierno para impulsar la reanimación de las actividades económicas.
Según el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, la inflación está controlada (0,8%), las exportaciones crecieron un 34%, de $us 3.100 millones -en 2021- a $us 4.200 millones a abril de este año, las importaciones en materias primas y bienes de capital también aumentaron un 33%, de $us 2.600 millones a $us 3.500 millones. La recuperación de la actividad económica puede observarse en diferentes sectores.
A la par, destaca el repunte de las ventas facturadas de restaurantes (20%), transporte aéreo (107%) y hoteles (39%), de abril de 2021 a igual mes de este año, lo que reflejan la continua recuperación de la demanda interna, producto de un mayor consumo de bienes y servicios de los hogares bolivianos. El porcentaje de personas en situación de desempleo en el área urbana del país se redujo al 4,2% en el mes de mayo del presente año.
Sin embargo, el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, advierte que la recuperación económica en el segundo semestre de este año se verá afectada por la crisis internacional de suministros y la inflación global que impactará aún más sobre la competitividad de la industria nacional. “La guerra de Rusia afectará con mayor fuerza al desempeño de la competitividad de las empresas en Bolivia. El encarecimiento de los costos de producción nacional por la crisis de suministros internacional y el incremento del contrabando son efectos directos y adversos para el sector industrial”, puntualizó.
Considera que es urgente restablecer el diálogo público-privado para reactivar la economía, impulsar la sustitución de importaciones y el desarrollo de las exportaciones industriales que permita mayor inversión y producción manufacturera. La actual coyuntura mundial, en opinión de Camacho, es una gran ventana de oportunidad para impulsar la producción nacional. “Bolivia es un país que tiene grandes ventajas a escala mundial por su potencial industrial en alimentos, energía y desarrollo de la industria minera. Este es el momento histórico para despegar”, enfatizó.
Camacho alude que, si bien existe un crecimiento relativo del PIB este año, es insuficiente para alcanzar el nivel de actividad económica de 2019. El sector enfrenta dificultades para su producción por la crisis de suministros, logística y transporte global que generan incrementos en los precios de materia primas, insumos, bienes intermedios y bienes de capital.
A decir del presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, es indudable que hay un proceso de recuperación lento y desigual, pero sostenido. “Consideramos que no podemos hablar de reconstrucción sino de recuperación, porque aún en la etapa más dura de la pandemia, la economía no se destruyó, sino que entró en una crisis muy profunda por la parálisis casi total de las actividades productivas”, manifestó.
En sintonía con analistas, Barbery cree que este segundo semestre la economía del país va a pasar la prueba más dura, especialmente por el nivel de reservas internacionales, los efectos persistentes de la guerra que no acaba, y la presión inflacionaria de los países vecinos.
Barbery insinúa que el recrudecimiento de la crisis energética puede afectar aún más los precios de los combustibles y presionar las reservas y la liquidez.
Los problemas de transporte y logística pueden encarecer la importación de insumos y equipos; además, el incremento de la inflación y los ajustes cambiarios adicionales en los países vecinos pueden intensificar el contrabando. “Los factores externos se han convertido en amenazas graves, a partir de nuestra interdependencia global. Hoy, es más importante que nunca que se generen espacios de diálogo con el Gobierno para identificar conjuntamente los grandes problemas en los que todos coincidamos, y encontrar caminos de solución”, dijo.
Mario Paredes, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), alude que existe una necesidad imperiosa de generar mayor dinamismo a la economía formal del país y la implementación de medidas tendientes a darle mayor sostenibilidad a las inversiones actuales y generar un clima adecuado para atraer nuevas inversiones nacionales y extranjeras.
Generar certidumbre y confianza para invertir en el país, a juzgar por Paredes, es un factor preponderante para la ansiada reactivación económica y, para ello, es muy importante generar una plataforma de diálogo público-privada. “La ausencia de una agenda de trabajo público-privada que marque una ruta crítica consensuada hacia el objetivo de la reactivación económica y generación de mayor desarrollo económico y bienestar social en el país debilita la posibilidad de lograr mejores resultados y de impacto que den mayor certidumbre a las familias bolivianas”, enfatizó.
La proyección de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb) para el segundo semestre, a decir del gerente general Marcelo Olguín, prevé que todavía se mantengan las condiciones favorables en los precios internacionales durante el tercer trimestre de este año. “De cara al último trimestre, será importante evaluar el impacto que tendrán las medidas monetarias que están siendo aplicadas por los bancos centrales de los países desarrollados que, por medio de incrementos en los tipos de interés, podrían tener un efecto contractivo sobre la demanda global y una consecuente afectación sobre los precios mundiales”, expresó.
En criterio de Olguín, el Gobierno debe considerar una coordinación más estrecha con el sector privado, así como la aplicación de medidas de facilitación comercial y de logística, que permitan aprovechar lo más posible lo que queda del periodo de altos precios internacionales. Asimismo, aplicar medidas para reducir los costos de transacción asociados a la fuerte carga tramitológica en las exportaciones, y poner en marcha el ferrocarril Arica-La Paz. “Esto último podría tener como efecto un menor flete logístico que se traduciría en una mejora de la competitividad de las exportaciones y también menores fletes en el traslado de materia prima y bienes intermedios importados que se usan en el aparato productivo”, apuntó.
Impulso a la producción
De acuerdo con la agenda de la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro), según su presidente Óscar Mario Justiniano, está la necesidad del uso de tecnologías aplicadas al agro para elevar la producción y productividad, exportaciones que generen el ingreso de divisas que apoyen a la reactivación económica y generación de empleos, protocolos sanitarios, seguridad jurídica, apertura de mercados internacionales, y las acciones efectivas de lucha contra el contrabando, entre otros, puntos que requieren de un análisis, trabajo y desarrollo de forma conjunta entre sectores productivos privados y el Gobierno nacional. “Sumando esfuerzos podemos lograr un mejor resultado para el beneficio de la población”, mencionó.
Justiniano expresó que se requieren políticas internas que incentiven la producción nacional, combatiendo el contrabando, incentivando la exportación y sancionando actos como el abigeato.