Empresarios afirman que el contrabando sustituye 250.000 empleos por año
En un informe publicado por el Diario, El Deber los industriales arguyen que el impacto del tráfico ilegal de mercancía merma las ventas y ocasiona menor producción, variables que trascienden en el desempleo de mano de obra fabril.
Industriales arguyen que el impacto del tráfico ilegal de mercancía merma las ventas y ocasiona menor producción, variables que trascienden en el desempleo de mano de obra fabril
“El contrabando es una de las causas centrales que explica el cierre de empresas, comenzando por las pymes, pero también contribuye a la incertidumbre y volatilidad que limitan el crecimiento de la inversión privada, sin importar el tamaño de los negocios. Roba el empleo, lo precariza y lo destruye”. Así, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, sintetizó el impacto del tráfico ilegal del mercancías en el mercado laboral formal del país.
Se puede estimar que el contrabando sustituye al menos unos 250.000 empleos formales por año, según la Cámara Nacional de Despachantes de Aduana.
A juzgar por Barbery, el contrabando es uno de los principales impulsores del empleo precario y sin protección, y explica el 80% de informalidad. “En los últimos años, el contrabando ha generado el colapso de la industria manufacturera en los sectores textil, de cueros y maderas, y sigue afectando a la industria alimenticia, la de medicamentos, los lácteos, la vitivinícola y las bebidas. Esto implica que las empresas se achican o cierran, y se pierden fuentes de trabajo, en muchos casos empleo calificado", mencionó Barbery.
Con datos oficiales del INE, a noviembre de 2020, el desempleo abierto fue del 8,7%, el más alto en casi 20 años. En cifras brutas, según la CEPB, ese porcentaje significa más o menos 407.000 desocupados, que se traducen en cientos de miles de familias sin fuentes de ingresos. “Si se controlara la mitad del contrabando, más de $us 1.000 millones podrían dinamizar al aparato productivo nacional, lo que implicaría la captación de cientos de miles de nuevos empleos en el sector formal", puntualizó Barbery.
En sintonía con el líder de los empresarios privados del país, el gerente nacional de asuntos públicos y RSE de Embol, Luis Lugones, refirió que el daño económico que ocasiona el contrabando a las empresas y las repercusiones que esto tiene en la economía nacional se traducen en menos empleos, en una reducción de inversión en tecnología y un debilitamiento de las cadenas productivas formales y legales del país.
El ejecutivo expuso que Embol es un engranaje estratégico de la economía nacional, genera fuentes laborales formales, contratos de suministro, promueve el emprendimiento a lo largo del país, a través de sus 128.000 puntos de venta; además, es parte de las 10 empresas que más contribuye al fisco a través del pago de impuestos. “El contrabando es un flagelo que debe ser atendido de manera inmediata por las autoridades competentes”, anotó Lugones.
Como todas las empresas que operan en la legalidad, Alicorp Bolivia, según el director de Marketing de la compañía, Daniel Cuneo, está sufriendo los embates del contrabando en diversos frentes. Anotó que durante el primer trimestre de 2021 se han visto afectados de manera relevante en la comercialización de aceites, sector en el que tienen marcas como Fino, Sabrosa, Sao y La Patrona.
“Hoy es imposible competir con los aceites de contrabando, que ingresan principalmente de Argentina y que, dado el tipo de cambio paralelo o blue que existe en dicho país, se comercializan con un precio más bajo inclusive que nuestro costo de producción”, lamentó Cuneo, al anotar que pese a la situación adversa, Alicorp continúa trabajando con su triple compromiso (mantener abastecido el mercado, cuidar a los bolivianos contribuyendo a mitigar con acciones de RSE los efectos del Covid y velando por el bienestar y la seguridad de los trabajadores).
El ejecutivo cree que se deben tomar medidas, a escala país, para hacer frente al contrabando para proteger los empleos de los bolivianos. “Estamos haciendo campañas con nuestros intermediarios y los clientes finales, pero no es suficiente”, puntualizó.
Desde la molinera Famosa, el gerente de Operaciones y Finanzas, José Enrique Vicente, afirmó que el contrabando quita empleos y por ello, en el caso de la fábrica de harina y fideos Famosa emplean menos mano de obra.“Seguramente, entre un 10 y un 15% más de gente estuviéramos empleando, sobretodo en reparto, si vendiéramos y produjéramos más”, afirmó.
Economía de subsistencia
En la micro y pequeña empresa, según el secretario de Relaciones de Conamype Bolivia, Juan Carlos Vargas, en los últimos tres años el contrabando afectó cuatro empleos directos de cada 10 que generan las unidades productivas a escala macional.
Dejó entrever que en la actualidad las operaciones en las mypes se han reducido del 100 al 30% de capacidad instalada y que registran una economía de subsistencia que limita la generación de nuevas negocios. “Tener un emprendimiento en el sector manufacturo no es apetecible para la nueva generación, mucho menos para los herederos de lo que en otrora era una mype pujante”, manifestó Vargas.
A su juicio, el contrabando en los últimos años se ha multiplicado, pese a esfuerzos de controles aduaneros y medidas paraarancelarias vigentes. “El contrabando ‘hormiga’ ha crecido considerablemente por las fronteras con Brasil, Argentina, Perú, Chile y últimamente Paraguay”.
Según el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic, no existe un estudio sobre la cantidad de empleos que se pierden por el tráfico ilegal de mercancías al país. “Una aproximación es la correlación entre contrabando y sector informal. El mercado laboral informal en Bolivia alcanza cerca de 70%”, dijo.
Insinuó que el contrabando resta fuentes laborales formales en la economía nacional. Por día, según refirió, ingresan al país vía contrabando $us 6,3 millones en productos diversos (alimentos, bebidas, muebles, plásticos, textiles, vehículos y fármacos). “El contrabando resta ingresos a las empresas, empleo a las familias e impuestos al Estado.
Es el principal desindustrializador de Bolivia”, exclamó Blazicevic.
Desocupación e informalidad
Para el presidente de la Cámara Nacional de Despachantes de Aduanas (CNDA) y expresidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Antonio Rocha, primero es importante destacar que Bolivia es una economía predominantemente informal donde el 60% de la población ocupada trabaja en la informalidad y el subempleo; es decir, que solo cuatro de cada 10 trabajadores tiene un empleo digno en el sector privado o público. Por lo tanto, estos trabajadores tienen seguro de salud, de jubilación, aguinaldo y son sujetos de crédito.
“Es evidente que la informalidad está sustentada por el contrabando que se estima entre $us 2.000 y 2.500 millones por año, lo que equivale a un 20% de las importaciones formales de 2019, año atípico. Esta cuantía de contrabando llega a representar cerca del 6% del PIB”, dio cuenta Rocha.
A decir del ejecutivo, el contrabando resta empleo formal e incrementa el empleo informal y el desempleo. “Considerando que los sectores más afectados por el contrabando son el sector agroalimentario, el industrial manufacturero y el comercio, que emplean al menos la mitad de la población con empleo formal, y estas actividades a su vez representan el 40% del PIB, se puede estimar que el contrabando sustituye al menos unos 250.000 empleos formales por año; es decir, por cada $us 10.000 que ingresan de contrabando la economía formal deja de emplear un trabajador”, subrayó.
En la actual coyuntura marcada por la pandemia y la recesión económica, según Rocha, al tercer trimestre de 2020 la tasa de desempleo llegó a casi el 11%, esto significó 400.000 desempleados, “si a esto le sumamos un incremento del contrabando podríamos llegar a tasas de desempleo mayores que afectarían las expectativas de crecimiento de la economía”, anotó.
Deterioro en ventas
Desde la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia, su presidente Jorge Amantegui, espuso que no cuenta con datos sobre los efectos del contrabando en la pérdida de empleos, pero advierte una caída en ventas.
“Se refleja una disminución en ventas porque los consumidores, por una oportunidad de precios generadas por las economías de países vecinos, optan por comprar productos que ingresan de contrabando sin apreciar que esa actividad afecta no sólo a la industria nacional, sino a la economía del país, dado que no generan ingresos por impuestos, ni empleos formales”, subrayó Amantegui.
De acuerdo con el Centro Boliviano de Estudios Económicos (Cebec), órgano especializado en temas de análisis y asesoramiento to económico que depende de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), el contrabando no es una variable observable; por tanto, tiene que ser estimada da por métodos indirectos. Uno de los últimos estudios realizados calcula que el contrabando genera un movimiento de aproximadamente $us 2.300 millones por año.
“Esta cifra equivale a ventas que, de no existir el contrabando, pueden realizar las empresas formalmente establecidas en el país, con los consiguientes efectos en el empleo y en las arcas fiscales”, da cuenta el Cebec.
En la presente gestión el Centro cuantificó el contrabando que afecta la industria de alimentos. De acuerdo con métodos estándar de comparación de registros estadísticos y cuantificación de equilibrios entre oferta y demanda de alimentos se estimó un impacto de $us 400 millones anuales, cifra equivalente al 1% del Producto Interno Bruto (PIB).
De igual manera, el contrabando y la defraudación (subfacturación) afecta a empresas formalmente establecidas en el sector comercio. Así, cuantificó el mercado informal de televisores de pantalla plana y celulares. Los resultados indican que el 90% de ese mercado; $us 576 millones, se originan en el contrabando.
El reciente estudio ‘Contrabando, estado actual, análisis y propuestas para el sector de alimentos y bebidas’, realizado por la Cainco, concluye que uno de los factores, entre otros, que incentiva la informalidad y, por consiguiente el contrabando, es la actual carga tributaria.
Aduana, en apronte
La Aduana Nacional intensifica los controles en Oruro y en Santa Cruz. En esta última región, la pasada semana, da cuenta un boletín de la admnistración aduanera, se decomisaron tres camiones y un vehículo que internaban soya y cerveza, vía contrabando. Estiman un valor de Bs 214.000 de la mercancía comisada.
Según el reporte oficial, los vehículos de alto tonelaje transportaban soya y cerveza de otros países que se encontraba ‘fondeada’. Fueron interceptados en la localidad de Cabezas. No contaban con documentación de respaldo, por lo que los motorizados y su mercancía fueron trasladados al recinto aduanero de Santa Cruz para su custodia, valoración e inventario.
En Oruro, se comisó un lote de celulares por un valor de Bs 230.000 en inmediaciones del puente Español, de dicho departamento. La mercancía comisada fue trasladada al recinto aduanero de ese distrito para su valoración e inventario.
Según un reporte de prensa de la Aduana Nacional, citado por ABI, la administración aduanera obtuvo una recaudación tributaria de más de Bs 2,9 millones en el primer trimestre de la presente gestión, lo que significa que logró superar en 1,7% la meta comprometida para dicho periodo.
Con respecto a la lucha contra el contrabando, se decomisaron mercancías por valor de Bs 122,8 millones, lo que representa un 32% más de la cifra registrada el año pasado en similar periodo.
La Aduana anunció el lanzamiento de un plan de lucha contra el contrabando de textiles.
Fuente: EL DEBER