El narco Marset juega al divo y se dejará ver este domingo en la tele, en horario estelar
El derroche de poder o el apego a la familia fueron dos extremos que llevaron a la ruina a sanguinarios narcotraficantes. Una entrevista con la actriz mexicana Kate del Castillo y el actor estadounidense Sean Penn para hacer una película sobre su vida habría sido clave para ubicar dónde estaba el traficante mexicano Chapo Guzmán, y capturarlo. Una desesperada llamada a su familia fue el error fatal que cometió el colombiano Pablo Escobar Gaviria, y esa fue la última vez que habló con ellos, porque poco después fue acribillado tras resistirse a su detención.
El delincuente uruguayo Sebastián Marset tiene de los dos: derrocha poder y siente un fuerte apego por su familia, aunque aún es una incógnita el final de su historia, que en el caso de Escobar tuvo como epílogo la tumba y en el de Guzmán una cárcel neoyorquina en la apenas recibe visitas y ve la luz del sol.
Esta noche, Marset jugará a ser un divo que aparecerá en la tele en horario estelar. Jugará a convertirse en una especie de Aurelio Casillas (interpretado por Rafael Amaya), protagonista de la serie El señor de los cielos, un narco, protagonista no antagonista, amado más que odiado por los seguidores del programa.
La diferencia es que Marset no es un personaje de ficción, es un narcotraficante de carne y hueso, quien en la última década ha actuado en Uruguay, Paraguay y Bolivia. Está involucrado en el transporte de cocaína al hemisferio norte, entre otros graves crímenes y es el principal sospechoso de organizar el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, ocurrido en Colombia en mayo de 2022, así lo describió el diario español El País en una nota en la que lo define como “el narco que se burló de Bolivia”, reportaje que fue publicado luego de que él se le escapó a las autoridades de este país.
Quien le concederá ese espacio es la periodista uruguaya Patricia Martin. Ella viajó en un avión comercial hasta Paraguay. Luego realizó tramos en helicóptero y por tierra hasta llegar a una mansión en una hacienda en medio de la selva, quién sabe dónde. Allá permaneció tres días con el narco Marset, y aún no contó si es que ese lugar se parece a Nápoles, la propiedad donde Pablo Escobar, en sus ‘buenos años’, montó un zoológico con animales que trajo del África. La televisora sacó ya un avance de la conversación. “Cuando hablan de mi, dicen, dicen, dicen. Yo quiero ver si, ojalá nunca tengan la oportunidad, pero si me capturan ver, de todo lo que dicen, de qué tienen pruebas”, afirma Marset sonriente en un ambiente con el suelo y las cortinas de color marfil, sentado como su entrevistadora en sillones de color azul.
En el adelanto lanza un dardo contra el gobierno boliviano. “Me ayudaron, si no, ya estaría preso”.
Habla de su familia y desliza que está lejos de ellos. “Yo solo estaba con captura, mi mujer no. Los niños seguirían yendo al colegio. Estaría con ellos o los visitaría porque es mi familia y para mí yo estaría preso”. “Yo en el tema pasaporte no gasté un dólar”. Y absolutamente tranquilo, admite que es narco: “No estoy de acuerdo con la legalización de ningún tipo de droga, el que vende no consume”, afirma sonriente.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, descalificó lo que pueda decir, aseveró que está en Paraguay y que se siente acorralado.
Marset le habría respondido en un audio. “Lo veo bastante preocupado señor ministro Del Castillo. Muy preocupado lo veo; ¿está con miedo de lo que pueda decir (...) preocupado, preocupado? No esperó ni siquiera al programa del domingo, ya está diciendo que estoy acostumbrado a mentir. Usted es un cínico mentiroso, espere el programa y después se defiende”, expresa Marset mediante el audio que se difundió este sábado.
“Usted es muy burro. ¿A usted le parece que me puedo sentir acorralado y traer a una periodista a hacerme una entrevista? No sabe ni lo que dice, está con miedo, se siente su miedo. Tiene miedo, por algo lo tiene”, asegura en el supuesto audio.