China, al borde del abismo tras producir 1200 GW de energía: ha pasado algo que nadie se esperaba

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Si hay algo que caracteriza a China, son los contrastes, elementos que han marcado su convulsa historia y que han llevado al país a pasar de ser una tierra superpoblada y basada en la agricultura a una potencia económica e industrial líder en energías renovables. Sin embargo, su red eléctrica todavía depende mayoritariamente del carbón mientras la mayor parte de su energía solar y eólica se desperdicia.

China produce 1200 GW de energía renovable pero sigue siendo el país más contaminante del mundo

Muchas décadas han pasado desde que China dejó de ser una economía agrícola con problemas de superpoblación para convertirse en la «fábrica del mundo» y erigirse como la potencia económica, industrial y bélica que es hoy en día. La transición ha tenido importantes costos para el gigante asiático, pero es evidente que han aprendido mucho en el camino.

En la actualidad, este país concentra un monopolio incuestionable sobre la producción de baterías de litio, la fabricación de coches y productos electrónicos y la extracción de tierras raras, uno de los recursos estratégicos más valiosos para la industria tecnológica actual y futura. El costo de este progreso ha sido la fuerte dependencia del carbón para alimentar su elevado consumo energético.

Si hablamos de los contrastes de China, el más destacable actualmente tiene que ver con que es el país que más capital invierte en energía solar y eólica y, sin embargo, es también el único en el mundo que siguió construyendo plantas de carbón a gran escala en los últimos años. Recientemente han presentado el aerogenerador más grande del mundo y su capacidad de energía solar y eólica es de 1200 GW, pero la mayor parte se desperdicia.

El desafío que debe superar China: producen más energía de la que pueden aprovechar

China cuenta con la ventaja de poseer todos los recursos estratégicos más importantes y costosos para la fabricación de paneles solares y aerogeneradores. Esto, acompañado con importantes inversiones por parte del gobierno, les ha permitido expandir rápidamente su capacidad de producción en los últimos años, añadiendo 25 GW de energía solar y eólica tan sólo hasta julio del 2024.

A pesar de esto, la eólica y solar solamente ocupan un 14% de su pool eléctrico. Esto se debe a la falta de instalaciones de almacenamiento, por lo que sus grandes parques generadores desperdician la mayor parte de su capacidad cuando no hay viento o sol.

Las administraciones provinciales están implementando regulaciones que obligan a las empresas a instalar sistemas de almacenamiento en sus plantas generadoras al tiempo que invierten en infraestructura para integrar ambas ambos sectores a la red eléctrica. Sin embargo, la capacidad de almacenamiento actual llega a 44 GW de los 1.200 que se producen.

China prohíbe el carbón pero podría quedarse sin energía

El panorama se presenta complejo para el futuro del suministro eléctrico en el gigante asiático. Aunque su plan de descarbonización se extiende hasta el 2060, su economía podría resentirse si no es capaz de adaptarse a la meta estipulada por Europa y Estados Unidos, con fecha límite para el 2035.

En los últimos años se han reducido un 80% de los permisos otorgados para la instalación de plantas eléctricas de carbón, combustible que ocupa el 65% de sus fuentes de energía hasta la actualidad. La mayor dificultad es la de crear un mercado rentable para la venta del excedente de energía renovable almacenada en baterías, las cuales, por el momento, permanecen inactivas durante el 91% del día.

Las plantas de carbón tienen los días contados en China

La Administración Nacional de Energía (NEA) ha anunciado que, para el 2026, la capacidad fotovoltaica del país superará por sí sola al carbón, alcanzando los 1280 GW. De esta manera, sólo restaría esperar a que se desarrolle una infraestructura de almacenamiento a gran escala en todo el territorio para que el país más contaminante del mundo se convierta en la primera potencia sustentable.

FUENTE: HOY