Biden insiste en salir de Kabul el 31 de agosto, pese a acumular críticas
Estos no son tiempos para la finura política. Los republicanos acusaron de inmediato al presidente Joe Biden de tener sangre en sus manos.
Biden anunció este martes que, pese a presiones internas y de los aliados –mantuvo una reunión virtual con los líderes del G-7–, sigue firme en que las tropas estén fuera de Afganistán el próximo 31 de agosto, en medio de las escenas de caos alrededor del aeropuerto de Kabul.
De lo que se deduce que, salvo cambio de última hora, esa jornada se pondrá fin a 20 años de guerra y al despliegue realizado para evacuar a miles y miles de estadounidenses, aliados y colaboradores afganos.
Sin embargo, mientras se acelera la operación, con 21.600 evacuados entre el 23 y el 24 de agosto, sugirió que ese plazo se podría extender, aunque los talibanes lo rechazan. El Pentágono, a petición del presidente, prepara un plan de contingencia por si la misión no se puede zanjar al acabar este mes.
En la reunión virtual, Biden explicó a los líderes de los países más ricos que EE.UU. va por la senda de lograr la meta marcada para el próximo martes. Pero reconoció que había solicitado un plan alternativo ante un posible retraso.
El mandatario estadounidense insistió a sus colegas del G-7 que aumentarán los riesgos de atentados cada jornada que se prolongue la salida. A fin de evitar situaciones graves, el director de la CIA, William Burns, se desplazó a Kabul, donde el lunes mantuvo un encuentro secreto con Abdul Ghani Baradar, el líder de facto de los talibanes.
Los demócratas disienten con la fecha y los republicanos dicen que Biden “tiene sangre en las manos”
El portavoz del Pentágono, John Kirby, remarcó que los más de 5.000 militares desplegados trabajan con la previsión de concluir según lo programado. “No hay cambios en la misión”. Sacar a los uniformados y su equipamiento supone varios días. Pero matizó que los jefes continúan con la idea de irse el 31. Este martes empezaron a volver a casa algunos soldados.
“Disponemos de suficiente margen para sacar a todos los estadounidenses”, recalcó. Otro cantar son los colaboradores afganos, cuya evacuación parece más compleja por las trabas de los talibanes. Kirby tampoco precisó el número de compatriotas ya evacuados, “varios miles”, dando a entender que era difícil hacer los números.
Esa falta de precisión también la aplicó al cálculo de los estadounidenses que pueden quedar aún en Afganistán.
Los miembros del G-7 insistieron en la necesidad de que Estados Unidos extienda su estancia. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, aseguró en la reunión que sus militares seguirán allá tras el 31 de agosto.
Para Biden, esta fecha se ha convertido en un reto personal. Además de pensar que mantener el calendario anima a acelerar la operación salida, tampoco quiere que le acusen de incumplir una promesa.
Pero su perseverancia choca con resistencia entre los propios demócratas, que no quieren exponerse a imágenes aún peores que las ya vistas.
Tropas de Estados Unidos empiezan a abandonar el aeropuerto de Kabul para volver a casa
Y los republicanos, que callaron o alentaron el plan de retirada del entonces presidente Donald Trump, quien pactó con los talibanes y dejó de lado al gobierno afgano, exigen que Biden dé marcha atrás.
“No hay manera de sacar a todos los estadounidenses y a los colaboradores afganos”, dijo el legislador conservador Michael McCaul . “Es un desastre de proporciones épicas –añadió–, una mancha para este presidente. Tendrá sangre en sus manos, porque hay gente que morirá”.
Fuente: La Vanguardia